Hacia la luna

¿Los inicios de una nueva era?

La nueva web está siendo construida principalmente en la cadena de bloques (blockchain), que abre paso a la información sin tener que pasar por tecnologías centralizadas.

Hay sectores que se quedan igual por años, que tienen muy poca innovación y sus cambios son menores. Pero uno de los sectores que a todos nos ha tocado ver innovar constantemente es la web, o el Internet en todas sus formas. La web se puede considerar que ha tenido tres versiones hasta hoy y sin darnos cuenta todos hemos adoptado cada una de ellas.

La primera versión de la web se le considera Web 1.0, una web de solo lectura y la forma más antigua de Internet. Esta versión consistía en unas pocas personas que creaban páginas web para un gran grupo de lectores, permitiéndoles acceder a hechos, información y contenido de las fuentes. Este fue el primer ejemplo de una red mundial que insinuaba el futuro potencial de comunicación digital e intercambio de información.

La segunda ola de la web es considerada la Web 2.0 y está enfocada a la participación y aportación de los usuarios. Evolucionó a ser más fácil de usar, gracias a su interactividad y compatibilidad mejorada con otros sistemas y dispositivos de tecnologías de información. Aquí la experiencia es para el usuario final. Esta web fue responsable de crear comunidades, colaboraciones, diálogo y que representaron los albores de las ya famosas y adictivas redes sociales. La Web 2.0 es como nos comunicamos hoy. Gracias al acceso a Internet móvil, teléfonos celulares que se adaptan cada año y el auge de las redes sociales, se ha contribuido a un repunte espectacular en el crecimiento de la Web 2.0.

Pero hay un problema con la Web 2.0. Los usuarios no son los últimos dueños de sus datos. Creemos que nuestras fotos en Instagram nos pertenecen, que nuestra cuenta de Twitter es solo nuestra. Pero no, son aplicaciones centralizadas que en cualquier momento pueden ser desconectadas y nuestros datos le pertenecen probablemente a Meta o Google. Por algo el dicho de que hoy “los datos son el nuevo petróleo’'.

Pero, ¿qué sigue entonces para la web? Con esto llegamos a la última iteración de Internet hasta hoy: la Web 3.0. Esta nueva versión está siendo empujada por la descentralización, el encriptado y un cambio en la forma de interacción servidor-cliente a persona-persona. Estamos en los inicios de la era de la web de lectura, escritura, participación y ejecución. Lo mejor de las dos últimas versiones del Internet.

Esta nueva web está siendo construida principalmente en la cadena de bloques (blockchain), que abre paso a la información sin tener que pasar por tecnologías centralizadas. Entre muchas otras cosas, la Web 3.0 permite a los usuarios interactuar, intercambiar información y realizar transacciones financieras de forma segura sin una autoridad o coordinador centralizado. Como resultado, cada usuario se convierte en propietario del contenido, en lugar de ser solo un usuario de ese contenido. ¿Cómo se realizan las transacciones en esta nueva web? Con criptomonedas.

Esta nueva era del Internet sigue en construcción y la estamos viendo ya muy de cerca. Google aceptando pagos en cripto; Instagram agregando tokens no fungibles (NFTs) como fotos; envío de remesas al instante entre México y Estados Unidos; incluso ya pudiéndose vestir de la Selección Mexicana en el metaverso. Todos estos elementos poco a poco están abriendo nuevas experiencias en Internet.

Sí, el futuro es hoy.

Paola Herrera

Paola Herrera

Apasionada en criptomonedas y Web3, y experta en habilitación y entrenamiento a mujeres sobre innovación financiera.

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