Política para A’Mar

Sólo mujeres para la gubernatura de Nuevo León

Nuevo León debate una reforma para que en 2027 solo mujeres compitan por la gubernatura. ¿avance feminista o maniobra política?

En un estado donde el Poder Ejecutivo siempre ha estado gobernado por hombres, desde la Independencia de México a hoy, se discute una propuesta que pretende exhibirse como un avance feminista: una reforma para que, en las elecciones del 2027 a la gubernatura, solo participen candidatas mujeres.

Esta ausencia histórica constituye el principal argumento de quienes impulsan la reforma, la cual encubren bajo el discurso de la equidad de género. Sin embargo, la política de Nuevo León permite reconocer un plan para que la esposa del gobernador en turno, la influencer Mariana Rodríguez Cantú, sea la candidata de Movimiento Ciudadano (MC) para el cargo y la contendiente más fuerte.

Se trata de una iniciativa ciudadana que fue presentada por integrantes de la Fundación Duque para el Apoyo de la Familia y las Artes desde el 18 de junio de este año, y se vuelve nota a partir de la discusión del proyecto por parte del Instituto Estatal Electoral (IEE) la semana pasada. Una petición a la que se suma una segunda solicitud ciudadana para que, en los 16 municipios de ese mismo estado, que tampoco han sido gobernados por una Alcaldesa, se postulen solo mujeres.

En dicha sesión ocurrida el 8 de septiembre, el IEE determinó que el Congreso Local es el competente para resolver al respecto; de modo que pasará a éste para discusión y voto. Al falso discurso se agrega la difícil aprobación de esta iniciativa. Por supuesto, el primer obstáculo se encuentra en el Congreso de Nuevo León, ahí donde el IEE turnó la discusión.

El Congreso se conforma por 42 diputadas y diputados y se necesita mayoría simple para aprobar una reforma constitucional local como ésta. Es decir, 22 votos. MC cuenta únicamente con 9 curules, por lo que tendría que sumar aliados. Hasta ahora, la oposición dominada por el PAN y el PRI, se han pronunciado en contra. Ambos partidos ven esto como una “Ley Anti-Adrián”, donde entra se proyecta la parte política, pues consideran que la reforma está diseñada para excluir contendientes hombres muy bien posicionados como el alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza (PRI) y Luis Donaldo Colosio Riojas.

El primero ya derrotó a Mariana en la elección para la alcaldía regiomontana el año pasado y se perfila como el puntero de la coalición PRIAN para 2027. Por su parte, Colosio Riojas dividiría a MC: es Senador de la República, antecesor de Adrián de la Garza y una de las figuras más importantes del partido naranja. Él, junto con Mariana, es otro aspirante fuerte para la gubernatura de Nuevo León. De aprobarse esta reforma, ninguno podría competir por el simple hecho de ser hombres.

La derrota de Mariana en Monterrey (donde De la Garza la superó con 38% contra su 30% de votos) muestra una vulnerabilidad importante, a la cual se suma ser esposa del gobernador actual y, por lo tanto, recibe acusaciones por nepotismo.

Esto último nos lleva al segundo impedimento: la reforma electoral pendiente de Claudia Sheinbaum, que incluye prohibiciones a la reelección familiar y podría complicar aspiraciones como la de Mariana. Si entra en vigor antes de 2027, tampoco ella tendría posibilidad de competir. Finalmente, aunque la reforma llegue a aprobarse en el congreso local, caería en tribunales.

Imponer solo mujeres para un cargo especifico como la gubernatura podría chocar con el principio de igualdad (artículo 4 constitucional) y el derecho a participar en las elecciones (artículo 35). Aún si se aprueba en el Congreso local, es casi seguro que llegue a impugnación ante el tribunal Electoral del Estado y, de ahí, a la SCJN o al TEPJF.

Desde Natividad Macías (el primer gobernador en 1915) hasta el propio Samuel García, el ejecutivo de Nuevo León nunca ha sido gobernado por una mujer. Aunque un relevo de género podría interpretarse como un avance, la reforma propuesta se presenta más como una artimaña política y un acto discriminatorio que como una verdadera conquista, en un México donde la paridad debe seguir avanzando de manera progresiva.

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