Rosario Guerra

Criminalización de las marchas

Hay un antes y un después del asesinato de Carlos Manzo, pues se demostró la alianza del gobierno con los extorsionadores, narcotraficantes y demás bandas que operan protegidos en la impunidad.

El guion fue exacto. Primero, Claudia Sheinbaum hablando una semana de que habría violencia en la marcha de la Generación Z. Después, denunciando que la marea rosa, el movimiento del sombrero y grupos de ultraderecha llamaban y pagaban la marcha, sin una sola prueba. Además, cada quien es libre de convocar a marchar. Es nuestro derecho a la manifestación. Hay un antes y un después del asesinato de Carlos Manzo, pues se demostró la alianza del gobierno con los extorsionadores, narcotraficantes y demás bandas que operan protegidos en la impunidad.

¿Por qué tanta preocupación por la marcha de la Generación Z? ¿Qué la Presidente no tiene problemas más urgentes que arreglar como para estar duro y dale descalificando la marcha, poniendo en riesgo a sus organizadores al exhibirlos en medios, acusándolos sin pruebas de ser partidistas? Y si así fuera. ¿Cuál es el problema? La marcha fue pacífica, pero el Zócalo era una trampa, con una sola entrada. Aparecieron los del bloque negro, con herramientas, para tirar los muros. Los manifestantes miraban asombrados. Salieron los granaderos con escudos y toletes. Por horas hubo escaramuzas, pero nadie observó manifestantes atacando policías. Fue el bloque negro, comandado por Morena. A la fecha no sabemos quiénes son los policías al borde de la muerte, dónde están.

El 2 de octubre sí hubo policías heridos, también en Nochixtlán, Oaxaca, en la CDMX los anarquistas destruyeron monumentos y agredieron policías, pero hoy se acusa a manifestantes de intento de homicidio, delito grave. Se busca espantar a la población para que no asista a marchas so pena de resultar encarcelado. El PRI ofreció defensa jurídica.

Lo increíble, Claudia Sheinbaum, descompuesta, dice que pueden gritar todo los que quieran, que ella es más fuerte, que el pueblo está con ella. ¿Entonces los que marcharon no son pueblo? ¿No merecen ser escuchados? No existen, sus demandas no se escuchan, se gobierna solo para los afines, los demás son morralla. No tienen peso, ni importa su opinión.

Ahora, Sheinbaum quiere hacer su marcha con todo el aparato de Estado, con sus clientelas, con Morena, para demostrar de qué lado está la mayoría. Olvida que en democracia las mayorías mandan pero las minorías tienen derechos que deben ser respetados. No es lo mismo una marcha organizada desde el poder, que una marcha callejera convocada por ciudadanos y jóvenes de la Generación Z. Dicen que no había tantos jóvenes, es posible, pero fue su convocatoria. Ellos buscan recuperar un futuro perdido.

¿Cuál es la esperanza para los jóvenes? Empleos mal pagados, sin seguridad social, que no les permiten tener un auto, mucho menos una casa, con un transporte público deficiente. Cierto que ha bajado la pobreza por el aumento de salarios mínimos y las ayudas, pero ello no hace un futuro, en una economía que no crece, donde la inversión se niega a invertir por falta de certeza jurídica.

¿Cuál es el futuro del país? En la negociación del T MEC los empresarios y grandes corporaciones están protestando por la cerrazón de México en materia energética, por la Reforma Judicial que politizó la justicia, por lo que se ha llamado un narcoestado, que no ofrece seguridad ni a personas, ni a empresas.

Claudia está frente a un reto. O acaba con la complicidad entre servidores públicos y narcotráfico, lo que implicaría una fuerte ruptura con su antecesor y su grupo delincuencial, decide combatirlos, hacer las averiguaciones y condenar a quienes han masacrado, extorsionado, huachicoleado, atentado contra las finanzas públicas, apoyada en un Poder Judicial que tiene dueños. O bien, sigue con un discurso que a nadie convence y aísla a México y fortalece el autoritarismo, hasta llegar incluso a la dictadura.

El miedo no anda en burro. La lealtad se la debe a México, pero su fidelidad está con AMLO. No puede gobernar, no tiene mando, no tiene dinero, no tiene apoyo de su partido, ni de su gabinete, ni de buena parte de las fuerzas armadas. Pero es la Presidente del país. Tiene el mandato constitucional. La revocación del mandato es un instrumento para amenazarla, pero no es fácil implementarlo.

Así que Claudia, desde su soledad, desde sus compromisos, desde la presión internacional, debe decidir cómo actuar. No es contra los manifestantes acusándolos de tentativa de homicidio. Eso solo la desprestigia más. El miedo no va ceder, va creciendo. Es tiempo de hacer política, con la Generación Z, con el movimiento del sombrero, con transportistas y agricultores, con los partidos, para reconstruir la unidad nacional y avanzar. Claudia tiene salidas a su aislamiento. Es su decisión usarlas o reprimirlas.

México es un mosaico que se une, poco a poco, para alzar la voz, pese al riesgo de muerte, que se reconoce ampliamente. No estamos jugando a las mayorías. Estamos hablando de que México debe reconstruirse, unirse y desarrollarse y se necesita a todo el pueblo unido, a una ciudadanía activa. Polarizar puede llevar a un baño de sangre que Sheinbaum cargará en la historia. Así que como ella dice “cabeza fría” y decisiones adecuadas.

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