Rosario Guerra

Aduanas

La estanflación reduce precios al bajar la demanda y se combina con una inflación. EU está entrando a este ciclo. Pero no lo reconoce y podrá seguir una recesión económica.

Trump escaló la guerra comercial con mayores aranceles a China. El presidente estadounidense dice que él ya ganó, que bajaron precios, que todos los países quieren negociar, y que ya se cobran miles de dólares gracias a los aranceles que impuso. Desde luego no va a dar marcha atrás. Está encantado en su ignorancia.

La estanflación reduce precios al bajar la demanda y se combina con una inflación. EU está entrando a este ciclo. Pero no lo reconoce y podrá seguir una recesión económica.

El fantasma de la crisis de 1929 ronda por ahí. Aun así, si se devalúa el dólar baja el pago de la deuda que han financiado China y Japón. Así que las cosas están por empeorar. Si bien Trump dijo estar abierto a las negociaciones, no dejará de aplicar las tarifas de inmediato. Y desde luego, la fila de países buscando un reacomodo es larga y difícil de atender con agilidad y con datos duros. Porque la forma de imponer aranceles mediante regla de tres es verdaderamente absurda e injusta, pues no considera varios factores, de los cuales, el propio EU se beneficia.

El déficit comercial no es necesariamente una pérdida, es el resultado de un comercio con reglas para un intercambio equitativo.

Por lo pronto, un problema en EU se dará en sus aduanas. Imaginen cómo podrán los aduaneros evaluar qué arancel corresponde a cada contenedor que ingresa al país, con tarifas diferenciadas y tipo de producto. Será un proceso que implique más tiempo, que entorpezca la entrada de mercancías, que sature los puertos con contenedores y obligue a los barcos a esperas para realizar la descarga. Todo lo cual implica mayores costos comerciales. Y desde luego, mayores precios al consumidor final. Este problema logístico será de gran magnitud y no podrá resolverse fácilmente, si además cada país va a establecer con EU tarifas diferenciadas en sus negociaciones de diversos productos, lo que obligará a cambios de un día a otro. Reforzar a los aduaneros no es fácil, pues se requiere de personal especializado, capacitado y con, por lo menos, mínimos conocimientos. Los transportistas no van a ser fáciles de lidiar, pues protestarán por los retrasos, lo que hará un ambiente de confrontación duro para mejorar el servicio.

Sin recursos y ante su negativa a subir impuestos, Trump espera financiar parte de su déficit fiscal y su pago de la deuda con los aranceles, pero el daño que hace a su país, a la certeza, a la inversión, hacen que pierda millones en la bolsa y caigan los índices drásticamente en el mundo.

Trascendió que Elon Musk intentó que Trump reconsiderara su política arancelaria por los daños que causa y que podrían agudizarse en breve. La recuperación no sería fácil ni inmediata, pero parece que no lo escuchó, pues supone que habla por la caída de sus negocios. Es pues probable que pronto venga un rompimiento, ya que los recortes de Musk, sin experiencia en el gobierno, han afectado gravemente el servicio profesional de carrera y la atención en educación y salud de los norteamericanos.

Las protestas ya estallaron. En 50 estados de la Unión Americana se convocó a la población a enfrentar a Trump y sus políticas que dañan a mujeres, comunidad LGBTQ+, discapacitados, provoca desempleo, aumenta precios y lesiona a los norteamericanos. Boston fue una de las ciudades con mayor afluencia de personas que se movilizaron masivamente para encarar la política de Trump. Como lo escribí será el pueblo quien tome la palabra. Pero aún falta tiempo para las elecciones y Trump calcula que logrará metas y aplacará protestas. Está por verse.

Como se esperaba, directivos de empresas, productores de equipo, maquinaria y de servicios, así como los agropecuarios, corren riesgos en sus negocios al no poder importar a precios justos sus insumos. Esto destruye sus cadenas productivas con Asia y Europa, así como con otros países. Muchos de los que financiaron a Trump y su campaña, hoy se deslindan y protestan por tan agresivas medidas, que sin necesidad, ponen al mundo en peligro de una depresión. Los pronósticos del crecimiento económico de EU cayeron y ya se habla de un estancamiento, pero las cifras aún no se pueden evaluar.

Los mercados han enloquecido pues los rumores van y vienen, algunos esperanzadores como la prórroga de 90 días los alentaron. EU ha pagado grandes pérdidas por su política comercial, que afecta a toda la economía. Aun cuando Trump señala que ya varias empresas van a regresar sus plantas a EU para producir ahí, lo cierto es que generar la producción de cadenas productivas en su país llevaría años, además de que su costo sería alto y al final se perdería competitividad mundial por ser altos los precios de sus productos. No pueden tampoco ser autárquicos, pero al parecer Trump construye su muralla desde Groenlandia hasta Panamá.

Desde luego busca quedarse con Groenlandia de cualquier modo, y tener el control del Canal de Panamá. Son dos de sus metas para afirmar su hegemonía mundial. Volvemos a las épocas del fascismo. Llamemos a las cosas por su nombre. Es más que un populismo. Es la pérdida de valores frente al poder y el dinero. Libertades, igualdad, protección de grupos vulnerables, preferencias sexuales, raza, edad, ya no son motores de la política norteamericana. Es el control, las nuevas alianzas, Rusia incluida, lo que prevalecerá. Al menos eso se propone Trump.

A nivel político, en el Congreso ya empieza la discusión de si se debe enmendar la disposición de que el Ejecutivo, a través de órdenes, pueda aumentar tarifas sin justificación. Piden regresar a lo que originalmente prevé la ley. Los aranceles son facultad del Congreso, y para aumentarlos o disminuirlos, se debería informar al legislativo, con un estudio que lo justifique, para su aprobación o rechazo. Hoy varios republicanos están viendo cómo se afecta a sus estados y caerá su economía, ya se han unido a los demócratas en esta reconsideración.

Así pues, Trump tiene abiertos múltiples frentes, con cerca de 95 países, con la otra potencia mundial que es China, con su electorado, con su Congreso, con sus empresarios y con académicos y premios Nobel de economía. Por lo pronto, solo hay claridad de que no piensa retroceder, sino negociar. Cómo y cuándo, qué tiempo tomará, pues es parte de la incertidumbre que hoy atrapa al mundo. Por lo pronto, las aduanas también serán otro frente. Por eso abordaremos la posibilidad de crear una unión aduanera en el bloque norteamericano, pues ahí recae el paso de todas las mercancías, drogas y armas incluidas, para generar un fondo común y un pacto de seguridad que realmente funcionen.

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