En el segundo trimestre de 2025, el mercado laboral en México mostró resultados mixtos, pero con sesgo negativo en sus principales indicadores.
Destacó el crecimiento de la población ocupada sustentado en la informalidad laboral, que retomó su tendencia ascendente.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, la población ocupada alcanzó los 59 millones 441 mil personas, lo que representó un aumento de 114 mil trabajadores respecto al mismo periodo de 2024.
En términos anuales, es el menor incremento de la población ocupada para lapsos comparables en la última década, sin considerar la caída de 2020 asociada a la pandemia.
En su interior, los sectores con mayores aumentos anuales fueron transportes, comunicaciones, correo y almacenamiento con un alza de 182 mil personas y comercio con 131 mil más.
En contraste, el sector de la construcción reportó una caída en el empleo de 226 mil personas y la industria manufacturera tuvo una reducción de 118 mil.
Sólo un millón 624 mil personas estuvieron desocupadas o desempleadas en el trimestre abril-junio de 2025.
La tasa de desocupación se ubicó en 2.7 por ciento en el segundo trimestre, mismo nivel que el de un año antes, según los registros de la ENOE.
De la población ocupada, el número de personas en todas las modalidades de empleo informal fue de 32 millones 589 mil.
Esto representó 54.8 por ciento de la población ocupada, proporción que se conoce como tasa de informalidad laboral, siendo la más elevada desde el tercer trimestre de 2023.
Además, se registró un incremento de 398 mil personas en la población ocupada informal respecto al mismo lapso de 2024.
Sin embargo, en una ampliación de la ENOE que ofrece datos mensuales del mercado laboral nacional, se muestra que en julio pasado la informalidad laboral llegó a máximos históricos, con 34 millones 120 mil personas.
Este es el nivel más alto desde que se tiene registro, como resultado de la incorporación al sector informal de un millón 166 mil personas en el último mes.
De vuelta al reporte del segundo trimestre, en el periodo abril-junio el porcentaje más alto de informalidad laboral se presentó en Oaxaca con 78.5 por ciento, mientras que Nuevo León registró los más bajos con 33.7 por ciento.
Al comparar ambos extremos, se tiene que la brecha de informalidad es de 2.3 veces entre Oaxaca y Nuevo León.
Si la población ocupada en la informalidad laboral repuntó en 398 mil personas, quiere decir que la población ocupada formal disminuyó en 285 mil personas respecto al trimestre abril-junio de 2024.
Sobre la base de los datos del INEGI se advierte un incremento en el ritmo de incorporación de personas a la informalidad laboral, que sigue dando ‘cobijo’ a más de la mitad de la población ocupada.
Prácticamente 55 por ciento de la población activa en México tiene un empleo informal, sin acceso a contratos laborales seguros, prestaciones obligatorias o seguridad social.
Por su parte, las personas ocupadas en la formalidad fueron 26 millones 852 mil al segundo trimestre del año.
Lo preocupante es que la formalidad laboral en el país, donde hay mejores condiciones de trabajo, no logra consolidarse sobre los 27 millones de personas.
El reciente reporte del INEGI sobre los resultados de la medición de la pobreza multidimensional, señala que el impacto de la pandemia de 2020 fue particularmente severo para las personas ocupadas en el sector informal.
Sin embargo, la población ocupada en la informalidad regresó a la ruta ascendente.
Así lo confirma el panorama nacional de la informalidad laboral, que da cabida al 56.1 por ciento de la población ocupada, si tomamos como referencia la información de julio, con más de 34 millones de personas que obtienen sus ingresos en ese sector.