¿En verdad bajarán los precios de la canasta básica con el plan antiinflacionario? Es la pregunta que en las últimas dos semanas me han hecho reiteradamente.
Mi respuesta es que en seis meses se verán algunos efectos del plan, pero no por un aumento en la producción agrícola que es el tema de fondo, y que abordamos hace unas semanas en este espacio; más bien se logrará por la libre importación, por las medidas neoliberales que tanto se criticaron.
La realidad es que la cuarta transformación no ha atendido de fondo el tema agropecuario y pesquero. Se han cambiado políticas que seguramente contribuyen, pero el objetivo de llegar a la autosuficiencia, a la soberanía, como se ha trazado en los combustibles, no se hizo desde el inicio del gobierno en los alimentos.
Y hoy con la invasión de Rusia a Ucrania y los efectos de la pandemia, estamos otra vez con los dedos en la puerta porque debemos importar lo que necesitamos para comer.
Será la tasa de arancel cero para la importación de aceite de maíz, arroz palay, atún, carne de cerdo, carne de pollo, carne de res, cebolla, chile jalapeño, frijol, huevo, jabón de tocador, jitomate, leche, limón, manzana, naranja, pan de caja, papa, pasta para sopa, sardina y zanahoria. Así como para la harina de maíz, harina de trigo, maíz blanco, sorgo y trigo, lo que permita que los precios a los consumidores se reduzcan ligeramente, así como el ajuste a presentaciones de los productos.
Al igual que cuando el precio de la tortilla se desbordó en el periodo neoliberal, se abrió la libre importación del maíz, de la carne de pollo, de cerdo y otros productos.
En aquellos años bajó el precio al consumdior, pero se dejó abierta la importación más tiempo de lo planeado.
La balanza perfecta de importar cuando se requiera y producir lo que se demanda, es la meta que no se ha logrado por años y que de haberse trazado el camino desde hace tres años, habría frutos en estos días.
Hoy se vuelve a abrir la importación con arancel cero y se realizaron jornadas con los ingenieros aqgrónomos para fortalecer la producción.
El trabajo de campo, el de los extensionistas, no se verá reflejado de inmediato, porque el campo va al ritmo de la naturaleza, de las lluvias y de la aceptación de los productores para adoptar las recomendaciones que los ingenieros agrónomos lleven a cada parcela.
La mayoría del terreno agrícola de México depende de las lluvias, y las Milpas, que son de autoconsumo, se encuentran justo en el momento de la preparación para realizar las siembras del ciclo primavera-verano.
Transferir, conversar, aceptar e implementar estretagias de producción lleva tiempo, por lo que en este ciclo agrícola que iniciará no se verá reflejado el trabajo de los agrónomos, será hasta el próximo ciclo agrícola, y las cosechas cerrarán hasta abril de 2024, a la salida de esta administración.
Ir a las causas, como lo ha dicho el gobierno federal, es la forma de ir atajando y solucionando. Lleva tiempo y en algún momento se debe comenzar. Se hace ahora, a poco más de la mitad del sexenio, y de tener resultados [posotivos], el autoconsumo mejorará y hasta se tendrán excedentes de venta, y si es constante, lograremos la autosuficiencia.
Por ahora, seguiremos enfrentando los precios altos y notando ligeras bajas en algunos productos.