El lunes pasado, cuando Donald Trump confirmó que los aranceles de 25 por ciento sobre todas las importaciones de Estados Unidos provenientes de México y Canadá iban a entrar en vigor el martes 4 de marzo, la presidenta Claudia Sheinbaum invocó a Kalimán al asegurar que su gobierno tenía “temple, serenidad y paciencia”, así como planes A, B, C, D y más ante cualquier escenario arancelario.
Ahora, a la luz del acuerdo alcanzado con Trump para aplazar los aranceles al miércoles 2 de abril, se concluye que la decisión de la mandataria mexicana fue acertada.
En vez de reaccionar como lo hizo el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien respondió inmediatamente con aranceles de 25 por ciento sobre importaciones provenientes de EU por 30 mil millones de dólares canadienses, unos 20 mil 800 millones de dólares, desde el mismo martes en represalia, Sheinbaum optó por esperar a tener un diálogo con Trump.
Entendió que los efectos de la incertidumbre asociada a la imposición de las medidas arancelarias se empezaron a reflejar en los mercados financieros internacionales, particularmente en EU, donde la popularidad del presidente de la nación más poderosa del mundo comenzó a verse afectada cayendo por debajo de 50 por ciento.
Si bien anticipó que este domingo en el Zócalo de la Ciudad de México iba a anuncia medidas arancelarias y no arancelarias contra EU, la estrategia de Sheinbaum fue “no acelerarse” y mejor esperar a tener la llamada con Trump para llegar a un acuerdo, lo que finalmente ocurrió el jueves.
No fue necesario, al menos no en este momento, que México aplicara medidas de retaliación contra el país vecino del norte, del que es su principal socio comercial y aún su primer proveedor de mercancías.
El martes en la noche, en su primer mensaje en el Capitolio como presidente de EU, pero de su segundo mandato, Trump reconoció la entrega de 29 líderes del crimen organizado a autoridades estadounidense, aunque insistió en que “México sigue bajo el control de los cárteles” y que “aún falta mucho más por hacer” para detener el paso de fentanilo y otras drogas.
Dos días después suspendió la aplicación de los aranceles de 25 por ciento que había impuesto a los productos de México y Canadá, pero lo hizo sin dar una razón convincente.
El giro inesperado de Trump para no gravar hasta el 2 de abril los productos que estén cubiertos dentro del T-MEC, si bien pudo haber sido influido por sus conversaciones con Sheinbaum y Trudeau, deja claro que los aranceles poco tienen que ver con el control de la migración ilegal y del fentanilo y otras drogas a EU.
De acuerdo con la hoja informativa que publicó la Casa Blanca sobre la prórroga, la inaplicación de los aranceles de 25 por ciento beneficia a los productos que cumplan con las reglas de origen del T-MEC y que califiquen para la preferencia arancelaria.
En la conferencia matutina de este viernes, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, dijo que se estima que entre el 85 y 90 por ciento de las exportaciones de México a EU está cubierto por el acuerdo para suspender hasta el 2 de abril los aranceles de 25 por ciento.
Pero según datos de la Oficina del Censo, perteneciente al Departamento de Comercio de EU, sólo el 50 por ciento de los productos de exportación podría recibir el tratamiento arancelario preferencial en el T-MEC para no pagar gravamen alguno.
De ser así, el otro 50 por ciento de las importaciones estadounidenses provenientes de México estaría bajo el estatus de nación más favorecida y sujeto al pago de un arancel máximo establecido por EU.
Ebrard también dijo que “tenemos que llegar a un acuerdo (con el representante comercial de EU) sobre acero y aluminio”, pues el 12 de marzo entran en vigor los aranceles de 25 por ciento sobre las importaciones estadounidenses de ambos materiales.
Aunque estos aranceles “no se justifican”, el secretario de Economía dejó ver que no está claro si serán aplicados a los productos de acero y aluminio mexicanos.
En cualquier caso, habría una violación del T-MEC, por lo que México no debe dudar en tomar acciones contundentes ante cualquier infracción al tratado.
El relevo en Hacienda
El acuerdo favorable a México para pausar la aplicación de los aranceles de 25 por ciento hasta el 2 de abril, abrió un espacio para que la presidenta Sheinbaum pudiera concretar el relevo de titular en la Secretaría de Hacienda.
Sin la presión de los aranceles, Sheinbaum anunció la salida de Rogelio Ramírez de la O de Hacienda y su nombramiento como “asesor personal en asuntos internacionales”, siendo la primera baja de un secretario de despacho en los cinco meses que van de su administración.
El relevo en la dependencia responsable de manejar las finanzas públicas del país será terso, pues llega Edgar Amador, quien se venía desempeñando como subsecretario del ramo.
Entre la amenaza de aranceles y el riesgo de entrar en recesión, el principal reto de Amador es el de concretar la consolidación fiscal este año mediante la reducción del déficit público, pero con el menor costo posible para la economía.
Por lo pronto, el que será el nuevo secretario de Hacienda se comprometió a mantener la estabilidad macroeconómica y financiera del país.
Buena señal de inicio.