Los medicamentos bamlanivimab y etesevimab, que se utilizan en el tratamiento de pacientes con COVID-19, recibieron una autorización de uso de emergencia por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Esos medicamentos pueden ser utilizados en solución inyectable y de manera combinada.
La combinación se autorizó para el tratamiento de pacientes adultos con COVID de leve a moderado, y para pacientes pediátricos (es decir, de 12 años o más que pesen al menos 40 kilogramos) que tengan comorbilidades de muy alto riesgo que no estén controladas.
“Esta autorización para uso de emergencia se emite después de una evaluación por parte de personal dictaminador especializado de Cofepris, que se enfoca en el cumplimiento de los requisitos necesarios para garantizar calidad, seguridad y eficacia en los componentes”, agregó la comisión en un comunicado.
La dependencia apuntó que el bamlanivimab y etesevimab ya han sido aprobados por otros órganos reguladores en el mundo, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, (FDA, por sus siglas en inglés).
La Cofepris subrayó que “este tratamiento no sustituye las vacunas autorizadas contra COVID-19″.
La autorización se da en el marco de la aparición de una nueva variante del COVID, ómicron, cuya transmisibilidad y capacidad de infección aún están siendo estudiadas por empresas y autoridades de salud.
En el caso de Moderna, el juicio es que se necesitarán nuevas vacunas.
“La cantidad de mutaciones en este virus es sorprendente”, dijo el cofundador Noubar Afeyan en una entrevista de Bloomberg Television. El director ejecutivo Stephane Bancel, en una entrevista con el Financial Times, predijo una “caída sustancial” en la eficacia de las inyecciones existentes y redujo las expectativas de que las nuevas inyecciones podrían estar listas pronto.
Tanto Moderna como AstraZeneca y Pfizer ya trabajan en biológicos diseñados especialmente contra ómicron.