La semana cierra con la noticia de que el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó el viernes en contra de avanzar con el paquete de impuestos y gastos del Partido Republicano.
Este paquete incluye el proyecto de ley prioritario del presidente Donald Trump para aplicar un polémico impuesto del 5 por ciento sobre las remesas enviadas desde Estados Unidos.
Se estima que el impuesto, del que quedarían exentos los ciudadanos estadounidenses, cubriría a más de 40 millones de personas.
Los ingresos por remesas provenientes de trabajadores mexicanos en el exterior, principalmente en Estados Unidos, se mantienen en niveles históricamente altos.
En 2024 los flujos de remesas a México ascendieron a 64 mil 745 millones de dólares, monto equivalente a 3.5 por ciento del PIB nacional.
Durante 2024, el 99.1 por ciento del total de los ingresos por remesas se realizó a través de transferencias electrónicas, lo cual quiere decir que es un mercado totalmente regulado y transparente.
En 2025 los migrantes mexicanos en Estados Unidos enviarán al menos 65 mil millones de dólares a cerca de 4.5 millones de familias en México, donde al menos hay dos adultos beneficiarios de estos recursos.
Los datos anteriores no dejan duda de que las remesas familiares son una de las principales fuentes de divisas del país.
El flujo acumulado de los ingresos por remesas al país en los últimos 12 meses finalizados en marzo de 2025 sumó 64 mil 933 millones de dólares, prácticamente un monto récord durante un periodo anual, de acuerdo con cifras del Banco de México.
“No obstante lo cuantioso de ese ingreso y su importancia para la economía mexicana, es escaso el conocimiento acerca del número de hogares y de personas que reciben tales transferencias”.
Así lo señala una nota reciente del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), elaborada por Jesús Cervantes, director de Estadísticas Económicas y coordinador del Foro de Remesas de América Latina y el Caribe, y Juan Antonio Ortega, economista senior del organismo.
En la nota se cuantifica el número de adultos y hogares que reciben remesas en México con base en cifras provenientes de mediciones del Cemla al procesar los microdatos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, levantada conjuntamente por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y el INEGI.
De acuerdo con los especialistas del Cemla, considerado la asociación de bancos centrales de América Latina y el Caribe, más de 9.8 millones de adultos son receptores de remesas en el país.
Además, prácticamente 4.5 millones de hogares mexicanos son receptores de remesas y en 2 millones de ellos el jefe del hogar es mujer.
“Ello significa que en promedio en un hogar que se beneficia de remesas hay 2.2 adultos que reciben tales recursos del exterior”, exponen Cervantes y Ortega.
Los resultados de la ENIF 2024 indican que el número de hogares en el país es de 39.7 millones y en 13.8 millones de ellos el jefe del hogar es mujer, es decir, en uno de cada tres hogares.
“Así, el 11.3 por ciento de los hogares del país recibe remesas, pero el porcentaje resulta de 14.5 por ciento cuando el jefe del hogar es mujer”, destacan los expertos.
Según su análisis, al combinar los resultados de la ENIF 2024 con las cifras del Banco de México, resulta que en 2024 la remesa mensual por adulto receptor fue de 549 dólares.
Las remesas no son la principal fuente de divisas del país, pero sí son la fuente más importante de ingresos de millones de personas y hogares mexicanos.
Si los ingresos por remesas se mantienen en niveles máximos históricos, es debido a la relativa estabilidad salarial de los migrantes mexicanos en Estados Unidos asociada a las condiciones cercanas al equilibrio del mercado laboral en ese país.
El bloqueo en la Cámara de Representantes al proyecto de ley fiscal, que incluye el impuesto del 5 por ciento a las remesas, obedeció al rechazo de un grupo de cinco legisladores republicanos conservadores de línea dura, que piden recortes más profundos en programas gubernamentales.
El Comité de Presupuesto podrá avanzar con el proyecto una vez que se resuelvan las diferencias dentro del Partido Republicano, lo que podría ocurrir tan pronto como la semana entrante.
México gana tiempo, pero no mucho.