El viernes termina el periodo de Rosario Piedra Ibarra en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Sería, como dije ayer aquí, una mala noticia la designación por cinco años más de la hija de la activista Rosario Ibarra, pero las alternativas también presentan complejidades.
Como se sabe, Piedra Ibarra fue incluida en la terna definitoria a pesar de su pésimo desempeño en la evaluación en el Senado. Junto con ella son finalistas Nashieli Ramírez, ombudsperson de la Ciudad de México, y Paulina Hernández Diz, jalisciense.
Dicho de otro modo, a pesar de que Morena tiene tres candidatas propias y los votos suficientes para el nombramiento, el engrudo se les hizo bolas. Ahora sí que citando a los propios morenistas, ni entre ellos logran ‘consenso’.
Piedra Ibarra, dicen algunas fuentes, contaría con el respaldo de –of all people– personajes ligados a la milicia; de confirmarse, sólo eso faltaba a una candidatura cuestionada por diversos colectivos de derechos humanos.
Si la titular de la CNDH se fuera a su casa, ¿quién sería la alternativa?
En principio se dijo que Nashieli Ramírez, que así saltaría de la CDMX al plano federal. La titular de la oficina de derechos humanos de la Ciudad de México sacó el mejor puntaje en la evaluación, sin embargo ahora hay quienes cuestionan si cumple con los requisitos.
La convocatoria para titular de la CNDH 2024-2029 dice: “Tener preferentemente título de licenciado en Derecho”. Si la decisión fuera entre Nashieli y Paulina Hernández Diz, ésta podría presumir que desde 2011 tiene esa licenciatura. Nashieli, en un CV expuesto en la asamblea capitalina, reconoce “estudios de licenciatura sin titulación”.
Ramírez cuenta con una amplia trayectoria: tiene un cuarto de siglo en el activismo y trabajo social. Mientras que Paulina Hernández Diz destaca por, según su CV, más de diez diplomados, una maestría en Derecho en la UdeG y trabajo en agenda de género por 14 años.
Eso haría que, en el papel, Hernández Diz, con su título en Derecho en la Universidad del Valle de México, reuniera indiscutiblemente los requisitos. Y, por supuesto, también fue de las mejores evaluadas en las comisiones del Senado.
Sin embargo, su nombramiento es visto con suspicacias. Circulan versiones de que es la carta del senador Adán Augusto López para tener un plan B si no transitan ni Ramírez y, menos, Piedra Ibarra. ¿Qué tendría de malo que Adán Augusto hubiera sido previsor?
Méritos aparte, a Paulina Hernández se le ubica como parte de un grupo donde está Fernando Pulido Kim, expriista jalisciense, exdelegado de Gobernación en Jalisco nombrado por Adán Augusto, y nuevo coordinador de Comunicación Social del Senado.
Y hay versiones de que Hernández Diz recibe presiones para, en caso de quedar en el puesto, comprometerse a abrir plazas a intereses tabasqueños. Algo así como lo que denunció ayer Animal Político: que Piedra Ibarra ‘morenizó‘ con plazas la CNDH.
Y de remate dicen que el llamado Partido Verde apoya a Paulina Hernández. Con esos amigos, para qué quiere…
Algunos dicen que Nashieli es una candidata afín al gobierno de Claudia Sheinbaum, y lo de su título configuraría un pretexto para bajarla; Piedra Ibarra por su parte sigue atorándosele a parte de la bancada de Morena, y Paulina es vista como cuadro de Adán Augusto.
En conclusión, en tiempos de Morena parecen importar más las madrinas y los padrinos que el mérito; por ello, la decisión de las y los senadores se dará en medio de una pugna que dirimirá quién tiene más ascendente (¿o habría que decir ‘quién tripula'?) en la CNDH.