Contrapesos

Los ‘amortiguadores’ financieros de México

Los recursos de la Línea de Crédito Flexible son uno de los elementos del ‘blindaje’ de la economía mexicana para mitigar los efectos de eventuales choques externos, como los provocados por los cambios en la política comercial de EU.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ratificó que México continúa cumpliendo con los criterios de habilitación necesarios para acceder a los recursos de la Línea de Crédito Flexible (LCF), concebida para prevención de crisis, por un monto de 24 mil millones de dólares.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Banco de México (Banxico) informaron que el Directorio Ejecutivo del FMI renovó por dos años más la Línea de Crédito Flexible otorgada al país.

Esto “constituye un reconocimiento a la solidez del marco institucional de políticas macroeconómicas”, indicaron Hacienda y Banxico en un comunicado conjunto.

A solicitud de las autoridades mexicanas, el nivel de acceso pasó de 300 a 200 por ciento de la cuota de México en el FMI, lo que implica una disminución de 35 mil millones de dólares a aproximadamente 24 mil millones.

Los recursos de la LCF son uno de los elementos del ‘blindaje’ de la economía mexicana para mitigar los efectos de eventuales choques externos, como los provocados por los cambios en la política comercial de Estados Unidos, que se mantienen como una fuente de incertidumbre.

El primero y más cuantioso de esos elementos son los cerca de 249 mil millones de dólares en la reserva internacional del Banco de México a la primera semana de noviembre.

También se cuenta con una línea swap con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por 9 mil millones de dólares.

Sumándolos, los casi 282 mil millones de dólares representan la disponibilidad de liquidez internacional para responder ante choques externos e imprevistos.

El Fondo señaló que “México cumple con los requisitos de habilitación para la LCF en virtud de la gran solidez de sus fundamentos económicos y marcos institucionales de política económica y su trayectoria de desempeño macroeconómico e implementación de políticas”.

Recordó que, desde 2017, México ha reducido gradualmente el acceso a los acuerdos en el marco de la Línea de Crédito Flexible.

El acuerdo de finales de noviembre de 2017 fue aprobado por un monto de acceso original equivalente a unos 88 mil millones de dólares, por lo que la reducción acumulada supera el 70 por ciento.

Nigel Clarke, subdirector gerente y presidente interino del Directorio, dijo que “la actividad económica en México sigue débil, restringida por la necesaria consolidación fiscal y una política monetaria aún restrictiva, así como por los efectos adversos de las tensiones comerciales”.

No obstante, “la economía ha mostrado resiliencia y estabilidad frente a la elevada incertidumbre externa, gracias en parte a la gran solidez de las políticas macroeconómicas y los marcos institucionales, que incluyen un régimen de tipo de cambio flexible, un marco creíble de metas de inflación, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y un sector financiero bien regulado”.

De manera que “México sigue cumpliendo con todos los criterios que le permiten acceder a la Línea de Crédito Flexible”.

Otros factores que ayudan al ‘blindaje’ son el compromiso del gobierno federal para obtener un superávit primario en las finanzas públicas –al excluir el costo financiero– en 2025 y ampliarlo el año entrante, así como el propósito de reducir el déficit fiscal en 1.6 puntos porcentuales del PIB, del pico de 5.7 por ciento en 2024 a 4.1 por ciento en 2026.

También lo fortalecen los fondos de estabilización, que contribuyen a apuntalar las finanzas públicas ante una caída en los ingresos del gobierno.

A esto se suman la autonomía y el compromiso de Banxico con su mandato prioritario de estabilidad de precios y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por procurar un entorno de inflación baja y estable, si bien en diciembre probablemente seguirá recortando su tasa de referencia.

No menos importante es el tipo de cambio flexible, que es uno de los factores que más ha contribuido a la estabilidad macroeconómica del país, junto con la resiliencia del sector financiero.

Los datos de actividad económica del tercer trimestre del año, que se revisarán este viernes por parte del INEGI, van a confirmar un comportamiento negativo del PIB de México.

Aun cuando la economía mexicana experimentará una fuerte desaceleración, pues según los analistas registrará un crecimiento de sólo medio punto porcentual en 2025, está lejos de entrar en una crisis económica o financiera a gran escala.

No está mal el nivel de la protección financiera, pero estaría mejor si México creciera más.

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