Una nueva pregunta ha surgido en el contexto de las jornadas de vacunación por COVID-19, sobre todo en los grupos de edad más jóvenes, quienes cuestionan si es posible tatuarse antes o después de la inmunización.
Las respuestas son inciertas, ya que organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) no contemplan este tema en las recomendaciones que enlista en su sitio web.
Por otro lado, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría señala que no hay estudios sobre la relación entre la realización de tatuajes y las vacunas, por lo tanto no se tiene evidencia sobre efectos negativos para quien se inocula y se ‘inyecta tinta’ en intervalos de tiempo cercanos.
Sin embargo, un estudio siguiere que ciertos componentes de las tintas usadas para tatuajes viajan hasta los ganglios linfáticos y pueden generar cambios en el sistema inmunológico.
Synchrotron-based ν-XRF mapping and μ-FTIR microscopy enable to look into the fate and effects of tattoo pigments in human skin revela que el depósito de partículas de tinta desencadena un agrandamiento crónico del ganglio linfático y este estará expuesto para siempre.
La experimentación usó piel y tejidos linfáticos de seres humanos. Mediante técnicas de fluorescencia de rayos X se pudo explorar hasta dónde llegó la tinta dentro de los tejidos y la piel
Una metodología adicional basada en espectrometría de masas avanzada permitió demostrar el transporte simultáneo de pigmentos orgánicos, metales pesados y dióxido de titanio desde la piel, hasta los ganglios linfáticos regionales.
La relación tan importante entre los ganglios linfáticos y el sistema inmune, es que estos producen las células que ayudan al cuerpo a combatir infecciones y eliminan bacterias.
Todavía no se tiene una respuesta científica certera sobre la relación tatuajes y vacunas COVID-19, sin embargo, este estudio plantea cabios en los ganglios que generan agentes protectores para el sistema inmune.