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Las alertas sobre el déficit fiscal de México

Víctor Piz destaca que la consolidación fiscal buscada por el Gobierno de Sheinbaum va a un ritmo lento que pone a prueba la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Disminuir el déficit en las finanzas públicas de México desde el nivel máximo de cuatro décadas de 5.7 por ciento del PIB que alcanzó en 2024, será más complicado e incierto que lo anticipado hace unos meses.

Este proceso se conoce como consolidación fiscal a partir de un menor gasto público y un nivel estable de la deuda pública como porcentaje del PIB.

Oficialmente, el déficit proyectado para el cierre de 2025 –primer año completo del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum– es de 4.3 por ciento del PIB, en forma ampliada, esto es, bajo la definición de los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), que reflejan las necesidades de financiamiento.

La cifra es 1.4 puntos porcentuales menor que en 2024, aunque está por encima del déficit de 3.9 por ciento del PIB aprobado por el Congreso de la Unión.

Sobre la base de lo anterior, la Secretaría de Hacienda propuso en el Paquete Económico 2026, que en estos días se discute en ambas cámaras el Congreso, un déficit fiscal de 4.1 por ciento del PIB para el año entrante.

Según la dependencia, en 2026 continuará el proceso de normalización de los RFSP, mediante el cual “se alcanzará una disminución acumulada de 1.6 puntos porcentuales frente al déficit de 5.7 por ciento del PIB observado en 2024”.

Este ajuste, de cumplirse las metas fiscales planteadas para 2025 y 2026, “no sólo permitirá mantener una trayectoria estable de la deuda pública, sino también ofrecer certidumbre (…) sobre el compromiso del gobierno de México con la sostenibilidad fiscal del país”.

De acuerdo con Hacienda, la meta de déficit de 4.1 por ciento del PIB “refleja el compromiso de mantener una deuda pública estable y una posición fiscal sólida”.

En ese sentido, la deuda pública, medida a través del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), se estima que se ubicará en 52.3 por ciento del PIB al cierre de este año y también en 2026 y los años subsecuentes hasta finales de la década.

Sin embargo, las expectativas de los organismos internacionales y analistas privados apuntan a una consolidación fiscal parcial y gradual, que pone a prueba la sostenibilidad de las finanzas públicas y la estabilidad financiera del país.

En su Monitor Fiscal dado a conocer esta semana en Washington en el marco de las reuniones anuales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima un déficit del gobierno mexicano de 4.3 por ciento del PIB en 2025 y uno de 4.1 por ciento el año entrante, en línea con la actualización de las metas de finanzas públicas de Hacienda.

Pero en términos de la deuda neta de México, equivalente al SHRFSP, se prevé que mostrará una trayectoria alcista en los próximos años, desde 51.6 por ciento del PIB en 2025 hasta 54.4 por ciento anticipado para 2030, último año de la administración Sheinbaum, según las proyecciones del FMI.

El escenario base que está siendo descontado por analistas y participantes en los mercados financieros es el de una consolidación fiscal limitada y poco significativa para reducir el alto endeudamiento de 2024.

Para el banco de inversión UBS, el Paquete Económico 2026 refleja un ritmo más lento de consolidación fiscal tras un notable progreso en 2025, lo que pone de relieve la creciente dificultad para reducir los déficits en un contexto de débil crecimiento económico.

En opinión de Alejo Czerwonko, director de Inversiones para Mercados Emergentes de las Américas en UBS, “México está tratando de rectificar los desequilibrios bastante marcados del año pasado”, pero en 2025 “todavía hay bastante más trabajo que hacer”.

“No cumplir completamente con la consolidación fiscal que se esperaba para este año es reflejo de rigideces en el sistema impositivo y de gasto”, dijo el experto a este reportero.

México requiere una reforma fiscal, no pareciera haber apetito político para ejecutarla en este momento, pero tarde o temprano esto va tener que ser llevado a cabo”, vaticinó Czerwonko.

El especialista de UBS concluye que la deuda del país se encamina en la dirección incorrecta y los déficits son desafiantes, pero la buena noticia es que México no está solo, pues los desafíos de las cuentas fiscales son un fenómeno global.

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