La Secretaría de Economía informó que entre enero y junio de 2025, la Inversión Extranjera Directa (IED) en México aumentó 10.2 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
De acuerdo con la dependencia, al segundo trimestre del año, la IED preliminar se ubica en 34 mil 265 millones de dólares, lo que significa un aumento frente a las cifras originalmente publicadas para el mismo lapso de 2024, cuando se registraron 31 mil 96 millones de dólares.
La base de datos de Economía indica que dicho monto es el mayor nivel histórico de IED con cifras preliminares para un primer semestre.
Esto posiciona al país dentro de los principales receptores de inversión extranjera, a pesar del entorno de incertidumbre derivada de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos.
Del monto total reportado entre enero y junio, 84.4 por ciento correspondió a reinversión de utilidades, 9.2 por ciento a nuevas inversiones y el restante 6.4 por ciento provino de cuentas entre compañías.
Las reinversiones, que al segundo trimestre del año alcanzaron una cifra de 28 mil 914 millones de dólares, son las utilidades de los accionistas extranjeros que permanecen en nuestro país y no se envían al exterior.
Debe reconocerse la confianza de los inversionistas extranjeros en México, en un contexto de incertidumbre comercial en el plano global.
“Ni los aranceles pudieron con la economía mexicana”, celebró la presidenta Claudia Sheinbaum al dar a conocer la información sobre la IED.
Si bien la entrada de IED derivó principalmente de la reinversión de utilidades, México está atrayendo nuevas inversiones de empresas con participación extranjera, después de que no las estaba recibiendo en 2024.
Durante el semestre reportado, se captaron nuevas inversiones por un monto de 3 mil 149 millones de dólares, esto es, 3.4 veces más que en 2024, cuando se recibieron 909 millones de dólares.
“Esto reafirma el interés que inversionistas extranjeros mantienen en nuestro país, a pesar del escenario económico y político a nivel mundial”, destacó Economía en su comunicado sobre la IED.
Además, hubo una inversión de dos mil 202 millones de dólares por concepto de cuentas entre compañías, que se refiere a préstamos, cobros y pagos entre empresas mexicanas y extranjeras del mismo grupo corporativo.
Un año antes hubo desinversión o flujo negativo por ese mismo concepto de 101 millones de dólares.
México se posiciona nuevamente como uno de los principales destinos de IED, a pesar de la incertidumbre comercial observada durante buena parte de 2025.
Esta reposición se puede explicar por el hecho de que la economía mexicana no se ha visto afectada por la implementación de los aranceles estadounidenses, que tampoco han tenido un impacto negativo en la inversión.
La razón es que México mantiene una posición ligeramente más favorable que sus competidores globales para exportar sus productos a Estados Unidos, gracias al trato preferencial otorgado por la administración Trump al comercio vía T-MEC.
La IED del primer semestre se concentró principalmente en la manufactura, que atrajo el 36 por ciento del monto total de inversión. Destacaron también los servicios financieros con el 26.7 por ciento.
Por país de origen, Estados Unidos se mantiene como la principal fuente de inversiones, concentrando el 42.9 por ciento del total, seguido de España con el 17.3 por ciento y Canadá con el 5.1 por ciento.
Aun cuando en la primera mitad del año se recibieron mayores flujos de IED y se captó la cifra más alta desde que se tiene registro, no hay que desbordar optimismo.
Sheinbaum y Trump pactaron que el arancel de Estados Unidos a México de 30 por ciento, previsto para entrar en vigor este mes y vinculado al tráfico de fentanilo y la migración ilegal, se pospusiera por 90 días, con el fin de dar más tiempo para negociar un acuerdo comercial más amplio entre ambos países.
La tregua ofrece un respiro temporal, pero no otorga la estabilidad necesaria para las perspectivas económicas de México tanto de corto como de mediano plazo, sobre todo si la incertidumbre arancelaria se mantiene durante la revisión del T-MEC.
La incertidumbre persistente más allá del plazo de 90 días, que concluye el 29 de octubre, limitará la inversión extranjera directa hacia finales de 2025 y en el transcurso de 2026.