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El Licenciado quiere ser banquero

Es el turno de que la banca experimente el genio del Licenciado y hacer historia en el rubro financiero. El cielo es el límite para las pérdidas que podrá acumular.

El Licenciado ya le echó el ojo al Banco Nacional de México y se le antojó para adquirirlo. Descubrió que eso de los bancos es un gran negocio, y pues que su gobierno necesita uno. Ya se sabe que es un águila para eso de multiplicar el dinero, como los panes y los peces. Basta ver todo lo que ha logrado con 200 pesos en su cartera. Lo trae en la sangre, porque vaya que hasta sus hermanos e hijos han salido también buenos para eso del billete, sobre todo si está en sobres o por medio de contratos.

Hay que pensar a lo grande, y al Licenciado no le es suficiente el desastre en que tiene a su Banco del Bienestar, una de sus tantas creaciones estelares. Tampoco el haberse visto obligado a cerrar la Financiera Rural ante las pérdidas que acumulaba esa institución. Como que se le antojó eso de una “nueva nacionalización”. Ya imitó a López Mateos con la electricidad y quizá es tiempo de hacerlo con López Portillo, al menos con un banco de buen tamaño. Si forzó a Iberdrola a venderle sus plantas de generación de electricidad, cansados los españoles de ser obstaculizados en sus inversiones y atacados, bien puede presionar a los dueños de Banamex con una oferta que estos no podrán rehusar. Hasta podrá gritar cuando tome posesión del banco: ¡Ya nos saquearon, no nos volverán a saquear!

Todo es cuestión de negociar con civilidad, convencer que lo peor que puede uno hacer es molestar al Licenciado, porque en todo caso puede mandar a las Fuerzas Armadas a ocupar las instalaciones para que se llegue con rapidez a un acuerdo. Nadie mejor que Germán Larrea para ofrecer testimonio de la forma en que negocia el Licenciado: con la misma fuerza de razonamiento y persuasión que El Padrino.

El Licenciado sería sin duda un gran banquero, puesto que es un genio de las finanzas y negocios, aparte de la economía. Basta ver lo que ha logrado en el ramo petrolero, tanto produciendo crudo como refinando gasolina. Entre 2019 y 2022, Pemex refinación ha perdido 706 mil 424 millones de pesos. Ya se sabe que eso de la gasolina es un negociazo. ¿La empresa como un todo? En los cuatro años del Licenciado lleva pérdidas acumuladas por 1.05 billones (doce ceros) de pesos. No descartemos que los árabes lo contraten cuando deje Palacio Nacional.

Este es el mismo hombre que dijo que llevar medicamentos a todos los rincones el país era como repartir papitas y refrescos, y así lo demostró. Miles de niños con cáncer, entre otros casos destacados, podrían dar testimonio sobre su eficacia en la producción o compra de medicamentos oncológicos, pero por desgracia murieron. Por eso estableció, y ya cerró, el Insabi.

¿Aeronáutica? El Licenciado logró lo imposible: rifar un avión, quedárselo y luego malbaratarlo. Esto aparte de construir un aeropuerto del que nadie quiere volar. Y para cerrar con broche de oro, está por lanzar una nueva aerolínea. ¿Alimentos básicos? Ahí está otro de sus grandes inventos: Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que solo tiene el detalle de un fraude de 15 mil millones de pesos (es que hay funcionarios que insisten en robar solo para darle material a Loret de Mola y enojar al Licenciado).

¿John Pierpont Morgan, Nathan Rothschild, John Rockefeller, Manuel Espinosa Yglesias o Agustín Legorreta? Unos meros aficionados. Es el turno de que la banca experimente el genio del Licenciado y hacer historia en el rubro financiero. El cielo es el límite para las pérdidas que podrá acumular. Ahora el Licenciado quiere ser banquero

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