El jueves pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó al alza sus proyecciones de crecimiento para 2025 en Latinoamérica y el Caribe a 2.4 por ciento desde el 2.2 por ciento estimado en agosto.
“Esta sería la segunda revisión al alza desde abril, cuando la previsión del crecimiento regional fue de 2.0 por ciento”, expuso el organismo regional de las Naciones Unidas.
De acuerdo con la Cepal, en 2026 la economía regional crecería 2.3 por ciento, sin cambios respecto a su proyección anterior.
Lo preocupante es que la región “continúa sumida en una trampa de baja capacidad para crecer, con tasas promedio de alrededor de 2 por ciento, con escasa inversión, baja productividad, mercados de trabajo poco dinámicos y elevados niveles de desigualdad”.
La Cepal estima que México crecerá 0.6 por ciento este año, lo que representa una revisión al alza desde el 0.3 por ciento pronosticado en agosto pasado.
“El PIB de México crecería un 0.6 por ciento, una revisión al alza de 0.3 puntos porcentuales respecto a la estimación presentada en el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2025 (publicado el 5 de agosto), reflejando un resultado más favorable en materia de comercio internacional y un desempeño mejor al anticipado por parte de la economía de los Estados Unidos”, según el reporte de proyecciones actualizadas.
Aun así, el crecimiento estimado para 2025 implica un freno frente al de 1.4 por ciento observado en 2024.
Para 2026, la Comisión anticipa un crecimiento de la economía mexicana de 1.3 por ciento, superior al de 1.0 por ciento previsto dos meses y medio antes.
El escenario estimado por el organismo regional de las Naciones Unidas para este año y el próximo está prácticamente en línea con el consenso de los analistas encuestados esta semana por Citi México, que anticipan crecimientos de 0.5 y 1.3 por ciento, respectivamente.
También este mes, con motivo de sus reuniones anuales en Washington DC, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) actualizaron sus perspectivas económicas globales.
En el caso particular de México, el BM pronostica un crecimiento de 0.5 por ciento este año y uno de 1.4 por ciento en 2026. Por su parte, el FMI anticipa que la economía mexicana crecerá 1.0 y 1.5 por ciento en 2025 y el año siguiente, respectivamente.
En cualquier caso, el reto de nuestro país es romper la inercia de bajo crecimiento y alcanzar una recuperación económica sostenible, después de un 2025 caracterizado por un virtual estancamiento de la actividad productiva.
El reporte de proyecciones actualizadas de la Cepal exhibe la gran heterogeneidad regional que existe entre las economías de América Latina.
La economía latinoamericana con mejor desempeño en 2025 será Venezuela, con un crecimiento proyectado de 6.0 por ciento, seguida de Paraguay y Argentina, con 4.5 y 4.3 por ciento, en ese orden.
Pero podría decirse que Paraguay es la ‘campeona del crecimiento’ en la región, excluyendo a los países del Caribe, pues su trayectoria se mantiene constante sobre 4 por ciento anual.
Por el contrario, la economía que tendrá la peor evolución es México, con la proyección ya señalada de 0.6 por ciento este año, seguida de Bolivia, con un crecimiento de 1.0 por ciento.
El bajo crecimiento económico de México tiene como contexto global una alta incertidumbre arancelaria, persistentes tensiones comerciales, sobre todo entre Estados Unidos y China, así como conflictos geopolíticos.
El entorno externo plantea un escenario retador para el crecimiento de la economía mexicana, pese a que el país mantiene un trato preferencial en términos arancelarios para las exportaciones a Estados Unidos que se realizan bajo el marco del T-MEC.
En este marco, no es menor el deterioro en las expectativas para la inversión privada nacional y extranjera derivado de factores internos, como la reforma al Poder Judicial, la desaparición de siete organismos autónomos y técnicos, y recientemente, la reforma a la Ley de Amparo.
Más allá de 2025, el escenario de recuperación económica del país es incierto, en la medida que la inversión siga mostrando debilidad y continúe siendo insuficiente para aportar al crecimiento y cumplir con las metas del Plan México.