Política para A’Mar

María Corina Machado y un llamado que México decide ignorar

Desde la sombra del autoritarismo, líder opositora de Venezuela es reconocida con el Nobel de la Paz.

En un mundo saturado de guerras y autoritarismos, María Corina Machado, líder de la oposición en Venezuela, defensora de los derechos de las mujeres y de la democracia, recibió el Premio Nobel de la Paz 2025. Lo obtuvo desde la clandestinidad, donde sigue luchando y tejiendo resistencia contra el chavismo.

Mientras ella se mantiene escondida, con el anuncio, en Venezuela, la gente salió a las calles con cacerolas para celebrar, abrazos y un “¡ganamos!” colectivo como si fuera otra vez el 28 de julio. Aquella fecha en que las y los venezolanos creyeron que Edmundo González había vencido a Nicolás Maduro y que, al fin, habían recuperado un régimen democrático. Los primeros resultados apuntaban al triunfo de la fórmula impulsada por Corina Machado, quien había sido impedida de competir tras ser acusada falsamente de corrupción por el gobierno. Sin embargo, ese día de julio, varias personas que habían apoyado y festejado la victoria de la fórmula Corina- González, se vieron obligadas a replegarse ante la persecución.

El chavismo no solo cambió el resultado de los votos sin pruebas y robó las elecciones, sino que también desató una cacería contra familiares, compañeras y compañeros de trabajo de María Corina. La entrega de este premio revela un contraste muy grande: no solo se recibe desde un lugar oculto, sino que tanto la familia de Corina Machado y quien fuese su compañero en las elecciones, están en el exilio; al tiempo que sus colegas están presos, desaparecidos y/o torturados. Se le premia con el Nobel por “su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos” y su lucha por una “transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.

Su camino comenzó en organizaciones de la sociedad civil, donde peleó por los derechos de las mujeres y por elecciones justas. Luego, se convirtió en diputada de oposición, donde enfrentó al chavismo de frente: ahí fue objeto de agresiones, persecuciones y golpes en el propio Congreso. Después, hace dos años, cuando ganó las primarias de su partido con el 93% de preferencias, el régimen la inhabilitó de participar en las elecciones. A pesar de ello, junto con Edmundo González, le ganó a Maduro en los comicios. La respuesta del régimen chavista fue un fraude descarado, donde aumentaron los presos políticos y la represión.

Desde que Nicolás Maduro se robó las elecciones, de acuerdo con la prensa independiente de ese país, solo el primer día 25 personas fueron asesinadas en las calles. A las dos semanas, se sumaron 2,200 presos políticos a los 350 que había previamente. De estos, 220 eran niños y niñas que fueron sometidos a tortura y violencia sexual durante varios meses. Hoy en día, aún hay alrededor de mil presos políticos, otros tantos en desaparición forzada y un hostigamiento que continúa.

El terror en Venezuela es cotidiano: una fotografía con Machado en el celular basta para ser parte de esa lista de presos. Además, el Partido Socialista Unido ha robado a los partidos opositores – incluso a los comunistas –, cerrando toda vía democrática. Es en medio de este contexto que el Premio Nobel de la Paz 2025 significa una victoria y una chispa de esperanza para quienes anhelan ser liberados del chavismo. Machado encarna el ala liberal de centro- derecha que en Venezuela sigue siendo una utopía y la entrega del Nobel termina por ser un reconocimiento colectivo a un pueblo que niega a rendirse y, a su vez, presión internacional.

Si bien el Nobel de la Paz obliga a mirar, la respuesta de la presidenta de México expone una gran contradicción. Al preguntarle sobre la premiación en la mañanera, en lugar de celebrarlo solo respondió: “Respetamos la autodeterminación de los pueblos, como dice la Constitución”. ¿Dónde queda el “¡llegamos todas!” exclamado durante su toma de protesta? ¿Qué pasó con la defensa de la democracia?

Son los mismos valores que dice defender y, mientras, María Corina recibe el galardón desde la penumbra, aún como víctima del autoritarismo.

X: @marlenemizrahi

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