El futuro de la tauromaquia reside en los jóvenes: aspirantes a novilleros, novilleros sin caballos, novilleros con caballos y matadores de reciente alternativa. Lo mismo ocurre en el campo bravo: son los hijos y nietos de los actuales ganaderos quienes tienen el honor y la responsabilidad de continuar la fascinante crianza del toro de lidia y mantener el ecosistema, dándole vida al toro bravo.
Periodistas, médicos, empresarios y aficionados compartimos también esa responsabilidad: mostrar, sin tapujos y con valentía, la verdad de esta cultura, que está por cumplir 500 años del primer festejo taurino documentado en nuestro territorio. En aquel entonces, aún no existía México, no había ocurrido el milagro guadalupano y ya había toros en estas tierras.
En la historia reciente, los certámenes de novilladas han sido impulsores de toreros que, con sacrificio, entrega, vocación, determinación y valor, han logrado su sueño de convertirse en figuras del toreo.
En los años 70, la Peña Taurina Don Dificultades organizó novilladas en la plaza de toros La Florecita, en Ciudad Satélite. Por ese ruedo —una plaza muy torera— pasaron cientos de novilleros; algunos de ellos cumplieron su sueño, como es el caso del maestro Jorge Gutiérrez.
En este siglo, vale la pena destacar dos certámenes importantes:
La Feria Mundial del Novillero, organizada por Tauromex y auspiciada por don Carlos Peralta, de la cual surgieron matadores de toros de gran nivel, tanto mexicanos como extranjeros.
La Feria Nacional del Novillero Telmex, que impulsó a muchos novilleros hacia la alternativa. Una espectacular gira por prácticamente toda la República Mexicana, acercando la marca de comunicaciones a los mexicanos y logrando un vínculo de identificación entre prestador de servicios y consumidor. Tal vez fue este el último gran esfuerzo organizado con buenos resultados.
Es una lástima que marcas que se deben a México no tengan hoy el valor social de mantener sus convicciones y sucumban a presiones absurdas y prohibicionistas.
Es evidente que nuestra cultura e identidad están hoy amenazadas por intereses internacionales que pretenden homogeneizar el pensamiento de la sociedad. Poco les interesa lo que representa el México profundo. Les interesa desarraigar para poder manipular.
Sin embargo, hoy el estado de Tlaxcala —uno de los más taurinos del país, con 38 ganaderías registradas en la ANCTL y un gran número de toreros, desde aspirantes hasta matadores— ha dado el ejemplo de apertura, valentía y orgullo por lo que somos y sentimos los mexicanos, basándose en nuestras tradiciones.
Con el apoyo del alcalde de Apizaco, Javier Rivera Bonilla; el cabildo y los regidores encabezados por el joven David Morales; y el respaldo del Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino, bajo la dirección del matador José Luis Angelino, se lanzó el certamen Copa Pana.
El legendario Rodolfo Rodríguez “El Pana”, quien da nombre a la plaza de toros de Apizaco —sede del certamen y obra del arquitecto, gran taurino y mejor ser humano Mario del Olmo—, es homenajeado en esta iniciativa.
Novilladas sin picadores: toreros muy nuevos, en etapa formativa. Se está trabajando desde la base en la formación de las futuras figuras del toreo. El apoyo fundamental de ganaderos locales como Antonio de Haro y Santiago Villanueva Yano es ejemplo de unión, visión y trabajo.
Los festejos se celebran cada quince días, los viernes a las 19:00 horas. Ya se realizó la primera fecha: Guillermo Veloz “El Pausado II”, César Reyes, Isaías López y Hugo Granados se enfrentaron a cuatro novillos bien presentados de De Haro. Dos tlaxcaltecas, un hidrocálido y un jalisciense.
El triunfador fue Hugo Granados, quien cortó una oreja. Pero más allá del premio, su conexión con el público, su concepto y su valor dejan claro que en él ya hay un torero importante en ciernes.
Gran ambiente: familias enteras, respeto y convivencia en torno a nuestras tradiciones. Más de tres mil personas respondieron al festejo. Entrada gratuita y la semilla sembrada para el próximo 1 de agosto.
Enhorabuena a todos. Suerte a los toreros y ganaderos, y que el ejemplo sirva para que otros estados hagan lo propio.