A mis queridos Íñigo y Raúl
El diario más importante del País Vasco, El Correo, escribió el pasado 1 de junio: “El Ejército entra armado en el Multiforo Alicia de la capital del país y ordena la suspensión del espectáculo, sin que se registren incidentes ni desórdenes”. El periódico de España, El País, tituló: “El Ejército y la policía desalojan un concierto del músico vasco Fermín Muguruza en Ciudad de México”. El medio de comunicación France 24 señaló: “Militares desalojan un concierto del español Muguruza en Ciudad de México: ¿qué se sabe del caso?”.
Lo que sucedió en el Multiforo Alicia, sinónimo de la contracultura y la tolerancia en México desde hace varias décadas, representa un retroceso en las libertades de expresión y culturales en México, y opaca lo que tanto presumen nuestros gobernantes de la capital, de ser el nuevo epicentro cosmopolita de América Latina. Este episodio tuvo eco en otras partes del mundo.
Lo peor del caso es que aún no se sabe por qué las Fuerzas Armadas amedrentaron un recinto cultural, y bajo las órdenes de quién cercaron e impidieron que Fermín Muguruza celebrara su concierto, cuando el lugar ya estaba abarrotado, y que si no es por el temple del compositor, quien calmó los ánimos de un público enaltecido, probablemente hubiera ocurrido una tragedia mayor.
A la nota del diario vasco, varios lectores comentaron: “Mucha policía, poca diversión... represión, represión...”. “México ya no es lo que era…”. “Que les cante el Sarri Sarri” (canción compuesta a dos hombres condenados por pertenecer a ETA y que últimamente causó revuelo cuando jugadores del Athletic la cantaron después de una importante victoria).
Recordemos que los vascos guardan un orgullo profundísimo por su esencia, su historia, tradiciones e idioma, el euskera, el cual vive un auge entre los euskaldunak, quienes prefieren hablarlo antes que el castellano. Su idioma es una reivindicación de su ser, después de que, en la época franquista, el dictador buscó eliminar todo lo relacionado con su cultura.
“Fermín Muguruza era radical cuando tocaba con Kortatu; todos los adolescentes vascos lo escuchamos en los ochenta, luego fue menos radical con Negu Gorriak y ahora es moderadillo, aunque sin dejar de ser de izquierdas”, me dice uno de los vascos más cultos y expertos sobre historia europea que conozco. Otro personaje bilbaíno apunta: “Hoy en día es casi un intelectual muy respetado por jóvenes músicos”, “es un ícono”.
En 2003, Manu Chao salió en defensa de Muguruza, después de que autoridades de Málaga y Murcia decidieran suspender dos conciertos. El argumento fue que, en aquel entonces, el cantante era militante del partido independentista Batasuna. Manu Chao lamentó que “los viejos tiempos estuvieran de vuelta”, pues Batasuna fue ilegalizada ese mismo año, aunque se disolvió definitivamente en 2013.
El día del concierto en Ciudad de México, el pasado 30 de mayo, Fermín Muguruza celebraba 40 años de trayectoria en el Multiforo Alicia; no obstante, esa presentación era parte de una gira mundial. Ya se había presentado en ciudades como Madrid, París, Zúrich, Berlín, Buenos Aires y Bogotá.
Un día después del cerco militar, se desquitó ante lo que consideró una “provocación”, llenando otro concierto en el Deportivo Ciudad Jardín, en Ciudad Neza, donde dedicó canciones a Pancho Villa y Emiliano Zapata.
En su cuenta oficial remató: “ha sido el pogo (baile) de la revancha”, “seguimos exigiendo saber la verdad sobre lo que ocurrió ayer en el Foro Alicia: quién organizó el operativo, quién dio la orden, por qué, para qué”.
Ignacio Pineda, uno de los administradores del Multiforo Alicia, dijo que la primera autoridad que llegó al centro cultural fue un representante de la alcaldía Cuauhtémoc.
Posteriormente llegó el jefe de sector, a quien acusó de ser prepotente. Después de iniciado el concierto, con más de 400 personas, llegó un convoy con unidades de la Guardia Nacional. Las Fuerzas Armadas exigieron parar el concierto. Ignacio afirma que es la primera vez en el lugar que sucede un “acto de provocación para crear un acto violento”.
Las preguntas que aún permanecen en el aire son: ¿De dónde vino la orden? ¿Y por qué las Fuerzas Armadas se brincaron a sus mandos superiores? Al menos eso quedó constatado después del deslinde de la secretaria de Gobernación, Rosa Isela Rodríguez, y de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada. Entonces, ¿quién gobierna?
¿Fue un acto de censura por su activismo político? O fue una falta de coordinación entre las fuerzas de seguridad de la alcaldía Cuauhtémoc, de la Ciudad de México y del gobierno federal. Aunque haya sido esto último, refleja que en México algo no anda bien, ya que el simple hecho de mandar a las Fuerzas Armadas, con armas largas, a un lugar cultural nos hace recordar épocas dictatoriales donde veían a la contracultura como la puerta a las revoluciones, al cambio, a las libertades.