Contrapesos

¿Pronta salida del túnel de bajo crecimiento?

El FMI advierte que el entorno general sigue siendo volátil, y los factores temporales que respaldaron la actividad económica en el primer semestre de 2025, como el adelanto de la actividad comercial, se están atenuando.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) inician sus reuniones de otoño 2025 en Washington DC, en tiempos de incertidumbre y tensiones comerciales.

En este marco, el Fondo Monetario actualizó ayer su documento de Perspectivas de la economía mundial, conocido como informe WEO, donde advierte que el entorno general sigue siendo volátil, y los factores temporales que respaldaron la actividad económica en el primer semestre de 2025, como el adelanto de la actividad comercial, se están atenuando.

Como resultado, el FMI pronostica una desaceleración del crecimiento mundial de 3.3 por ciento en 2024 a 3.2 por ciento en 2025 y a 3.1 por ciento en 2026, pero avizora perspectivas sombrías.

“Estas cifras constituyen una mejora con respecto a las de la actualización del informe WEO de julio, pero acumulativamente se sitúan 0.2 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos elaborados antes de los cambios en las políticas que se presentaron en el informe WEO de octubre de 2024”.

De acuerdo con el organismo, “esta desaceleración refleja el lastre generado por la incertidumbre y el proteccionismo, a pesar de que el shock arancelario es menor de lo anunciado en un principio”.

En un contexto de adaptación al panorama marcado por el aumento del proteccionismo y la fragmentación, el pronóstico de crecimiento para Estados Unidos en 2025 se incrementó a 2.0 por ciento desde el 1.9 por ciento previsto en julio, mientras que en 2026 crecerá 2.1 por ciento, por arriba del 2.0 por ciento estimado anteriormente.

Aunque también representa una desaceleración de la economía estadounidense desde su crecimiento de 2.8 por ciento en 2024.

El FMI confirmó un aumento en su expectativa de crecimiento para el PIB de México a 1.0 por ciento en 2025 desde el 0.2 por ciento previsto a finales de julio, y una mejora para 2026 a 1.5 por ciento comparado con el 1.4 por ciento pronosticado tres meses antes, conforme a los resultados de las consultas del Artículo IV.

Ambas proyecciones están en línea con los resultados de las consultas del Artículo IV sobre México, llevadas a cabo por el FMI este año, de reciente publicación, pero superan el ritmo anticipado por el consenso de analistas.

A pesar de la revisión al alza, el crecimiento estimado para la economía mexicana en este año señala una desaceleración acentuada frente al avance de 1.4 por ciento registrado en 2024.

Cabe apuntar que la proyección para la actividad de la economía mexicana en 2025 fue revisada al alza por segunda vez, pues en el informe WEO de abril se anticipaba una contracción de 0.3 por ciento anual.

“Normalmente cada primer año de gobierno, independientemente de lo que pase internacionalmente, el PIB en México se contrae significativamente, porque el gasto corriente se cae por el cambio de gabinete y hay acciones de política que le pegan muy fuerte al crecimiento, como la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México cuando fue el cambio con López Obrador”, analiza Gabriel Casillas, economista en jefe para América Latina del banco Barclays.

“En esta ocasión ni hubo tanto cambio de gabinete, pues prácticamente se quedó el mismo, entonces el gasto corriente no sufrió, ni tuvimos una política que le pegara al crecimiento como en otros cambios de sexenio”, dijo el analista a quien esto escribe desde Washington, donde asiste a las reuniones anuales del FMI y el BM.

Casillas dice estar “contento” de que el Fondo Monetario haya recapacitado y regresado a valores positivos en sus perspectivas de crecimiento para México.

El 1 por ciento se ve complicado, pero no tan difícil. Nosotros traemos 0.7 por ciento (para 2025), prácticamente lo hemos traído por más de un año”.

No sólo eso, sino que “para el año entrante nosotros traemos 1.7 por ciento, un poco fundamentado no sólo en el 2 por ciento de crecimiento que traemos para Estados Unido, pero también en la recuperación de la manufactura en EU (respecto al débil desempeño que presentó en 2024), que es la liga principal con México”.

Desde la perspectiva del economista en jefe para Latinoamérica de Barclays, “todo indica que sí podemos crecer más el año que entra”.

Ojalá que así sea, porque la actividad económica en México sigue siendo débil y el reto es salir del túnel de bajo crecimiento.

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