El día 5 de junio de 2009, hace 13 años, en la ciudad de Hermosillo, Sonora, a una temperatura inaguantable de 34°C a la sombra y un poco antes de las 15:00 horas, se inició un pavoroso incendio en un viejo e improvisado depósito de papelería obsoleta y de toneladas de cartón viejo de desperdicio, propiedad del gobierno del Estado de Sonora, todo ello amontonado, sin ninguna previsión, sin seguridad y sin contar con equipos básicos contra incendios.
Fue en este infernal sitio donde se inició el pavoroso e incontrolado incendio que provocó la dolorosa muerte de 49 niños y dejó a 76 niños muy heridos, muy quemados, entre los cinco meses y los cinco años de edad, en una ciudad capital importante, pero que carecía de los servicios básicos médicos de emergencia para atender bien y de inmediato a los bebés pavorosamente quemados, teniendo por ello que llevárselos de inmediato y por la vía aérea a hospitales de Estados Unidos, gracias a la generosa e inmediata cooperación del gobierno de Estados Unidos.
Pocos días después, el 29 de junio de 2009, La Jornada y los padres de los bebés quemados “Exigían al IMSS que respondiera por los engaños en la atención de muchos niños quemados, ya que con mentiras les dijeron a los padres que los llevaban a EU, aceptaron gustosos sus traslados, pero les mintieron: los enviaron, sin personal médico especializado en quemaduras en los aeroplanos, desde Hermosillo a Guadalajara, cuando debieran haber sabido o recordado, que esa área especializada del Hospital de Occidente, estaba en esos momentos en reparación y en la cual todavía laboraban albañiles”. Nadie hizo ningún cuestionamiento al IMSS por el doloroso engaño, Sus graves problemas les impidieron hacerlo.
“La triste y dolorosa realidad, es que de los 11 niños trasladados de suma urgencia, después del 5 de junio y por la índole de sus graves quemaduras, al Hospital de Especialidades del Centro Médico de Occidente, ocho de ellos, por angustiosa petición de sus padres, al ver que por su gravedad no recibían la atención inmediata y adecuada en Guadalajara, se comunicaron con el grupo Shriners en EU, quienes de inmediato, sin cobrar nada y con vuelos especiales desde Guadalajara, los trasladaron sin costo y con médicos especializados en quemaduras infantiles, los recibieron y los asistieron en hospitales de Ohio y Sacramento en California, Estados Unidos”. (La Jornada. Junio 29 de 2009. Página 6).
Por justicia con lo expresado: ¿qué responsabilidad tienen Felipe Calderón, Margarita Zavala, Juan Molinar Horcasitas, Eduardo Bours, Daniel Karam, Fernando Gómez Mont, diputados, senadores, IMSS, ministros de la Suprema Corte de Justicia de La Nación y la prima hermana de la esposa del presidente Calderón, por los niños cruelmente fallecidos, más todos los lesionados de por vida.
Por mis apoyos incondicionales a las víctimas en mis columnas de El Financiero de esa época y con la autorización de Rogelio Cárdenas, mi amigo de siempre, una familia me pidió ser su representare en la Ciudad de México en las marchas y en los laboriosos y burocráticos trámites en el IMSS. Fue donde me di cuenta que en mi país, México, la muerte dolorosa e injusta de 49 bebés y las lesiones de por vida y permanentes de más de 104 niños, les valieron, a muchos, desde el presidente Calderón, su mujer y su prima.
Mi pregunta básica es: ¿qué tendría que haber pasado, para que el presidente de México, Calderón y el gobernador de Sonora, Bours y la prima de la dueña, garantizaran los derechos de los niños y de los padres de familia en México?