Contrapesos

Se apagan los grandes motores del crecimiento

Víctor Piz advierte que la inversión y el consumo privado van a la baja en México, mientras que las exportaciones, que salvaron al país de la recesión en el primer trimestre, sufrirán por los aranceles.

El análisis de la información del primer trimestre del año sobre la oferta y demanda de bienes y servicios en México revela dos situaciones contundentes:

Por una parte, la inversión total en el país profundizó su tendencia a la baja y terminó por convertirse en un lastre para el crecimiento económico, pues no contribuyó, sino que restó en aportación al PIB.

Por otra parte, las exportaciones de bienes y servicios y, en menor medida, el consumo de gobierno, permitieron a la economía mexicana esquivar la recesión.

Veamos los datos publicados por el INEGI esta semana:

La oferta global de bienes y servicios, que es igual a la demanda global, cayó 1.1 por ciento en el primer trimestre de 2025 respecto a los tres meses anteriores, ligando dos trimestres en territorio negativo.

De manera desagregada, el PIB tuvo un magro crecimiento de 0.2 por ciento, mientras que las importaciones de bienes y servicios se contrajeron 4.3 por ciento trimestral.

En el periodo de referencia y con cifras desestacionalizadas, los componentes de la demanda global mostraron el siguiente desempeño:

La formación bruta de capital fijo, que mide el comportamiento de la inversión en México, se contrajo 4.0 por ciento a tasa trimestral.

Además de que ligó dos trimestres en contracción, registró su mayor retroceso desde el periodo abril-junio de 2020, en la primera ola de la pandemia de covid-19.

Esta contracción es producto de una disminución trimestral de 7.8 por ciento en la inversión pública y de 3.6 por ciento en la privada.

Por su parte, el consumo privado, principal componente de la demanda, se redujo en 0.4 por ciento, también su segundo trimestre al hilo en territorio negativo.

A su vez, el consumo de gobierno creció 0.4 por ciento y las exportaciones se incrementaron 1.1 por ciento, lo que podría ser resultado de un adelanto en los pedidos estadounidenses en anticipación a la imposición de aranceles a las mercancías mexicanas.

Esto se tradujo en que el gasto en inversión representara 23 por ciento del PIB en el primer trimestre del año, lo que implica una caída desde 24.8 por ciento a finales de 2024.

La meta 2 del Plan México es mantener la proporción de inversión respecto al PIB por arriba de 25 por ciento a partir de 2026 y por arriba de 28 por ciento en 2023.

De acuerdo con el observatorio económico México, ¿cómo vamos?, “alcanzar este objetivo no solo es fundamental para posicionar al país entre las 10 economías más grandes del mundo (meta 1), sino también para generar 1.5 millones de empleos adicionales en el sector manufacturero (meta 3)”.

En tanto, el consumo privado, que está lejos de ser el principal motor del crecimiento como lo fue en años pasados, representó 68.6 por ciento del PIB, su menor nivel en casi cuatro años.

En términos anuales y sobre la base de cifras originales, el PIB se incrementó 0.8 por ciento respecto al periodo enero-marzo de 2024.

Sin embargo, se registraron contribuciones negativas al PIB de 1.3 y 0.5 puntos porcentuales de la inversión y el consumo privado, respectivamente.

Las exportaciones de bienes y servicios aportaron 4.7 puntos al crecimiento del PIB, mientras que el consumo de gobierno contribuyó con 0.2 puntos.

Finalmente, por el lado de la oferta agregada, las importaciones totales restaron 1.0 punto al crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2025.

La pérdida de dinamismo de la economía mexicana se explica principalmente por la debilidad de dos grandes componentes de la demanda interna, como lo son la inversión y el consumo privado.

Las cifras del INEGI sugieren que las exportaciones fueron el principal motor del crecimiento al inicio del año.

Sin embargo, la condición de ser el motor para el crecimiento económico será puesta a prueba con los aranceles que Estados Unidos le impuso a México y que afectan directamente a las exportaciones realizadas fuera del marco del T-MEC.

Esa es la razón por la que el consenso de analistas sigue anticipando un muy bajo o nulo crecimiento de la economía mexicana este año.

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