Esto escribió Juan Villoro en Reforma el 4 de abril de 2014: “Desde hace años, el panista Javier Corral se ha significado por defender a los ciudadanos de los abusos de las televisoras. El miércoles pasado convocó a una reunión en el Museo Trotsky en la que ocho expertos hablaron de la inconstitucionalidad de la iniciativa de Peña Nieto y del carácter regresivo que tiene para México”.
¿Alguien discrepa del escritor y columnista en su juicio sobre el protagonismo a favor de las audiencias del entonces militante del PAN y hoy integrante de la bancada de Morena en el Senado? Las cosas ya no son tan claras tres doritos después.
Cual caballo desbocado, el Senado busca aprobar una ley de telecomunicaciones. Algunos conocedores de la materia se dicen preocupados por lo pretendido, y nadie del gobierno puede decir, honrando la verdad, que la iniciativa está suficientemente discutida.
Y precisamente, en momentos de este siglo donde se advertían insuficiencias y peligros de regulaciones al sector de las telecomunicaciones, incluidos los derechos de las audiencias y el papel del Estado, es que un panista como Corral ganó notoriedad.
Porque muchas veces las batallas del chihuahuense fueron en contra de deseos de un presidente de su propio partido (Vicente Fox) e incluso de poderosos legisladores panistas (Diego Fernández de Cevallos).
El 12 de diciembre de 2005, por ejemplo, Reforma publicó una nota que arrancaba así: “El senador Javier Corral, del PAN, llamó a sus compañeros de bancada a que no lo dejen solo en la lucha para impedir que sean aprobadas vía fast track las reformas a las leyes federales de telecomunicaciones y de radio y TV, impulsadas por Televisa. Corral envió este fin de semana una carta a cada uno de los senadores panistas para advertirles que Diego Fernández de Cevallos y Héctor Osuna, integrantes de la fracción, harán todo lo posible por aprobar la minuta de los diputados. ‘Sé que los senadores Osuna y Fernández de Cevallos harán todo lo posible por tratar de sacar la aprobación la semana próxima’”. Parafraseando a Chucho Navarro en voz de Cuco Sánchez: “A dónde está tu orgullo, a dónde está el coraje, Corral”. ¿Dónde quedó ese enjundioso que se iba en contra del PRI y del PAN para exigir criterios técnicos y autonomía del regulador del sector telecomunicaciones?.
Aquel Corral parecía indómito. Enfrentaba a presidentes y no dudaba en irse a la Corte para ello, como cuando en mayo del 2014, en la Universidad de Guadalajara se quejó de que la ley, que entonces promovía el PRI, tenía “‘varias medidas absolutamente atentatorias a la libertad de expresión y de información’. Entre esas medidas mencionó las pretendidas normas de colaboración con la justicia propuestas por Peña Nieto para la geolocalización de dispositivos móviles, así como de restricción, bloqueo o inhibición de señales en lugares públicos que pongan en riesgo la seguridad pública o la del Estado”. Uy, si aquel Corral viera lo que ahora sus compañeros van a entregar a la policía.
Ayer Corral puso un mensaje en sus redes sociales sobre la reforma de Morena, que se pretende sacar máximo la semana entrante. ¿Corral de Morena pidió como lo hacía Corral del PAN, con todas sus letras y de manera proactiva, evitar el fast track pretendido? No. Señala que “debe apostarse a los tiempos oportunos y no a las prisas, para su estudio, discusión y análisis, una disposición de escuchar inquietudes sinceras, atajar las mentiras y la manipulación”.
Y al ponderar lo que él cree que son avances, su tono es muy otro, modoso, se diría: deja a un lado la vehemencia de otros tiempos y ahora habla de “que como todo proyecto legislativo, tiene áreas de oportunidad para perfeccionarse, y definir de mejor manera algunos conceptos e involucrar a otros actores. Y habrá que avanzar en el futuro para dotar de colegialidad, garantías de imparcialidad y neutralidad a la agencia de transformación digital y telecomunicaciones, al asumir tal concentración de facultades y competencias.”
En el futuro, dice el clásico, todos estaremos muertos. Quizá por eso el Corral panista quería las cosas para hoy, hoy, hoy. El Corral de Morena pide calma. La transformación, que le llaman.
¿Qué nada qué ver con aquellos proyectos de ley con éste? ¿Pues si están tan seguros, entre ellos Corral, supongo, cuál es la prisa?