Trópicos

México y Marruecos, países ‘conectores’ en el mundo (II)

El nuevo gobierno deberá mirar más allá de la región norteamericana y de esta forma seguir escalando posiciones en aras de que México sea un país de mayor peso global.

Escribí en mi columna de la semana pasada que México y Marruecos se encuentran en una situación sin igual, para seguir estrechando sus relaciones y apostar a ser las puertas que abran al resto de América Latina y África.

A México y Marruecos los une el Trópico de Cáncer, territorios bañados por aguas del Atlántico, industrias que esperan complementarse y dos copas del mundo de futbol que consecutivamente organizarán. Primero, en el país azteca en 2026 y después en el árabe en 2030. Por supuesto, también, los acercan culturas milenarias que se han hecho fuertes y progresistas.

Ya existe un camino trazado, el trabajo de la Embajada de Marruecos en México, ha alineado un escenario inigualable para que el siguiente paso sea dinamizar todos los actores. Se han fomentado alianzas, acuerdos y viajes de cooperación entre sectores empresariales, parlamentarios y académicos en el marco del cumplimiento de 60 años de relaciones.

En México se está conformando un nuevo gobierno, que encabezará por primera vez en su historia una mujer. Su visión, junto con su canciller y secretario de Economía, deberá mirar más allá de la región norteamericana y de esta forma seguir escalando posiciones en aras de que México sea un país de mayor peso global. Paralelamente, Marruecos lo está haciendo, al convertirse en el país más industrializado de África.

México y Marruecos son de las pocas naciones del mundo llamadas ‘conectores’, es decir, que por ellas transitan los procesos comerciales globales gracias a su situación geopolítica y gran capacidad para desarrollar polos industriales, ya que su dinámica contrasta con una globalización que se ha enfriado ante el auge del proteccionismo. Es decir, son válvulas que transmiten y permiten que las inversiones sigan fluyendo. Es momento de unir a esos países ‘conectores’.

Hay pendientes ineludibles, como la concesión de un vuelo directo entre Casablanca y Ciudad de México, que ya está en el tintero y apalabrado con el actual Secretario de Turismo, Miguel Torruco, para que Royal Air Maroc, cruce el Atlántico hacia esa dirección.

La poderosa aerolínea marroquí está en proceso de adquirir 188 aeronaves y vuela a más de 37 destinos en Europa, 28 en África, Estados Unidos y Canadá, así como a Medio Oriente. Próximamente, lo hará a Brasil. Es decir, el hub aeroportuario de Casablanca, es el mayor en la región que conecta a Europa con África. Es urgente, si queremos seguir sumándonos a la competitividad global, conectar nuestros países.

Para ambos mundiales de futbol se incrementará el turismo y servirá para visualizar nuevos negocios, por ello, abrir una ruta directa sería un paso crucial. Estamos a nada de lograrlo, incluso serviría Casablanca como un puente para viajar hacia Europa, a tan solo dos horas de París y 40 minutos de España. El momento es hoy, no podemos perdernos más oportunidades si México quiere eliminar la barrera de ser el país más débil de la región norteamericana.

Este tipo de progresos debe ir acompañado de acciones políticas que permitan crear un marco de confianza plena y soberana.

Por ello, paralelamente, el nuevo gobierno de México que encabezará Claudia Sheinbaum debe dar un paso decisivo y reconocer la marroquinidad del Sáhara Occidental como lo han hecho todos los países democráticos del mundo, desde Estados Unidos y Canadá, hasta todas las naciones que conforman la Unión Europea, pasando por países como Corea del Sur e India. Pero también naciones como Rusia, China y Australia, o bien, importantes socios latinoamericanos como Argentina y Brasil. Solo unos cuantos países del mundo, como Corea del Norte, Uganda, Nicaragua y por supuesto Argelia, siguen obcecados en defender un anacronismo ideológico.

La propuesta de autonomía que presentó Marruecos en 2007, que concede privilegios fiscales y administrativos al gobierno autonómico, ha sido refrendada por numerosos países del mundo, no hace mucho por España, y hace unos días por Brasil, Eslovenia o Burkina Faso entre muchos más que no ven otra solución y ponerle fin a un diferendo que tiene a decenas de refugiados en la incertidumbre y nulo desarrollo.

El gobierno de México tiene que apostar a esa postura y dar la vuelta a una nueva etapa diplomática para fortalecer el comercio y estrechar ambas sociedades en un momento crucial dentro de las relaciones internacionales.

América Latina está dando pasos agigantados para hacer de Marruecos su nuevo gran socio. Es el país africano más cercano a nosotros, por lo que durante los próximos años del siglo XXI, quien aproveche estas alianzas, dará un gran paso hacia el desarrollo y bienestar futuro.

COLUMNAS ANTERIORES

México y Marruecos, dos mundiales de futbol y un futuro en común (I)
Las garras de la política en una sociedad global

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.