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Gentrificación y turismo de lujo, by Gustavo Egusquiza

Para Gustavo Egusquiza el turismo de lujo está experimentando una transformación profunda. Los viajeros de alto poder adquisitivo buscan experiencias exclusivas, auténticas y sostenibles

Lo mejor de viajar a otras partes del mundo es conocer personas que nos ofrezcan otras perspectivas de lo que es la vida; independientemente de las diferencias culturales, sociales o lingüísticas, incluso, mientras más diferencias hay, más profundo es el conocimiento y el reto intelectual.

Así me sucedió la última vez que estuve en Marruecos, donde, además de disfrutar de la vasta cultura árabe y su fe musulmana, pude conocer a relevantes personalidades de África, Asia y Europa, entre ellas a un bilbaíno que se movía entre la sutileza y la elegancia.

Gustavo Egusquiza es reconocido en el mundo como un experto en el turismo de lujo y comunicación en el sector hotelero y gastronómico. Acostumbrado a observar antes que a expresar sus ideas, construye milimétricamente el concepto entre lo adecuado y óptimo, a partir de su vasta experiencia en vivir lugares diseñados para un determinado sector de la sociedad global.

Es una de las voces más influyentes en la prensa turística. Revistas como Forbes lo posicionan como uno de los mayores expertos del lifestyle. No obstante, también ha visto cómo la gentrificación ha impactado a grandes capitales. Decidí entrevistarlo, ahora que en la Ciudad de México está por celebrarse la segunda manifestación contra este fenómeno.

Para Gustavo Egusquiza, la gentrificación no puede calificarse simplemente como buena o mala, ya que es un fenómeno complejo; por un lado, puede revitalizar barrios deteriorados, atraer inversión, mejorar infraestructuras y aumentar la oferta cultural y gastronómica. Sin embargo, también genera desplazamiento de residentes originales, aumento de precios y pérdida de identidad local.

Gustavo ha visitado varias veces la CDMX, por lo que considera que estos efectos se han hecho evidentes en colonias como la Roma, Condesa o Juárez, donde el auge inmobiliario y la llegada de extranjeros han elevado los alquileres y modificado la vida cotidiana de los habitantes tradicionales.

Esta situación la compara con otras capitales del mundo. En Madrid, la gentrificación ha sido especialmente visible en barrios como Malasaña, Lavapiés y Chueca. En ciudades como Nueva York, Berlín o Lisboa, la gentrificación ha seguido patrones similares. Asegura que en barrios como Brooklyn han vivido una transformación radical, con desplazamiento de comunidades afroamericanas y latinas.

La ciudad ha intentado implementar controles de renta y proyectos de vivienda asequible, pero la presión del mercado sigue siendo intensa. Por su parte, la capital alemana ha aprobado límites estrictos al aumento de alquileres y restricciones a la conversión de viviendas en alojamientos turísticos. Sin embargo, la demanda internacional mantiene la presión sobre el mercado inmobiliario. Mientras que en Lisboa, el auge del turismo y la inversión extranjera ha encarecido la vivienda en el centro histórico. El gobierno ha respondido con medidas de control de alquileres y promoción de vivienda social, aunque con resultados mixtos.

¿Qué propone Egusquiza como posibles soluciones? Primero, indica que su valoración depende de la capacidad de las ciudades para gestionar el cambio, proteger a los más vulnerables y preservar el tejido social original. Cuando no se acompaña de políticas públicas inclusivas, suele agudizar desigualdades y tensiones sociales.

Segundo, propone que haya regulación de alquileres turísticos, programas de vivienda pública y ayudas al alquiler para colectivos vulnerables; también apoyo a negocios locales tradicionales para evitar su desaparición frente a franquicias y cadenas multinacionales. Otro aspecto crucial es la participación vecinal en las decisiones sobre este fenómeno.

A pesar de estos esfuerzos, apunta Gustavo, la presión inmobiliaria y el turismo masivo siguen siendo retos importantes que requieren una gestión constante y políticas más integrales.

Por otro lado, el experto en turismo de lujo hace una evaluación sobre la evolución y las tendencias actuales de esta industria en crecimiento. En 2025, se movieron alrededor de estos servicios 1.3 mil millones de dólares, y se prevé que hacia 2030 se incremente su valor entre un 7 y un 10%.

Bajo este contexto, Gustavo explica: el turismo de lujo está experimentando una transformación profunda. Los viajeros de alto poder adquisitivo buscan experiencias exclusivas, auténticas y sostenibles, desde cenas privadas con chefs reconocidos hasta recorridos culturales con expertos locales, alojamientos ecológicos, spa de autor, retiros de salud, mindfulness o propuestas de desconexión total y servicios digitales avanzados bajo la máxima discreción.

No cabe duda de que las sociedades están bajo un movimiento estrepitoso. Se perciben cambios sustanciales en los usos y costumbres de decenas de ciudades. Por ello, sin una planeación integral, las desigualdades serán aún más marcadas.

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