El fin de semana pasado hemos vivido cuatro grandes eventos taurinos con éxito artístico y económico en la República Mexicana. El trabajo y empeño de las empresas por dar toros ha comenzado a dar frutos en esta época del año en la que la Plaza México estaría en pleno con su temporada, si no fuera por el atropello y desacierto de la banda prohibicionista encabezada por la incapacidad y el resentimiento hacia nuestras tradiciones de la señora Brugada, apoyada por un grupo de políticos mercenarios con nula vocación ni ética de servicio.
El viernes en Ciudad Juárez, pese a los intentos prohibicionistas llevados a cabo por un grupo de señoras sin ocupación pertenecientes a una AC cuya única actividad es intentar prohibir, se dio una corrida más en la plaza Alberto Balderas.
Ernesto Javier Calita, Diego Silveti y Leo Valadez ofrecieron una buena noche de toros con el encierro de Marrón, que presentó cualidades y que, de no ser por el fallo con los aceros, el triunfo numérico habría sido más abultado. Únicamente Silveti tocó pelo en una noche agradable.
El sábado en Irapuato se dio la tradicional corrida de la Revolución. Ante tres cuartos de entrada hicieron el paseíllo Diego Silveti, Andrés Roca Rey e Isaac Fonseca, ante un bien presentado encierro de San Miguel de Mimiahuápam que fue bueno en general, habiendo dos toros cumbre, dos manejables, uno insulso y otro complicado.
Tuve el gusto de presenciar la corrida, que se desempeñó en un gran ambiente, con clima perfecto y muchas emociones en el ruedo. Una gran tarde de toros. Se rindieron honores a la bandera —ceremonia siempre respetuosa y emocionante en una plaza de toros—, se desplegó en el público una bandera monumental y, tras cantar el Himno Nacional, los tendidos comenzaron al unísono a gritar “¡Fuera Morena, fuera Morena!”, en un acto que debería hacer reflexionar a quienes nos gobiernan acerca del rumbo que pretenden imponer a este país.
Diego Silveti pasa por un gran momento: lo ve muy claro, está templado y elegante como siempre. Cortó una oreja a su primer toro, un animal muy serio con el que estuvo técnico y preciso. Al cuarto, que no se echó tras estocada entera al segundo intento, le tenía cortada la oreja. Sus paisanos le exigen en serio, y el torero responde con su tauromaquia.
Roca Rey estuvo a un gran nivel. Cuajó una faena importante a su primer toro, que desgraciadamente pinchó. Le vi muy torero, expresando su manera de sentir y con una profundidad que emociona. Valor posee para tres toreros, pero lo que en verdad me ilusionó fue verle disfrutar, sin ceder un milímetro y haciendo el toreo serio y de verdad. Auguro una gran temporada invernal y un sensacional 2026; donde lo vea anunciado, vaya; es un figurón.
Quien se llevó el gato al agua con todos los honores fue Isaac Fonseca. Su conexión y carisma con la gente se disfrutan desde los tendidos. No se deja nada y, además, sabe torear, lo que demostró con el gran sexto de la tarde, un toro “superclase” del hierro guanajuatense. Con él, Fonseca dibujó el toreo lento y por abajo, en muletazos largos, templados y despacio, aprovechando las enormes virtudes del toro. Lo mató por arriba y le cortó dos señoras orejas.
En Monterrey y Pachuca triunfaron el domingo El Payo, Roca Rey y Gilio, así como Calita, Borja Jiménez y Fauro Aloi, ante toros de El Junco y Montecristo.
Se viene otro gran fin de semana: el viernes el potosino Fermín Rivera se encerrará con seis de su ganadería en la plaza de toros El Paseo de San Luis Potosí para celebrar sus 20 años de alternativa. Tarde que merece un lleno dada la trayectoria y categoría de Fermín.
El sábado, en la Monumental de Aguascalientes, recibirá el doctorado como Matador de Toros Bruno Aloi, de manos de Roca Rey y con Luis David como testigo, ante seis de Villa Carmela. Se espera una gran entrada dada la presencia de la figura mundial Roca Rey, un torero local importante como Luis David y la alternativa de uno de los jóvenes que más ilusionan a la afición. Bruno Aloi.
El domingo, en la Perla Tapatía, cartelazo de arte: Diego Silveti, Juan Ortega y Diego San Román ante seis de Los Encinos. Sin desperdicio el elenco.
Toca ir a las plazas de toros. Esto está vivo. No permitamos que nos lo arranquen de las manos. Con los llenos, los prohibicionistas callan.