La semana antepasada, el Banco de México publicó dos documentos muy relevantes. El Informe Trimestral y las minutas de la reunión de política monetaria del 15 de mayo. Normalmente los participantes de los mercados financieros ponen mayor atención al Informe Trimestral, debido a que está escrito tomando en cuenta información y eventos más recientes –comparado con las minutas–, y además, incluye una presentación y una conferencia de prensa con sesión de preguntas y respuestas. No obstante lo anterior, en esta ocasión, considero que la atención se centró más en las minutas, a pesar de que además, se publicaron un día después de la presentación del Informe Trimestral. He notado que una gran cantidad de inversionistas con los que he tenido la oportunidad de platicar se encuentran “contrariados” con el tono ‘muy acomodaticio’ (‘very dovish’) del Informe Trimestral y el tono ‘menos acomodaticio’ (‘less dovish’) de las minutas.
Por un lado, las conclusiones de varios inversionistas al terminar la presentación del Informe Trimestral fue que Banxico podría llevar la tasa de referencia a niveles por debajo de 7.00 por ciento (actualmente en 8.50 por ciento). Sin embargo, el día siguiente, después de leer las minutas, se quedaron con la impresión de que Banxico tal vez solo baje la tasa una vez más, en 50 puntos base (pb) o inclusive 25pb. En mi opinión, yo creo que el Banco de México ha mejorado significativamente la comunicación con el mercado a través de los años, pero en particular en estos últimos tres años, en donde ha hecho más predecible la trayectoria de la tasa de referencia. El consenso entre economistas es que una mejor comunicación aumenta el grado de incidencia que tiene la política monetaria en la economía (Bernanke, et al, 1999). De esta manera no considero que exista un mensaje confuso.
En este sentido, considero que hay tres aspectos que destacar: (1) En el Informe Trimestral no es tan sencillo identificar si existe alguna diferencia clara entre los miembros de la Junta de Gobierno, a menos que las preguntas que lleva a cabo la prensa la hagan evidente. El mensaje principal es el escenario base consensuado de la Junta, a partir del análisis del staff y de los miembros de la Junta, señalando los principales riesgos.
(2) Uno de los objetivos de las minutas es que Banxico dé a conocer los diferentes puntos de vista de los miembros de la Junta de Gobierno. Tener la política monetaria en manos de un órgano colegiado con diversidad de experiencias y opiniones es también bienvenido para una mejor instrumentación de dicha política, a pesar de que esto haga más retador lograr una buena comunicación (Blinder, 2004, 2007). En este caso, considero que Banxico, bajo el liderazgo de Victoria Rodríguez, lo ha hecho muy bien y no se desvirtúa por las diferencias que se observan en las minutas y esta ocasión no fue una excepción. Considero que los miembros 1 y 5 –identificados como los que tienen un mayor sesgo a bajar tasas–, utilizaron una argumentación sólida para justificar por qué México no necesita tener una tasa de interés tan restrictiva en las condiciones actuales de baja inflación, evidente desaceleración económica y tipo de cambio relativamente estable. Inclusive, en mi interpretación, estos miembros señalaron no solo la posibilidad de que Banxico continúe reduciendo la tasa en las próximas reuniones, sino que además, los recortes pudieran ser de 50pb. Sin embargo, a pesar de haber sido una decisión unánime, considero que los miembros 3 y 4 fueron más cautelosos, no con la decisión de continuar disminuyendo la tasa, sino con la forma de llevar a cabo el ciclo de bajas hacia delante. El miembro 3 destacó el diferencial entre la tasa de Banxico y la del Fed, que dado el ciclo en el que está el Fed –sin mover las tasas–, el diferencial se va reduciendo cada vez que Banxico baja tasas, restando espacio a Banxico para seguir flexibilizando la política monetaria. Por su parte, el miembro 4 advierte que no le parece que Banxico continúe mandando un mensaje similar en las siguientes reuniones –indicando bajas de “la misma magnitud”, i.e. 50pb–, si la inflación anual no retoma una tendencia descendente.
(3) Sin embargo, no veo “mensajes confusos” o “contrastantes”. Veo un Banxico que podrá seguir disminuyendo el alto grado de restricción de la política monetaria en las siguientes reuniones, pero que a partir de junio o en sus reuniones posteriores podría ser más cauteloso en la forma en que recortar las tasas. Es decir, tal vez Banxico podría regresar a recortes de 25pb y terminar el ciclo de bajas en una tasa alrededor de 7.50 por ciento. Cabe señalar que si Banxico reduce la tasa en su reunión de junio, ya sea 25 o 50pb –como anticipo–, el diferencial de tasas México-EU “romperá” los 400bp (8.50% - 4.50%). En mi opinión, esto no pone al peso mexicano en una región de vulnerabilidad, dados los fundamentos de estabilidad macroeconómica de nuestro país, así como tomando en cuenta que existe un mucho menor número de tenedores extranjeros de bonos gubernamentales en moneda local, en comparación con los últimos episodios de baja de tasas. Sin embargo, esto no quiere decir que el diferencial no sea relevante y aunque es factible que México pueda transitar con un diferencial de 300pb hacia delante, se ve muy retador poder observar uno menor.
Bernanke, Ben S.; Thomas Laubach, Frederic S. Mishkin, and Adam S. Posen (1999). Inflation Targeting: Lessons from the International Experience. Princeton, New Jersey: Princeton University Press.
Blinder, Alan S. (2004). The Quiet Revolution: Central Banking Goes Modern. New Haven, CT: Yale University Press. (2007). “Monetary Policy by Committee: Why and How?” European Journal of Political Economy 23 (1), pp. 106–23.