“La Unión Europea es un invento para abusar de Estados Unidos”.
Donald Trump.
La reunión de Donald Trump en la oficina oval con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, representa un parteaguas en la gobernanza global. Al ponerse del lado de Rusia y traicionar a Europa, su gran aliada, Trump ha hecho estallar la llamada Pax Americana. Es decir, el entramado de instituciones globales, como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lideradas por Washington, que logró un periodo de casi ocho décadas de bienestar mundial.
Europa no experimentó ningún conflicto armado desde 1945 hasta 2022, año en el que Rusia invadió a Ucrania. Estados Unidos se comportaba como una especie de alguacil renuente del mundo. Realizaba las mayores aportaciones a los organismos internacionales encargados de la paz y la estabilidad del globo y se abrió al comercio de una manera asimétrica.
El final de este periodo de Estados Unidos como líder del mundo se explica por tres principales motivos. Primero, la implosión americana. Es decir, el ataque desde la propia Casa Blanca de Trump al orden global. Segundo, el ascenso de China como rival de Estados Unidos en todos los terrenos y la mancuerna que ha forjado con Rusia. El tercer factor es la tecnopolarización.
Implosión americana
El trumpismo es un movimiento nacionalista y aislacionista. Con un líder obsesionado con la idea de que los aliados abusan de Estados Unidos, pues pagan menores cuotas en los organismos internacionales y mantienen los aranceles más bajos del mundo. En palabras de Trump, “nos ven la cara de tontos”. En 1987, como magnate de bienes raíces, pagó una inserción en los tres principales periódicos —The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal— señalando que Japón estaba abusando de Estados Unidos. El ahora presidente argumentaba que Japón exportaba sin aranceles millones de autos y, además, Washington les pagaba por su defensa, pues desde la Segunda Guerra Mundial tiene establecidas bases militares en territorio japonés y la constitución de ese país les prohíbe tener su propio ejército.
Trump es un proteccionista al que le gustan los aranceles porque le otorgan un enorme poder. Son un instrumento que él puede manejar a su antojo y dado que EU es el mercado más grande del mundo, el juego ahora será que si quieres gozar de nuestro mercado, tienes que pagar aranceles.
Las alianzas e instituciones de la Pax Americana lo restringen. Trump no acepta ataduras. Como un nuevo César americano, se está dando a la tarea de conquistar territorios, como Groenlandia, y volver a manejar el Canal de Panamá.
Ascenso de China
El segundo elemento que explica el fin de la Pax Americana es el ascenso de China. Desde hace una década, China rivaliza en lo económico con Estados Unidos, pero ahora también en el terreno militar. En este momento, The Economist Intelligence Unit calcula que tiene 600 ojivas nucleares y que al final de esta década tendrá más de mil. Más aún, en las manufacturas sofisticadas, como coches eléctricos y paneles solares, aventaja claramente a Estados Unidos.
De manera similar a lo que sucedió al final de la Guerra Fría (1945-1989), en que la mancuerna Washington-Beijing aisló a Moscú, ahora ha emergido una cercana alianza entre Xi Jinping y Vladímir Putin.
Estos dos hombres fuertes, admirados por Trump, se han reunido en 43 ocasiones. El líder chino Xi se ha referido a su relación con Rusia como “amistad sin límites”. No hay que hurgar demasiado; lo central en la alianza Xi-Putin es acabar con la Pax Americana, es decir, con ese orden liderado por Washington que no les conviene.
En la última reunión de los BRICS, en octubre pasado en Rusia, grupo antinorteamericano liderado por China y Rusia, el tema central fue cómo acabar con el dólar como moneda internacional del comercio.
Tecnopolarización
Finalmente, está la llamada tecnopolarización. Se trata de la emergencia de las grandes compañías de tecnología y logística, como Huawei, Amazon, Apple, SpaceX y Starlink (estas dos últimas de Elon Musk), que verdaderamente rivalizan con los Estados nación.
La compañía de Musk, Starlink, es dueña de más de la mitad de los satélites en órbita. Ucrania depende del internet que le proporciona Starlink para defenderse y atacar. Además, la nueva carrera armamentista se está dando a través de colocar armas nucleares en los satélites para desde el espacio dominar cualquier teatro de guerra.
El fin de la Pax Americana significa un mundo más incierto y violento dominado por hombres fuertes. Estamos entrando al escenario sin reglas, a merced de los tiranos: Trump, Putin, Xi y el príncipe saudí Mohammed bin Salman, entre otros.
Los mexicanos nos quejamos largamente de la Pax Americana y de vivir junto al imperio de la segunda mitad del siglo XX y el primer cuarto del XXI. Quién lo diría. La vamos a extrañar y muy en serio.