Suplementos

El futuro es hoy: así está sucediendo la transición a la electromovilidad en México.

México vive un punto de inflexión en movilidad eléctrica. Con menores emisiones, ahorros de hasta 90 % frente a la gasolina y un mercado en expansión, el reto ya no es la viabilidad, sino la infraestructura pública y la transición hacia energías limpias.

alt default
close-up-electric-car-france

La transición hacia la movilidad eléctrica en México ya no es un asunto futurista, sino un proceso en curso que plantea beneficios tangibles y retos pendientes. La evidencia más reciente, recopilada por la Asociación de Electromovilidad (EMA), SEMARNAT, instituciones académicas y medios especializados, nos muestra que los autos eléctricos reducen emisiones, generan ahorros considerables y están ganando terreno en el mercado. Pero también revelan una realidad: la infraestructura pública es insuficiente y la matriz eléctrica sigue dependiendo de los combustibles fósiles. El dilema, entonces, no es si los vehículos eléctricos son una opción viable, sino si el país podrá crear las condiciones necesarias para sostener su crecimiento.

EMISIONES: UN BALANCE AMBIENTAL FAVORABLE

El debate sobre el impacto ambiental de los autos eléctricos suele partir de un supuesto equivocado: que al depender de una red aún dominada por combustibles fósiles, su huella es similar a la de un auto de gasolina. Sin embargo, los datos lo contradicen.

alt default
close-up-electric-car-charging

El Registro Nacional de Emisiones (RENAE), citado por la EMA y SEMARNAT, establece un factor de 0.444 kg de CO₂ emitidos por cada kWh de electricidad consumida en México. Con este cálculo, un auto eléctrico que demanda 15 kWh/100 km libera 6.66 kg de CO₂, mientras que uno menos eficiente, con 20 kWh/100 km, llega a 8.88 kg (Petróleo & Energía). Un automóvil a gasolina con rendimiento medio de 12.5 km/litro, en cambio, genera 18.48 kg para recorrer la misma distancia. En otras palabras, incluso con la actual matriz eléctrica, un eléctrico emite alrededor de 64 % menos CO₂.

alt default
side-view-electric-car-charging-parking-lot

La diferencia es aún mayor si se considera la evolución energética. Entre 2024 y 2025, más de tres cuartas partes de la electricidad nacional provinieron de gas natural y otros fósiles (lowcarbonpower.org), pero la participación renovable ya alcanzaba 22 % y, según energias-renovables.com, México necesitará sumar 36 GW de energía solar y 10 GW de eólica para llegar a 45 % en 2030. El contraste internacional es contundente: Noruega obtiene más del 99 % de su electricidad de fuentes limpias, lo que evidencia cuánto puede mejorar la huella de los eléctricos en México si se acelera la transición renovable.

COSTOS DE OPERACIÓN: UN ARGUMENTO DIFÍCIL DE IGNORAR

Más allá del medio ambiente, el factor económico es quizá el más persuasivo para los consumidores. En enero de 2025, la gasolina regular costaba 24 pesos por litro en promedio en el país, la premium 25 y el diesel 26 (Pluxee.mx). Frente a ello, las tarifas eléctricas domésticas rondaban 1.08 pesos/kWh en consumos básicos y entre 6.2 y 7.8 pesos/kWh en la tarifa DAC, mientras que la recarga pública se situaba en 3.8 pesos/kWh (Ecoportal.net).

alt default
Emisiones CO2 Comparativo

La comparación es elocuente: un auto eléctrico que consume 15 kWh/100 km paga apenas 16 pesos si carga en casa, o 57 en una electrolinera pública cara. Un vehículo de gasolina necesita 192 pesos para recorrer la misma distancia (Petróleo & Energía). Esto implica ahorros de entre 70 y 90 %. Y el beneficio no se limita al combustible: los eléctricos prescinden en su mayoría de aceite, filtros y correas, y su sistema de frenos se desgasta más lentamente.

Además, los usuarios están aprendiendo a optimizar costos. Según puertointerior.guanajuato.gob.mx, el 41 % de los usuarios de estas tecnologías han instalado un medidor separado para aprovechar tarifas preferenciales, y el 65 % recarga de noche en sus hogares. Esto confirma que el ahorro no es marginal, sino estructural.

LA RED ELÉCTRICA: RETO DE DISTRIBUCIÓN, NO DE GENERACIÓN

Una preocupación frecuente es si la red eléctrica mexicana podrá soportar el aumento en la demanda. Los estudios indican que sí, aunque con matices. Petróleo & Energía estima que, si los autos eléctricos llegaran a representar el 10 % del parque vehicular en uso, el consumo de electricidad nacional crecería apenas 12 %. La Universidad Iberoamericana calcula que, con 10 millones de unidades, el alza sería de 17 %.

alt default
Red Eléctrica

Estas cifras demuestran que el problema no es la generación, sino la distribución. Javier Izquierdo Reyes, investigador del Tec de Monterrey, advierte que, aunque el gas natural es más limpio que otros fósiles, el país necesita acelerar la expansión de energías limpias y de infraestructura de carga. Hoy México cuenta con solo 3,000 electrolineras, frente a 14,000 solo en el estado de California, en EEUU.

