Con el Dr. Gabriel Cuadra como nuevo subgobernador de Banco de México a partir de este mes (designación bien vista por el mercado por la amplia trayectoria del funcionario en distintas áreas del Banco Central desde 1998), la Junta de Gobierno decidió reducir el objetivo de la Tasa de Interés Interbancaria a un día de 10.00 a 9.50 por ciento. La decisión no fue unánime. De los cinco miembros de la Junta, el subgobernador Jonathan Heath votó a favor de reducir la tasa en 25 puntos base (pb). Los otros cuatro miembros votaron a favor de una reducción de 50 pb.
Al igual que las razones que consideró el subgobernador Heath para reducir la tasa de referencia en menor magnitud, será importante analizar la postura del recién designado subgobernador Cuadra en las minutas de la reunión política monetaria. En particular, y debido a que la minuta no revela los nombres de los funcionarios que emiten una u otra opinión, comentarios distintos a los utilizados recurrentemente por los ya conocidos miembros de la Junta en intervenciones públicas permitirían intuir la postura del Dr. Cuadra respecto al comportamiento de la inflación y, principalmente, respecto a la convergencia de esta variable hacia el objetivo de 3.0 por ciento.
Ahora no solo se observa que la inflación anual de servicios persiste sobre niveles elevados a pesar de la clara desaceleración registrada en el crecimiento económico nacional desde hace unos meses. La inflación anual de mercancías podría continuar al alza, tal y como se ha observado desde la primera quincena de diciembre pasado. De hecho, en la Dirección de Análisis de INVEX estimamos que la inflación anual de mercancías podría pasar de 2.47 por ciento al cierre de 2024 a 4.93 por ciento al cierre de este año. Puesto de otra manera, la desaceleración que se prevé para la inflación de servicios (de 4.90 a 3.14 por ciento anual en el periodo citado) sería contrarrestada por un repunte en los precios de mercancías.
Y eso sin considerar que la administración actual imponga aranceles a los productos importados de Estados Unidos en caso de que Donald Trump establezca un arancel a las importaciones de México en su país. Es precisamente “la posible implementación de políticas que reviertan la integración económica mundial” uno de los riesgos destacados por la Junta de Gobierno en su comunicado de política monetaria más reciente.
A pesar de que los riesgos inflacionarios se mantienen sesgados al alza, se entiende el argumento de la tasa de interés real ex-ante en terreno restrictivo utilizado por los miembros de la Junta. Dicha tasa de interés real, definida como la tasa de interés nominal menos la expectativa de inflación a 12 meses, se mantendría por encima de la tasa de interés neutral (alrededor de 3.0 por ciento real) y en terreno restrictivo. Precisamente en el comunicado del pasado jueves, destacó que la Junta de Gobierno (al menos cuatro de sus miembros) “estima que hacia delante podría continuar con la calibración de la postura monetaria y considerar ajustarla en magnitud similar… si bien manteniendo una postura restrictiva”.
De acuerdo con Banxico, “los anuncios de cambio de política económica por parte de la nueva administración estadounidense han añadido incertidumbre a las previsiones [de inflación]”. Por supuesto que la desaceleración económica contribuiría a frenar a la que en su momento fue una persistente inflación de servicios. Por otra parte, tal como lo sugieren nuestros estimados en INVEX, se debería adoptar una mayor cautela en lo que se refiere a los precios de mercancías, sobre todo porque los cambios en la política de comercio exterior de Estados Unidos no solo afectarían los precios de bienes importados en caso de un contraataque arancelario por parte de México. Los precios a nivel internacional, incluyendo los de materias primas o los de productos provenientes de China, también podrían verse afectados.
Principalmente por esta razón, la Junta de Banxico también debería ser más cautelosa en reducir la tasa de referencia de forma acelerada. Un menor costo por el servicio de la deuda restaría presión al déficit público y, en consecuencia, a la inflación. No obstante, si la Reserva Federal extiende su pausa todo este año (algo que no se descarta del todo), la reducción acelerada del diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos podría impactar sobre el tipo de cambio peso-dólar y ahí sí generar un repunte de la inflación en nuestro país.