Cuando decidí postularme como candidata al Tribunal de Disciplina, lo hice con una idea muy clara en mente: la justicia debe ser para todos, no para unos cuantos. A lo largo de mi vida profesional, he visto cómo las comunidades marginadas, las que más necesitan protección y equidad, han sido dejadas atrás. Esto no puede seguir así.
Soy madre, esposa, abogada y una mujer que ha dedicado su vida a construir un mejor sistema de justicia en México. Comencé como defensora de oficio, luego fui agente del Ministerio Público, secretaria de acuerdos, jueza penal y actualmente soy consejera del Consejo de la Judicatura Federal. Cada paso de mi carrera ha sido un reflejo de mi compromiso con la justicia y mi lucha por lograr que esta llegue a quienes más la necesitan.
Sé que muchos de ustedes enfrentan obstáculos que parecen imposibles de superar. Yo también he estado ahí. He trabajado desde abajo, esforzándome cada día para construir un camino en un sistema que muchas veces no facilita las cosas, especialmente para las mujeres. Pero aquí estoy para decirles que sí se puede. Que con esfuerzo, disciplina y valores, podemos cambiar nuestro destino.
Hoy, más que nunca, necesitamos un sistema judicial que sea accesible y equitativo. Mi propuesta es clara: priorizar los territorios y comunidades donde el derecho no se ejerce plenamente, donde la falta de justicia perpetúa la desigualdad. Quiero trabajar por un sistema que no excluya a nadie, que sea un verdadero instrumento de cambio social y no solo un conjunto de reglas lejanas e inalcanzables.
Ser juez penal es uno de los trabajos más peligrosos en nuestro país. Sin embargo, nunca he dejado que el miedo o las dificultades me detengan. Porque la justicia, aunque difícil, vale cada sacrificio. Y es esa misma convicción la que me impulsa a buscar su apoyo como candidata al Tribunal de Disciplina.
Estoy convencida de que juntos podemos transformar nuestro sistema de justicia. Mi compromiso es con ustedes, con las comunidades olvidadas, con las mujeres, con los jóvenes, con quienes creen que el cambio es posible. Confíen en mí, búsquenme en la boleta turquesa con el número 02, para ser su voz y su representante en este esfuerzo por construir un México más justo para todos.
