Hace poco más de dos meses se detectó por primera vez la variante del coronavirus que más rápido se ha extendido por el mundo y que ya se encuentra en más de 120 países: Ómicron.
Mucho se ha hablado sobre ella, sus síntomas, secuelas, y su habilidad para burlar las vacunas contra el SARS-CoV-2. Pero, ¿cuál es el origen de esta variante? ¿Por qué se transmite más rápido que sus predecesores? ¿Qué hace que sea menos letal que alpha y delta?
De acuerdo con la revista Nature, los científicos están investigando tres teorías sobre el posible origen de ómicron, variante fue detectada en Sudáfrica a finales de 2020 y que según Darren Martin, biólogo computacional de la Universidad de Ciudad del Cabo, “simplemente salió de la nada”.
Conocer el origen de ómicron tiene una importancia que va más allá de lo académico, ya que determinar bajo qué condiciones surgió esta variante podría ayudar a los científicos a comprender el riesgo de que surjan nuevas mutaciones y sugerir pasos para minimizar sus efectos.
Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó al Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO), el cual se reunió para discutir los orígenes de ómicron y se espera que el grupo publique un informe a principios de febrero.
Principales teorías
Aunque los investigadores han secuenciado millones de genomas de SARS-CoV-2, es posible que simplemente hayan pasado por alto una serie de mutaciones que eventualmente condujeron a ómicron. La variante se pudo haber desarrollado por mutaciones en una persona, como parte de una infección a largo plazo. O bien podría haber surgido sin ser visto en otros huéspedes animales, como ratones o ratas.
1. Un extraño genoma.
Lo que destaca de ómicron es su notable número de mutaciones. La variante tiene más de 50 mutaciones en comparación con el virus SARS-CoV-2 original aislado en Wuhan, China. Unos 30 de estos contribuyen a los cambios en los aminoácidos en la proteína espiga, que el coronavirus usa para unirse y fusionarse con las células.
Otra característica curiosa de ómicron es que, desde un punto de vista genómico, consta de tres sublinajes distintos (llamados BA.1, BA.2 y BA.3) que parecen haber surgido aproximadamente al mismo tiempo.
Para Jinal Bhiman, científico médico del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Johannesburgo, el proceso de mutación de ómicron podría haber ocurrido sin ser visto, en una región del mundo que tiene una secuenciación genómica limitada y entre personas que normalmente no se hacen la prueba, tal vez porque no tenían síntomas.
En algún momento de los últimos meses, dice, sucedió algo que ayudó a que ómicron explotara, tal vez porque el progreso de otras variantes, como delta, se vio obstaculizado gradualmente por la inmunidad acumulada por la vacunación y la infección previa, mientras que ómicron pudo evadir esta barrera.
Aunque los investigadores han enviado casi 7.5 millones de secuencias de SARS-CoV-2 a la base de datos del genoma de GISAID, no se han secuenciado cientos de millones de genomas virales de personas con COVID-19 en todo el mundo. Sudáfrica, con unos 28 mil genomas, ha secuenciado menos del 1 por ciento de sus casos conocidos de COVID-19, y muchos países vecinos, desde Tanzania hasta Zimbabue y Mozambique, han enviado menos de 1000 secuencias a GISAID.
Los investigadores afirman que necesitan secuenciar los genomas del SARS-CoV-2 de estos países para tener una mejor idea de la probabilidad de una evolución no observada. Es posible que los tres sublinajes de ómicron llegaran por separado a Sudáfrica desde una región con capacidad de secuenciación limitada.
2. Infección crónica.
Otra alternativa para una evolución acelerada es una persona con una infección crónica. Allí, el virus puede multiplicarse durante semanas o meses, y pueden surgir diferentes tipos de mutaciones para esquivar el sistema inmunológico del cuerpo. Las infecciones crónicas le dan al virus “la oportunidad de jugar al gato y al ratón con el sistema inmunológico”, dice Sergei Pond, biólogo evolutivo computacional de la Universidad de Temple en Filadelfia, Pensilvania, quien cree que es una hipótesis plausible para el surgimiento de ómicron.
Estas infecciones crónicas se han observado en personas con sistemas inmunitarios comprometidos que no pueden deshacerse fácilmente del SARS-CoV-2.
Por ejemplo, un informe de caso de diciembre de 2020 describió a un hombre de 45 años con una infección persistente. Durante casi cinco meses en su huésped, el SARS-CoV-2 acumuló cerca de una docena de cambios de aminoácidos en su proteína espiga. Algunos investigadores sugieren que alpha surgió en alguien con una infección crónica porque, al igual que ómicron, parece haber acumulado cambios a un ritmo acelerado.
3. Ratón o rata
Ómicron podría no haber surgido en absoluto en una persona. El SARS-CoV-2 es un virus promiscuo: se ha propagado a un leopardo salvaje, a hienas e hipopótamos en zoológicos, y a hurones y hámsters domésticos. Ha causado estragos en las granjas de visones en toda Europa y se ha infiltrado en las poblaciones de ciervos de cola blanca en toda América del Norte. Y ómicron podría ingresar a una selección más amplia de animales. Los estudios basados en células han encontrado que, a diferencia de las variantes anteriores, la proteína espiga de ómicron puede unirse a la proteína ACE2 de pavos, pollos y ratones.
Un estudio encontró que la combinación de mutaciones N501Y-Q498R permite que las variantes se unan fuertemente a ACE2 de rata. Y Robert Garry, virólogo de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, Luisiana, señala que se han observado varias otras mutaciones en ómicron en virus SARS-CoV-2 que se adaptan a roedores en experimentos de laboratorio.
Los tipos de sustitución de un solo nucleótido observados en el genoma de ómicron también parecen reflejar los que se observa normalmente cuando los coronavirus evolucionan en ratones, y no coinciden tan bien con los cambios que se observan en los coronavirus que se adaptan a las personas.
Entonces, es posible que el SARS-CoV-2 haya adquirido mutaciones que le dieron acceso a las ratas (saltar de una persona enferma a una rata, posiblemente a través de aguas residuales contaminadas) y luego propagarse y evolucionar a ómicron en esa población animal.
Más tarde, una rata infectada podría haber entrado en contacto con una persona, lo que provocó la aparición de ómicron. Los tres sublinajes de ómicron son lo suficientemente distintos como para que, según esta teoría, cada uno represente un salto separado de animal a humano.