De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2024, el 24% de la población de 18 años y más percibe que existe delincuencia cerca de las escuelas, un ligero aumento respecto al 23% registrado en 2023.
Entre quienes identificaron este problema, el 38% dijo haberse organizado con sus vecinos para enfrentarlo. Aunque el tema aparece por debajo de otros como la inseguridad en carreteras, la falta de agua, los baches o los robos a casa habitación, no es un asunto menor: hablamos de los espacios donde crecen y aprenden nuestras niñas, niños y adolescentes.
La percepción social apunta a que las escuelas se han vuelto más vulnerables. Puede que sea un aumento real de la inseguridad o simplemente una mayor sensibilidad hacia lo que ocurre en entornos escolares. El problema es que no hay forma de confirmarlo del todo: la información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no desagrega el delito de robo en escuelas, lo que impide dimensionar su magnitud a nivel nacional.
Aun así, hay datos que nos dan una idea del tamaño del reto. En la Ciudad de México, la Fiscalía General de Justicia reporta 3,260 carpetas de investigación por robo de objetos en escuelas entre enero de 2016 y junio de 2024. Eso significa, en promedio, un robo diario en algún plantel educativo durante los últimos 8 años y medio. Y en distintas entidades, los medios reportan un número creciente de casos.
La lista de objetos robados es tan variada como desalentadora: mobiliario, pantallas, computadoras, proyectores, equipos de sonido, cámaras, cables eléctricos… y hasta escobas, trapeadores y cubetas. En qué país vivimos donde hasta los recursos para mantener dignas las escuelas se vuelven botín cotidiano.
Frente a esto, algunos estados han lanzado campañas y estrategias para proteger las escuelas durante los periodos vacacionales. Pero seamos claros: sentirse seguro en el espacio donde se forman ciudadanos no debería ser tema de agenda, sino una obviedad.
Regresar a clases después de las vacaciones tendría que ser la conversación más poderosa de un país que mira a sus estudiantes como su mejor futuro. Pero en México, a veces, el regreso es primero al inventario: contar cuántas computadoras, proyectores o pupitres sobrevivieron al verano.
Hay más 252 mil planteles educativos en México. Todas las escuelas deberían ser intocables, pero el robo sigue siendo un delito de bajo costo y alta rentabilidad. Parece que algunos encontraron en la educación un “negocio” sin necesidad de pagar matrícula.