El rey de la Fiesta es el toro. Emperador de la dehesa. Guardián en México de más de 170 mil hectáreas en perfecto equilibrio ecológico. El animal más bello del planeta. Eje y razón del toreo. Hoy amenazado absurdamente por personajes perversos, incultos, irrespetuosos y soberbios, que piensan en su limitado espectro de comprensión que el toro sufre, que el hecho de que muera en una plaza de toros embistiendo es crueldad. Cuando en realidad es el reconocimiento a su esencia de toro bravo. El toro embiste por instinto. Existen estudios científicos comprobados y reales, no la información que los prohibicionistas utilizan obtenida de Wikipedia, en la que es real que el toro bravo genera sustancias que inhiben el dolor, que le provocan paz y le generan y aumentan esta maravillosa actitud y aptitud por embestir, entregándose a la lidia. Únicamente el 7 por ciento de la cabaña brava mexicana llega a la plaza a enaltecer su especie; el resto del hato vive en el campo en absoluta libertad toda su vida.
Dentro de la industria del toreo, uno de los aspectos más importantes es la selección de los encierros por parte de las empresas y los toreros. Conocer de cada ganadería qué tipo de toro funciona, qué hierro pasa por buen momento, qué ganaderos tienen el compromiso con la fiesta y la actualidad para tener corridas y novilladas puestas, y no ponerlas cuando se las piden.
El inicio de año ha sido evidente en cuanto a que, si el toro embiste, los toreros triunfan. Comencemos por el peruano Andrés Roca Rey. Se anunció en La México con Xajay, apostando a la bravura y comportamiento que busca el ganadero; se llevó el lote con un toro muy bravo y otro de nobles embestidas. El resultado: una tarde histórica en el recuerdo y el corte de cuatro orejas y un rabo.
Guillermo Hermoso, con el único toro que embistió de La Estancia, realizó una muy buena faena y cortó una oreja. El 5, en el adiós de Ponce, Alejandro Adame dibujó el toreo por naturales, cortándole una oreja al abre plaza; Diego Silveti le cortó dos orejas al tercero, dejando claro el gran momento que atraviesa. Ponce, con medias embestidas y el contagio del ambiente, cortó dos más.
El sábado pasado en León, vivieron una tarde fantástica. Cartel bien rematado con Silveti, Roca Rey e Isaac Fonseca ante seis de Villa Carmela. Ganadería de buena simiente, cuyo ganadero vive con pasión y vocación heredada de su señor padre: la crianza del toro bravo. Si bien la temporada pasada no fue lo que él esperaba. El trabajo y el rigor en los tentaderos, empadres, nutrición y cuidado le han recompensado con un triunfo de apoteosis. Un indulto por parte de Silveti, tres orejas de Roca Rey y un indulto más de Fonseca. Lleno hasta la bandera y la gente salió toreando.
En Guadalajara, en los festejos de viernes, sábado y domingo: Diego Sánchez triunfó cortando una oreja ante un complicado encierro de Barralva. Al día siguiente brilló sin espada Luis David ante los dos toros que embistieron de Campo Hermoso. El domingo, ante un entradón provocado por la presencia en el cartel de Roca Rey, junto con el Payo y Diego San Román, en este ejercicio de equilibrio en los carteles, una figura extranjera, una mexicana y un torero en ascenso. Una vez más, los de Villa Carmela se movieron para que Payo y Roca cortaran un apéndice cada uno, yéndose por delante Diego San Román, con el corte de tres orejas, que en Guadalajara no es poca cosa.
Constantemente escuchamos que en México faltan toreros, que si esto, que si lo otro; comprobado está que cuando el toro se mueve y embiste, los toreros, sean de donde sean, triunfan.
El sábado cierra la Feria de León con festejo de rejones: Jorge Hernández, Guillermo Hermoso y Fauro Aloi ante seis de Rancho Seco. Cartel que repite el domingo en Cedral, San Luis Potosí, con seis de Zacatepec. Este domingo vuelven los toros a La México, con Andy Cartagena a caballo, José Mauricio y El Calita ante seis de Las Huertas. En Guadalajara, Óscar Rodríguez, Pepe Murillo y David Galván, con seis de Tenexac. En la San Marcos de Aguascalientes, segunda novillada con Emiliano Osornio, Bruno Aloi y Emilio Ricaud ante seis de San Martín. Llenemos las plazas, que embistan los toros y que los toreros triunfen.