Rosario Guerra

La agenda

López Obrador es dueño de la agenda mediática con su mañanera, la cual usa para imponer su verdad sobre los más diversos temas, pero la oposición ha impuesto la suya.

Desde su Palacio, AMLO dicta la agenda a los medios; decide quién acude, los temas a tratar, las preguntas, en fin, es el dueño de la agenda mediática con su mañanera, que según su interpretación es un ejercicio para informar a la ciudadanía. En realidad usa ese espacio para imponer su verdad y sus datos sobre los más diversos temas. Es su espacio para explicar su posverdad, donde maneja realidades alternas, para explicar inseguridad, falta de medicamentos, descenso del promedio de vida, militarización y todo tema que le pueda representar un cuestionamiento a su forma de gobierno.

La utiliza para criticar y descalificar a quienes difieren de su explicación de una supuesta transformación llena de buena voluntad, pero de datos dudosos. Hay más pobres pese a sus donativos directos, de lo que se desconocen beneficiarios. No hay crecimiento económico desde la caída del PIB por el Covid. Apenas nos recuperamos. Inversión y empleo van repuntando, pero la falta de certeza jurídica aleja proyectos productivos. Rezagos en generación de energía eléctrica, en energías limpias, en minería y en infraestructura inhiben el desarrollo.

Marcelo Ebrard sabe que esta es quizá su última oportunidad para obtener la candidatura a la presidencia de la República, y tras anunciar que se retiraba para hacer campaña, al de Palacio se le complicó la sucesión que estaría definida por una encuesta, que disfrazaba el dedito, como suele hacerlo. Pero el impulso de Ebrard cambió el proceso, se adelantó el tiempo, y sin más que una explicación que no cuenta con respaldo legal alguno, se estableció una competencia de las corcholatas por presidir la defensa de la 4T. Si bien la candidatura de Claudia Scheinbaum parecía ya un hecho, con el apoyo del Presidente, gobernadores y cuadros partidistas, Marcelo ha jugado fuerte.

Pidió a Andy se uniera a su candidatura como secretario, y lo obligó a él y a su padre a deslindarse de candidaturas. Tiene una estructura nacional y alianzas locales e internacionales importantes. Muchos piensan que con Ebrard, Morena tiene menos posibilidades de perder una elección. Falta ver qué piensa AMLO.

Y así andaban de día de campo cuando se conoció que la Alianza no andaba de parranda, solo busca cómo organizarse para lograr la máxima unidad en torno a una sola candidatura. Movimiento Ciudadano no se une, hasta diciembre tomará su decisión. O hace un hoyo a los votos de opositores, que parece ser su opción, o se une a Morena, ambas equivalentes. Porque obviamente de ganar ni hablamos, pero hay formas de perder más redituables que un triunfo.

Mientras tanto, la oposición tomó la agenda. AMLO hace rabietas en cada mañanera. Incluso, en su quinto Informe de Gobierno dedicó un buen espacio para criticar la alianza opositora. A diario festeja que se baje algún candidato/a para denunciar un proceso viciado. El que por primera vez sea la ciudadanía la que elija en urnas a quien encabezará un frente partidista, conforme la Constitución y las leyes, lo ha puesto fúrico. Los contrastes son evidentes.

El proceso de depuración empezó con las 150 mil firmas; tema muy debatido, pero que ha logrado que se descarten varios sin poner en riesgo el proceso, pese a críticas desinformadas o mal intencionadas. Se bajaron los que en realidad no tenían opciones. Osorio Chong decidió devolverle el golpe a Alito, dejando con varios senadores su fracción. Dicen que no se van, e incluso dicen que aportarán a la campaña de oposición, pero no se quedan. Veremos en qué termina.

Tras la pérdida del Edomex, muchos apostaron al fin de la Alianza, pero renació y cuenta con posibilidades. La villana favorita es Xóchitl Gálvez, que no deja pasar una y agradece la promoción gratuita, esto enfurece aún más al que se apoderó de su Palacio. Y se cierran las encuestas aún sin candidatura. Y varios precandidatos continúan su reflexión. Perder a José Ángel Gurría sí sería grave, por tanto la Alianza le pidió ayuda redactando el programa de gobierno, tema fundamental de la plataforma de oposición. Se mantiene la alineación.

La oposición ha iniciado la construcción de su propio padrón electoral. Apoyes o no a alguna candidatura debes registrarte para votar el 3 de septiembre. El pacto entre partidos y sociedad civil apenas empieza. Su fuerza no depende de críticas o de descalificaciones o confusiones. Los precandidatos pueden registrarse sin las firmas, que deberán presentar en un mes, y todos apoyarán a lograrlo. Después se tendrá un primer diálogo que quienes escuchen podrán calificar. Quedarán tres finalistas que recorrerán el país y sostendrán cinco diálogos con los temas que los estudios revelen como de mayor interés.

Tras este careo se cruzarán estudios de opinión, al menos tres, con resultados de votación en los 300 distritos electorales. Será el Comité Electoral, mayoritariamente ciudadano, quien dará a conocer el resultado. En tanto, Morena y sus candidatos, electos todos por la misma mano, no podrán dialogar entre ellos, ni asistir a ciertos eventos o medios.

Por eso, hoy ya no es AMLO quien fija agenda, reacciona frente a ella. No puede salirse de la nota que la oposición dará día con día, de sus entrevistas, de sus actividades, de las opiniones que generen, de los datos que revelen, mientras sus corcholatas pelean sus propios votos.

Para que exista una mayor democracia se requiere de la participación de todos. Mejorar es posible si nos decidimos a dar el paso y cambiar por un gobierno de coalición que tome decisiones en debates informados en favor de la educación, la salud, la seguridad, la ciencia, las artes. Lograrlo es posible, por eso en las mañaneras arrecian descalificaciones. No puedes dar la espalda a este histórico proceso. Lograr que los partidos representen a la sociedad implica que hagamos nuestros esos partidos, marcar ruta, poner agenda, recuperar lo perdido.

Eso solo a nosotros nos corresponde. Debemos votar en el Frente Partidista. Cuando peligró el INE y se presentó el plan B todos unimos nuestras voces en Reforma y en el Zócalo. Se pararon las reformas aun cuando la presidenta del INE sea afín a AMLO, su pleno colegiado y plural no puede ser derrotado por mentiras. Por eso estamos pendientes de que no haya retrocesos, ni en la 3 de 3, ni en los derechos políticos de mujeres y grupos vulnerables.

Tampoco el TEPJF queda desprotegido y seguirá dictando sentencias conforme principios de progresividad y pro persona, pese a la tentación que se les puso a los partidos para ser menos dependientes de las leyes. Ese fue un buen ejemplo de que ningún avance permanece si la sociedad no lo defiende.

Es hora de actuar, de participar, de dar continuidad a los movimientos que nos dieron forma como marea rosa. Si participaste sabes que sí es posible derrotar decisiones de Estado. Estamos ante una elección de Estado, solo la puede detener la participación de la sociedad organizada. Es tu turno, partidos y organizaciones abrimos el proceso, es tu decisión hacerlo aún más ancho. Recuerda, tu arma es tu voto.

Lo demás no cuenta porque solo los votos deciden. Si estos son una amplia mayoría, aunque el gobierno enronquezca de gritar, nosotros tenemos la decisión. No lo olvides, ni creas lo que se dice. Contacta al Frente Cívico Nacional si tienes dudas. Siempre habrá alguien como tú que pueda despejar el camino. En septiembre tendremos dos candidatos, el del gobierno y el de la ciudadanía.

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