El transporte londinense no está convencido del brillo que podría rodear la boda de la actriz estadounidense Meghan Markle con el príncipe Harry este fin de semana.
Al hacer un estimado del flujo de tráfico hacia el lugar de la boda, que se realizará en el castillo de Windsor, la autoridad ha hecho un pronóstico arriesgado: menos personas irán hacia ese punto de las que fueron cuando el padre de Harry, el príncipe Charles, se casó por segunda vez en 2005.
El creciente entusiasmo que rodea la unión de Harry, que fue piloto de helicópteros de combate Apache en Afganistán, y la exestrella de la serie 'Suits' Meghan Markle habla de una realidad diferente, que podría desbordar las estaciones de tren y congestionar las vías de acceso a la pequeña ciudad de Berkshire.
La oficina del Transporte de Londres (Tfl, por sus siglas en inglés) tomó datos sobre traslados en ocasión de la boda del príncipe Charles con Camilla Parker Bowles, también en Windsor, para evaluar cuántas personas planean celebrar la unión entre el príncipe Harry y Meghan Markle, reveló Nigel Holness, director de operaciones de red, quien añadió que la boda de 2005 no tuvo un "impacto discernible" en los traslados.
Los miembros de la Asamblea de Londres respondieron a esto con la sugerencia de que la boda de Harry y Markle, de 33 y 36 años respectivamente, podría resultar más atractiva que el casamiento de perfil bajo de dos divorciados ya avanzados en su quinta década de vida.
"Pienso que la magnitud es diferente", dijo Caroline Pidgeon, una demócrata liberal que encabeza la comisión de transporte de la asamblea, quien cuestionó a Holness esta semana. "Esta boda es interesante para muchas personas más en todo el mundo", subrayó.
Pidgeon dijo que el evento podría ser más parecido a la boda del príncipe William, hermano de Harry y segundo en la línea al trono, con Kate Middleton en 2011, si bien tuvo lugar en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres.
El miembro laborista Navin Shah también advirtió a Holness que el sábado sería un "día importante". TfL comentó a Bloomberg que se habían usado datos sobre la boda de Charles y Camilla porque era "el único evento reciente comparable realizado en Windsor".
El primer casamiento de Charles, con Diana Spencer en 1981, tuvo lugar en la Catedral de San Pablo en Londres.
A la presión sobre el transporte se sumará el mayor evento de futbol inglés, la final de la Copa FA, que comenzará en el estadio de Wembley, en el noroeste de Londres, a las 17:15 del sábado, horas después de la boda de Harry y Meghan.
Se espera que al partido asistan 90 mil personas, muchas de las cuales viajarán desde el suroeste de Londres, en donde el Chelsea, uno de los finalistas, tiene su sede.
Los posibles cuellos de botella se harán en Paddington y Waterloo, desde donde los trenes se comunican con Windsor, que está a una hora al oeste de la capital. TfL supervisa los enlaces de metro con las estaciones y trenes de superficie, así como las rutas de metro a Wembley, si bien no los trenes hacia Windsor.