Dependiendo de la perspectiva con la que se mire, dos años pueden ser muchos o pocos. Pero en cuestión electoral, estemos o no de acuerdo, la carrera por la presidencia de la república en 2024 empezó desde hace varios meses.
En el mundo de los “otros datos” brillan las redes sociales por ser el espacio sociodigital en el que no se pregunta si no se lee todo aquello que postean los internautas y que bien entendido, da muchísima información a la hora de analizar el posicionamiento de los candidatos.
En un reporte que venimos realizando desde hace algunos meses, MW Group estudia la conversación digital para entender, por un lado, el volumen de conversación en relación con los aspirantes, así como la percepción que tiene la audiencia en torno a ellos, con sus respectivas narrativas, tanto a favor como en contra.
Comparando el alcance en redes sociales encontramos datos interesantes:
- “Las corcholatas” acaparan más del 75% de la conversación digital.
- Claudia Sheinbaum sigue a la cabeza con el 29.5% de la conversación, primero porque es la jefa de gobierno de la ciudad que concentra a un buen número de mexicanos y por otro lado por la exposición misma a la que la tienen sometida las campañas de Morena y el presidente López Obrador directamente.
- Ricardo Monreal, que empezó en la contienda muy abajo frente a Sheinbaum y Ebrard dio la sorpresa el mes pasado llegando casi al 19%, entre otras cosas, por los eventos en el senado - el libro de los otros datos y el cambio en la mesa directiva - y por su postura en algunos temas que llegan incluso a ser contrarios a su propio partido.
- Adán Augusto, con un 15.5%, comienza a ser reconocido y la cercanía con el Presidente de la República le ha ido sumando alcance y,
- Tal parece que Marcelo Ebrard no tuvo suficientes eventos internacionales, que son los que lo posicionan favorablemente en las redes sociales y por lo mismo, del segundo lugar, pasó al cuarto en la distribución.
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Ahora bien, los candidatos que llaman de oposición - de los cuales solo medimos cuatro de los muchos qué hay-, en comparación con los de Morena, van muy por debajo, tanto en conversación como en conocimiento de la audiencia digital. Y como decía una encuesta que circuló en esta semana por whatsapp: “Los mexicanos están más dispuestos a votar por Derbez que por Anaya”.
Sin embargo, el alcance no es suficiente para quedarse, primero como candidato y luego ganar una elección; la percepción y las narrativas dan un indicio importante, quitando obviamente la conversación operada en las redes, de lo que la audiencia digital opina en torno a cada uno.
En este sentido, los Ricardos, Anaya y Monreal, acaparan la mayor cantidad de negativos, un 77 por ciento, pero seguidos muy de cerca por Colosio con un 75%. En el caso de Ricardo Anaya la actitud es generalizada; lo ven como prófugo de la justicia y corrupto y con pocas posibilidades de ser candidato, Eso sí, sus videos de respuesta al Presidente se vuelven casi siempre virales y son los que lo han mantenido en la discusión sociodigital.
En el caso de Monreal, la mayor parte de los negativos son de grupos digitales de su propio partido y a Colosio no le ha ido muy bien con tantos problemas que tiene Monterrey actualmente.
Claudia Sheinbaum tiene unos negativos difíciles de olvidar que son los relacionados a la línea 12 y que mientras no ponga al Metro dentro de su línea de prioridad, difícilmente logrará que los capitalinos le perdonen las muertes y la falta de mantenimiento. Además le critican estar en campaña anticipada teniendo tantos temas que atender en una ciudad de millones de habitantes. Por lo visto las giran le sirven para darse a conocer pero no le ayudan en términos de percepción.
Enrique de la Madrid, Santiago Creel y Adán Augusto López se mantienen entre los 55% negativos, que puede que aumenten si crece su participación en la conversación sociodigital. Pero eso sí, el que se los ganó, casi gratis, fue Adán Augusto. Nadie le explicó que meterse con una madre de una joven desaparecida se vuelve tendencia en un segundo; las causas van primero en las redes sociales.
Y finalmente, Marcelo Ebrard, aunque bajó en alcance, subió en percepción positiva. Puede ser producto de que le dejaron de poner tanta atención las cuentas del mismo partido, muy preocupadas ya por las actividades del senador Ricardo Monreal, o también porque efectivamente las redes sociales lo tienen en mejor estigma que a los demás: si consideran que es un candidato que puede “abordar las problemáticas del país”.
Entre que son peras o son manzanas y a la tómbola de candidatos le vamos quitando y añadiendo figuras conforme se vaya desarrollando la coyuntura política, alguien debería decirles que bailar en TikTok no va a dar más votos, pero sí generar una mayor empatía con los temas que realmente le importan a esa población, cada vez más grande, pero sobre todo, cada vez más digital.