Trópicos

¿Trump, el autoritario?

Trump está provocando a las masas, y eso representa un peligro que podría salirse de control en cualquier momento. Se ha abierto un nuevo frente de confrontación entre el presidente de EU y Claudia Sheinbaum.

Lo de Donald Trump ya es de otro nivel. Acumula una racha negativa para el olvido; en términos beisbolísticos, su porcentaje de bateo anda por abajo del punto 200. Lamentablemente, lo que está haciendo no tiene nada de gracioso; al contrario, está creando un Estado en crisis, y lo peor del caso es que pareciera que lo hace de forma consciente. No obstante, de continuar así, sus efectos pueden ser devastadores para la sociedad y no sólo la estadounidense. Sus impulsos le están llevando a gobernar bajo la imposición y la fuerza, rayando en lo que ya muchos consideran un gobierno autoritario.

Las redadas que ordenó desde el fin de semana pasado en el estado de California, donde la Guardia Nacional comenzó a provocar y detener migrantes a partir de su color de piel, no sólo son una violación a los derechos humanos, sino un contrasentido social respecto al país que se autonombra la mayor democracia del mundo y tierra de las grandes oportunidades.

En su Enmienda IV, la Constitución de los Estados Unidos afirma: “no se violará el derecho del pueblo a la seguridad de sus personas, hogares, documentos y pertenencias, contra allanamientos e incautaciones fuera de lo razonable…”. Y es que las redadas se perpetran contra personas con documentos de residencia y sin documentos. En este contexto, el gobernador de California, Gavin Newsom, apuntó: “el abuso de poder de Trump es una real amenaza a la fundación de la República”.

Escalando el conflicto, el fiscal general de California, Rob Bonta, junto a Gavin, demandaron a Trump por desplegar de manera “ilegal” a la Guardia Nacional. Son contrapesos fundamentales en estos momentos de crisis, que además han hecho bien en llamar a la ciudadanía a manifestarse en paz y no caer en provocaciones contra las fuerzas de seguridad, y de esta forma, evitar pretextos de detenciones.

Más fuerte reaccionó uno de los símbolos de la izquierda estadounidense, Bernie Sanders, quien aseguró que “el despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump en California no tiene que ver con las protestas. Se trata de expandir su inagotable afán por obtener más poder. Se trata de llevar a este país hacia el autoritarismo. Todos los estadounidenses deben unirse contra este grave abuso de poder”. La palabra que resuena cada vez más fuerte es “autoritarismo”.

Estos hechos no se habían visto desde la época de la segregación racial, hacia mediados del siglo XX. “La última vez que se activó a la Guardia Nacional sin el permiso de un gobernador fue en 1965, cuando el presidente Lyndon B. Johnson envió tropas para proteger una marcha por los derechos civiles en Alabama, según el Brennan Center for Justice”, afirma AP.

Mientras tanto, Donald Trump le está echando más leña al fuego, al incrementar el número de efectivos de la Guardia Nacional y de la Marina, y con argumentos tan absurdos como el de que la ciudad habría quedado “completamente destruida” si no hubiera desplegado a la Guardia Nacional.

Las protestas se han comenzado a propagar a otros estados de la Unión Americana. Pero lo que detonó todo este lío se dio tras el arresto de David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios de California, después de que el viernes pasado fuera arrestado por presuntas infracciones migratorias. Ya salió libre bajo fianza, pero el clamor de que Trump ponga fin a las persecuciones contra migrantes, de manera indiscriminada, ya se vive en ciudades como Dallas, Boston, Nueva York y Chicago.

Desde que llegó al poder el 20 de enero pasado, Trump no ha podido aclimatar su gobierno; al contrario, sus medidas han dejado inconformidades generales por la imposición de tarifas a medio mundo, sus fracasos a los planes de paz en la Franja de Gaza y Ucrania, hasta su pleito con Elon Musk y la acusación que el dueño de Tesla hiciera de que Trump está en los archivos de Jeffrey Epstein, acusado de traficar sexualmente con menores. Todo esto ha llevado a pensar que lo que pretende Trump es crear una gran cortina de humo para gestionar una nueva crisis y desviar la atención a fracasos sistemáticos.

Trump está provocando a las masas y eso es un peligro que puede salirse de control en cualquier momento. Lamentablemente, se abre un nuevo frente de confrontación entre el gobierno de Donald Trump y el de Claudia Sheinbaum, después de que la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, condenara, ayer, a Sheinbaum por “alentar” las protestas. ¿Cómo responderá el gobierno de México? A unos días de que se aproxima la reunión del G7, se prevé un encuentro entre Trump y Sheinbaum. Lo mejor es que para ese entonces las cosas estén lo más tranquilas posible, o de lo contrario, veremos reuniones que pueden ser parte de un vodevil.

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