Worldcoin, liderado por Sam Altman (CEO de OpenAI) empresa de inteligencia artificial creadora de ChatGPT, ha recaudado recientemente 115 millones de dólares en capital de riesgo.
Sin embargo, esta recaudación parece ser el resultado de una década de dinero barato y una estrategia de recaudación de fondos impulsada por el prestigio en Silicon Valley. Tanto desde una perspectiva ética como financiera, resulta difícil encontrar una justificación racional para respaldar este proyecto.
La propuesta de Worldcoin se basa en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, está “The Orb”, un dispositivo que escanea las retinas de los usuarios para confirmar su identidad en línea en el futuro. Por otro lado, el “token” de Worldcoin se plantea como una forma de “ingreso básico universal” y se ofrece como incentivo para aquellos que se sometan al escaneo ocular temprano. Sin embargo, existen numerosas incógnitas sobre cómo este token tendrá algún valor a largo plazo y cómo podrá ser intercambiado por necesidades básicas.
El enfoque de Worldcoin para resolver el problema de la identidad digital es igualmente preocupante. La empresa utiliza una estrategia de comunicación confusa y contradictoria, tratando de venderse como una iniciativa caritativa y una oportunidad de obtener ganancias. Esto plantea serias dudas sobre la verdadera intención y motivación detrás del proyecto.
Ha habido discrepancias significativas entre el discurso público de Worldcoin y las prácticas reales. Se han utilizado prácticas de marketing engañosas; se han recopilado más datos personales de los reconocidos y no se ha obtenido un consentimiento informado adecuado.
Además, se han informado casos de un mercado negro de datos biométricos en China, relacionados con los usuarios que esperan unirse a la aplicación de billetera de Worldcoin. Esto plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de la información personal recopilada por el proyecto.
La dependencia de Worldcoin de los “Manejadores de Orbes” para incorporar clientes también es motivo de preocupación. Esto aumenta el riesgo de manipulaciones y socava completamente la promesa de resolver el problema de la identidad digital de manera segura y confiable.
La propuesta de Worldcoin plantea graves problemas éticos y financieros. Aunque se presenta como una solución para la identidad digital y un ingreso básico universal, existen dudas sobre su valor a largo plazo y sus repercusiones en la privacidad de los usuarios. Es importante considerar alternativas más sólidas y centradas en la protección de la privacidad en el ecosistema de criptomonedas.