Directora de Monitoreo de Indicadores Educativos en Mexicanos Primero.
Todos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros
Rebelión en la granja, George Orwell, 1945
He seguido con mucho detalle el nuevo proceso de acceso a la Educación Media Superior en la Zona Metropolitana del Valle de México, ya que desde las campañas electorales de 2024 se prometió un nuevo sistema de ingreso a este nivel educativo para todas aquellas personas con certificado de secundaria que quisieran continuar con sus estudios en la CDMX y en 22 municipios del Estado de México, que dejara atrás las imperfecciones y posibles fallas del examen aplicado por la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (COMIPEMS).
Entre estas se enumeraban la presión y el estrés que representaba el realizar una evaluación para acceder a la escuela deseada, el sentimiento de fracaso al no lograr ese lugar deseado, así como la exclusión que padecían los estudiantes de bajos recursos. Hasta aquí todo suena válido, ya que se trata de cuestiones que claramente vulneran el derecho a la educación.
La propuesta que se presentó en febrero de 2025 fue el Espacio de Coordinación de Educación Media Superior (ECOEMS), con una convocatoria en la que la principal premisa era asignar a las y los aspirantes su opción elegida sin mayores requisitos, lo que en palabras de la autoridad quería decir que había equidad en el acceso, aunque de la falta de equidad en la calidad entre las opciones mejor no hablamos. A pesar de la premisa, en este punto volvió a haber diferencias, ya que, si los estudiantes querían ingresar a las opciones de la UNAM y del IPN, sí se tenía que presentar un examen. Al momento de la emisión de la convocatoria se dijo que habría sedes para presentar el examen de la UNAM, y que el examen del IPN se presentaría en línea con elementos de inteligencia artificial para verificar la identidad y evitar “trampas”.
Al final se decidió que no habría sedes, que los estudiantes que hubieran optado por las escuelas y preparatorias de la UNAM o del Poli presentarían el examen en línea. Y aquí empezaron de nuevo los obstáculos, a pesar de que las declaraciones de las autoridades señalaban que: “todas y todos concursarán en igual de condiciones; no habrá ventaja para nadie”, esto no se puede cumplir. ¿Por qué la aplicación de un examen en línea nos demuestra que no todos somos iguales? Las respuestas son simples, la primera es que no todos los estudiantes cuentan con equipos de cómputo, que además cumplieran con las especificaciones necesarias para que la inteligencia artificial pudiera cumplir su función. A esto se suma que no todos los estudiantes tienen las mismas habilidades digitales, ya que existen brechas enormes en la disponibilidad de computadoras e internet en las secundarias de nuestro país.
De acuerdo con el INEGI, en 2024, el 73.6 por ciento de los hogares contaba con acceso a internet. Además, el 81.7 por cienot de las personas mayores de 6 años usa su teléfono celular para navegar y solo el 36.6 por ciento utiliza una computadora o tablet. Evidentemente, no era posible realizar el examen en un celular, así que las y los aspirantes del ECOEMS tuvieron que conseguir una computadora por lo menos por algunas horas para hacer su examen. Otra evidencia que sostiene que no se podía garantizar la igualdad es que en la CDMX solo 8 de cada 10 secundarias cuentan con computadoras, situación que se repite en el Estado de México; en las secundarias de CDMX, solo en 7 de cada 10 hay acceso a internet, y en el Estado de México solo 5 de cada 10 escuelas tienen ese servicio. Las y los estudiantes de todas esas escuelas en las que no es posible que se enseñen habilidades digitales por falta de infraestructura, están en clara desventaja.
Al final, esta situación es sumamente preocupante porque no se trata solamente de que a las y los aspirantes les vaya mal en el examen o no lo puedan presentar en las mejores condiciones. Se trata de jóvenes que estaban dispuestos a continuar con su educación, en un punto crucial, como es el paso de la secundaria al bachillerato, y que por obstáculos que va más allá del aprendizaje se pueden quedar sin ejercer su derecho a la educación. En Mexicanos Primero seguiremos observando con cuidado este proceso, ya que, sin duda, se tendrán que realizar ajustes y se tendrán que concentrar recursos para que ningún estudiante se quede fuera, para que en verdad todos se encuentren en condiciones de igualdad.