La Fiesta Está Viva

Heroico

Luis David pasa por un gran momento, torea muy bien con el capote, ejecuta la verónica con gran pureza, ritmo y empaque.

El toreo es heroico, no hay duda. Pese a que exista gente que lo desprecie, no lo entienda y se aferre a cierta cultura para proclamarse moderno, ecologista y vanguardista, convirtiéndose en entes intolerantes, prohibicionistas y genocidas del toro. El hombre ha matado para comer; la humanidad consume lo que cosecha, lo que produce con animales de abasto y lo que pesca. Vivimos en tiempos en que a las minorías se les respeta, menos a la enorme población mexicana, 7 millones que gustan de la tauromaquia. A nosotros se nos persigue, señala y prohíbe. Las dos primeras son llevables; la tercera ya apunta a un régimen que ningún mexicano desea, incluidos los que solo aplauden y estiran la mano, los que no visualizan que nos están conduciendo al ocaso de la libertad.

Dentro de estos tiempos bélicos, absurdos, prohibicionistas e intolerantes existe un oasis: el redondel. Círculo de vida y muerte, triunfo y fracaso, placer y dolor, éxtasis y agonía. Toro y torero en soledad. Uno contra otro, uno para el otro. La tauromaquia no se trata de darle muerte al toro; esta es la culminación de un rito mediante el cual se escenifican todos los momentos de la vida del hombre en la tierra. El encuentro con lo desconocido; el torero no sabe qué condiciones y comportamiento tendrá el toro que sale a la arena. El animal que ha vivido en plena libertad y con los máximos cuidados en el campo para que llegue el momento de su lidia, nunca ha embestido, se encuentra por primera vez en esa situación y es su instinto, su bravura, su casta la que se apodera de su cuerpo y comienza la danza del toreo. Suavidad ante poderío, inteligencia ante fuerza bruta, todo con el único fin de crear arte. Emociones que solamente se viven en una plaza de toros, en un espectáculo real, bello, crudo e intenso. El toreo sin la creación artística no tendría sentido, como no tiene ningún sentido real y profundo el intentar prohibir esta tradición de cinco siglos en México, y mucho menos legislarla. Pero claro, es tan grande, poderosa e importante que los políticos se cuelgan de ella para pretender ser lo que no son, cultos y progresistas, cuando en realidad la gran mayoría de ellos son incompetentes, carecen de vocación de servicio público y lo que menos les interesa es el bienestar social, solamente sus agendas, el permanecer en el poder para abusar de él y conseguir likes, porque votos ya los compran.

Luis David Adame, mexicano nacido en Aguascalientes, segundo de tres hermanos matadores de toros: Joselito y Alejandro. Orgullo hidrocálido, orgullo de México. Capacidad, resiliencia, vocación, valor y sacrificio. Todos en el toreo en México sabemos que es un muy buen torero, cuyo potencial es enorme. Vivimos en tiempos en que parece que necesitamos que en España nos avalen a nuestros toreros; los “mandamos” a que se forjen allá, lo cual tiene su lado positivo por el gran nivel de profesionalidad que se vive dentro del mundo del toro en España. Por otro lado, nos resta valor como Fiesta; parece que carecemos de autoridad taurina para erigir a los nuestros en lugar de mandarlos como embajadores de nuestra forma de sentir el toreo.

Luis David ha toreado ya varias veces en Madrid, en Las Ventas, durante San Isidro, teniendo actuaciones importantes. Cortó una oreja de novillero y otra como matador en 2018. Sin embargo, el toreo es tan duro que, si no llegan las orejas, el torero, teniendo la misma capacidad de siempre, se relega a fechas con menor difusión, menos público, con mayor dureza y complejidad.

Hizo el paseíllo como primer espada el domingo, su regreso desde 2019, ante un imponente encierro de Valdefresno, alternando con José Fernando Molina y Christian Parejo.

Me atrevo a decir y confirmar que Luis David pasa por un gran momento; torea muy bien con el capote, ejecuta la verónica con gran pureza, ritmo y empaque. Goza de la variedad en su espuerta, banderillea y con la muleta es poderoso, entendido y capaz, por lo que cuando el toro medianamente colabora no deja pasar los triunfos. Hecho comprobable en sus últimas participaciones en la Feria Nacional de San Marcos.

En Las Ventas estuvo heroico; su primero le pegó un fuerte golpe en el pecho al entrar a matar, tremendas las imágenes. Va a la enfermería hundido de dolor; a los 35 minutos regresa con el pecho vendado a lidiar el cuarto de la tarde. Gesto de torero macho, de querer, de demostrar. Si bien no llegaron las orejas en esta tarde para él y para sus dos compañeros por el manejo de la espada, dejaron en evidencia que es de justicia torera que se les dé hueco para competir; son la nueva generación del toreo, aquí y allá. Esta tarde debe hacerles justicia; a Luis David, que pasará el verano en España, le debe repercutir en otoño e invierno en nuestras plazas. Debemos estar seguros como cultura de que los nuestros valen y mucho.

Para terminar, si usted, amable lector, defiende la libertad y gusta de nuestras tradiciones, lo invito a unirse a la gran marcha en defensa de nuestras tradiciones, el jueves 26, con punto de partida en el Palacio de Bellas Artes en la CDMX a las 9 am.

COLUMNAS ANTERIORES

In memoriam
La montera azul

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.