Las soluciones pasan por la gestión de la demanda: cargar de noche, instalar paneles solares en hogares y aprovechar tecnologías como Vehicle to Grid (V2G). Con planificación, la electromovilidad puede crecer sin saturar la red.

alt default
Energia - Panel Solar

EL MERCADO MEXICANO: CIFRAS EN ASCENSO

El dinamismo del mercado es uno de los indicadores más claros de que la transición ya está en marcha. Según el Barómetro de Electromovilidad 2024 de la EMA, se vendieron 69,713 vehículos electrificados en 2024, un crecimiento de 83.8 % frente al año anterior. De estos, 38,420 fueron híbridos enchufables y 31,294 eléctricos puros.

En el primer trimestre de 2025, las ventas sumaron 20,560 unidades, lo que representa un aumento de 289.6 % frente al mismo periodo de 2024 (Energía a Debate). Las proyecciones de Cluster Industrial apuntan a una producción nacional superior a 250,000 unidades en 2025, con un ritmo de crecimiento que ya transforma la industria automotriz mexicana.

alt default
BYD

El liderazgo recae en marcas como BYD, Tesla, JAC, Volvo y BMW, que concentraron 85 % de las ventas. BYD ejemplifica el salto: pasó de 1,000 autos en 2023 a más de 40,000 en 2024. A la par, el ICCT documenta que entre 2021 y 2024 el precio promedio de los eléctricos cayó 37 %, mientras que los de gasolina subieron 23 %. La brecha de precios se reduce y la adopción gana velocidad.

LA INFRAESTRUCTURA DE RECARGA: UN CUELLO DE BOTELLA

Aunque el parque vehicular eléctrico crece, la red de recarga pública avanza más lento. Según el Barómetro de Electromovilidad, al cierre de 2024 México tenía 45,055 conectores, de los cuales solo 599 eran de carga rápida en corriente continua y 3,321 de corriente alterna pública. El resto, más de 41,000, estaban en viviendas (El Economista; Mobility Portal).

Para marzo de 2025 la cifra llegó a 47,456, con 92.5 % en hogares y apenas 3,514 en la red pública (Energía a Debate). Un informe de Líder Empresarial documentaba 42,915 cargadores en septiembre de 2024, mientras que otros estimaban un total nacional cercano a 50,000.

El contraste vuelve a ser evidente: California, con un mercado comparable, opera 14,000 estaciones públicas. La falta de infraestructura compartida no ha frenado a quienes cargan en casa, pero limita la confianza en trayectos largos. Expandir la red de carga rápida y modernizar la regulación es prioritario.

EL POTENCIAL RENOVABLE: LA CARTA FUERTE DE MÉXICO

Si hay un factor que coloca a México en ventaja, es su recurso solar. Energy Unlimited calcula una irradiación media anual de 6.36 kWh/m² por día, con picos de hasta 8.5 en algunas regiones. Esta cifra duplica la de países europeos como Francia o el Reino Unido.

alt default
BYD

La abundancia solar, sumada a la reducción en costos de paneles, convierte al país en un terreno ideal para cargar vehículos eléctricos con energía limpia. A mediano plazo, esto podría significar no solo ahorros adicionales para los usuarios, sino una reducción radical de la huella de carbono de nuestro transporte.

OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS

Los datos reunidos permiten una conclusión clara: la electromovilidad en México es viable, competitiva y ambientalmente favorable, pero aún enfrenta obstáculos estructurales.

De acuerdo con la EMA y SEMARNAT, un eléctrico reduce más de 60 % de las emisiones de CO₂ frente a un auto de combustión. Según Petróleo & Energía, recorrer 100 km cuesta 16 pesos en casa contra 192 con gasolina. El Barómetro de Electromovilidad confirma un crecimiento exponencial en ventas, y el ICCT reporta que los precios bajan año con año.

El verdadero cuello de botella está en la infraestructura pública y en la dependencia de combustibles fósiles en la matriz eléctrica. La red puede soportar la demanda, pero se necesita planificación, inversión y regulación.

Si a esto sumamos un panorama geopolítico que está por influir en el resultado de este proceso, las grandes ventajas de poder contar con vehículos eléctricos accesibles provenientes de Asia, podrían ya no ser tan grandes, por lo que el gobierno tiene la complicada misión, no sólo de establecer un panorama equitativo para todos los fabricantes y comercializadores de autos en México, sino al mismo tiempo hacerlo en congruencia con los objetivos de salud, emisiones contaminantes y modernización del país. No podemos buscar seguir avanzando en esta línea de progreso, y al mismo tiempo ponerle el pie a algunos de los actores que más cambios están generando para el crecimiento de la electromovilidad en nuestro país, simplemente no es congruente.

México tiene la ventaja de un recurso solar excepcional, capaz de sostener un modelo de movilidad limpia a gran escala. La pregunta, entonces, no es si el país está listo, sino si los distintos actores —Estado, industria y consumidores— estarán dispuestos a acelerar una transición necesaria que ya comenzó.

También lee:

whastapp