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¿Qué tan difícil es encontrar empleo?

La informalidad laboral no sólo predomina en el país, sino que, en buena medida, es la base de la economía mexicana.

En el cuarto trimestre de 2024, periodo en el que la economía mexicana tuvo su peor desempeño en más de tres años, el mercado laboral en el país mostró señales de moderación, si bien la tasa de desocupación nacional permaneció en niveles mínimos históricos.

En el periodo octubre-diciembre, con información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, la tasa de desocupación nacional se situó en promedio en 2.6 por ciento, por debajo de 2.7 por ciento del mismo trimestre de un año antes.

Esta tasa de desocupación es la segunda más baja desde que inició el levantamiento de la ENOE trimestral en 2005.

Lo anterior se dio en un contexto en el que la tasa de participación laboral se redujo.

En el periodo octubre-diciembre de 2024, la tasa de participación, que es el porcentaje de la población que se encontró trabajando, o que no tuvo empleo, pero estaba en la búsqueda activa de uno, fue de 59.9 por ciento comparada con 60.5 por ciento del año anterior.

La reducción significó dejar atrás tres años continuos de aumentos.

Las diferencias por género siguen siendo notorias, pues la tasa de participación laboral en el caso de los hombres se sitúa en 75.3 por ciento y la de las mujeres en 46.4 por ciento, lo que arroja una brecha de 28.9 puntos porcentuales.

Aunque la participación de los hombres se redujo en 1.1 puntos de un año a otro y la de las mujeres en sólo 0.1 puntos, la amplia brecha de género representa un problema de carácter estructural en el comportamiento del mercado laboral.

Algunos otros indicadores perdieron dinamismo respecto al año previo, si bien en un contexto de mayores salarios, sobre todo en términos reales.

La población en edad de trabajar en México, la de 15 años y más, es de 101.9 millones de personas, según la ENOE con los resultados del cuarto trimestre de 2024.

De ellas, 61.1 millones conforman la población económicamente activa (PEA) y 40.9 millones, la no económicamente activa (PNEA), que se divide en personas disponibles y no disponibles para trabajar.

Dentro del primer bloque, 59.5 millones se encontraban ocupadas o empleadas y 1.6 millones estaban desocupadas o desempleadas en el último trimestre de 2024.

En particular, llama la atención que la población ocupada sólo creció en 84 mil personas en el año, lo cual fue 92 por ciento inferior a lo registrado en 2023.

Del segundo bloque, 5.5 millones se declararon disponibles para trabajar. La población disponible para trabajar se incrementó en 343 mil personas en términos anuales.

De la cifra anterior se infiere que las personas consideran que ahora tienen menos posibilidades de encontrar empleo.

La población disponible se compone por las personas que no buscaron trabajo, pero aceptarían uno si se los ofrecieran.

Esos 5.5 millones conforman la población ‘desalentada’. De acuerdo con el INEGI, se les considera dentro del sector que eventualmente puede participar en el mercado laboral.

También se caracteriza a la población disponible como ‘desempleo encubierto’, si participara en el mercado laboral como desocupada.

Las otras 35.4 millones de personas de la PNEA declararon no estar disponibles para trabajar porque tenían que atender otras obligaciones, o tenían interés, pero su contexto impedía que pudieran hacerlo, como impedimentos físicos, obligaciones familiares u otras condiciones.

La población no disponible para trabajar creció en más de 741 mil personas en términos anuales.

Por su parte, la población subocupada, que es la que ya está ocupada, pero tiene necesidad y disponibilidad de trabajar más horas de lo que su ocupación actual le permite, fue de 4.9 millones en el cuarto trimestre de 2024, esto es, 245 mil más que un año antes.

Entre la población desocupada, la disponible para trabajar y la subocupada hay 12 millones de personas en el país.

Respecto a las 59.5 millones de personas ocupadas, 32.4 millones lo hicieron bajo alguna modalidad de empleo informal.

Esto implicó que el 54.5 por ciento de la población ocupada se ubicara en la informalidad, donde no tiene acceso a contratos laborales seguros, prestaciones o seguridad social.

Quiere decir que sólo 27.1 millones conforman la ocupación en el sector formal, por lo que la informalidad laboral no sólo predomina en el país, sino que, en buena medida, es la base de la economía mexicana.

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