Mexicanos Primero

El paso de Puebla hacia la dignidad menstrual en la escuela

El Congreso del Estado de Puebla dio un paso más hacia la igualdad: aprobó por unanimidad una reforma a la Ley de Educación que obliga a las autoridades educativas a garantizar condiciones dignas para que niñas y adolescentes no falten a la escuela por el simple hecho de menstruar.

La autora es Directora de Proyectos en Mexicanos Primero.

Ayer, 28 de mayo, fue el día internacional de la higiene menstrual, y en ese marco, el pasado jueves, el Congreso del Estado de Puebla dio un paso más hacia la igualdad: aprobó por unanimidad una reforma a la Ley de Educación que obliga a las autoridades educativas a garantizar condiciones dignas para que niñas y adolescentes no falten a la escuela por el simple hecho de menstruar. Parece una obviedad, pero no lo es: las estudiantes enfrentan desigualdades estructurales que convierten un proceso biológico natural en una causa de ausentismo y exclusión educativa al no contar con insumos para su gestión, baños adecuados con agua y privacidad suficiente, así como con educación oportuna y completa, libre de tabues, estigmas y estereotipos.

Si bien en el país hay esfuerzos legislativos en 16 estados más, sólo Sonora – y ahora Puebla- han contemplado las 3 vertientes del problema, al establecer que las escuelas deberán distribuir gratuitamente productos de gestión menstrual, brindar cursos de información oportuna y permanente, y acondicionar los espacios sanitarios para que sean adecuados y funcionales.

Resulta relevante destacar no sólo el contenido de la iniciativa, sino el proceso que la hizo posible, ya que la suma colaborativa de esfuerzos de la legisladora que la presentó, la sociedad civil y voces expertas, permitieron una reforma con evidencia, sensibilidad y un enfoque de derechos humanos. Este acercamiento da muestra de que es posible impulsar políticas públicas transformadoras trabajando en conjunto y con objetivos comunes; por ello, este mismo ejercicio ya se está calentando en otras entidades, sin importar los colores y los partidos.

En nuestro país, el 43 por ciento de las niñas y adolescentes han preferido no asistir a clases durante su periodo menstrual, el 30 por ciento ha tenido que usar papel higiénico ante la falta de toallas o tampones, 56 mil escuelas no cuentan con agua y 6 mil no tienen baños. Estas carencias junto con la falta de información definen la pobreza menstrual. Sus consecuencias, a pesar de ser palpables, han sido invisibilizadas de manera sistemática: menor rendimiento escolar, discriminación, vergüenza y abandono escolar.

Tomando en cuenta esto, en Puebla se contempla ahora que las autoridades educativas, deben reconocer que la menstruación es una experiencia que puede influir en el acceso y permanencia de las niñas y las adolescentes en el sistema educativo, por lo cual deberán tomar diversas medidas y acciones encaminadas a evitar que dicho proceso biológico sea una barrera práctica para el aprendizaje y participación en la educación básica.

Para que el ciclo de política pública se complete en este caso, hará falta ahora la voluntad del poder ejecutivo. Hacemos un llamado para que el Gobernador de ese estado contemple y destine recursos en su presupuesto para que la igualdad que busca la ley se materialice, porque cuando una niña tiene que elegir entre ir a la escuela o quedarse en casa por no tener toallas sanitarias o un baño digno, ya no hablamos de menstruación, sino de justicia.

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