En julio de 2026 el Instituto Nacional Electoral, habiendo dictaminado el cumplimiento de requisitos legales, determinará qué organizaciones ciudadanas obtienen registro como nuevos partidos políticos. Por los datos que se conocen, serán, al menos, dos nuevos partidos que vendrán a refrescar el deteriorado sistema de partidos políticos que acusa una enorme crisis de legitimidad y de concentración de poder en Morena, tanto en el ámbito nacional como en el de las entidades federativas.
Apenas el domingo pasado, Somos MX anunció que llegó a 202 asambleas distritales, con lo cual ha rebasado el umbral establecido en la legislación y está en condiciones de obtener el registro. Viene el inminente debate sobre este tema, porque, tanto Somos MX, como Construyendo Solidaridad y Paz, que igual rebasó las 200 asambleas distritales, enfrentarán la revisión, que esperamos sea imparcial, del INE sobre el cumplimiento de requisitos, la autenticidad de las afiliaciones y la validez definitiva de cada una de las asambleas realizadas.
El tema no es menor: se tratará de un INE renovado, al menos por la incorporación de tres nuevas consejerías que llegarán en abril o, por un INE producto de la reforma electoral en curso, con nuevas características, quizá desmantelado y totalmente cooptado por el oficialismo que ya controla hasta al Poder Judicial y ni qué decir del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que en su integración ya tiene una mayoría reforzada afín al morenismo.
El lastimoso deterioro de la democracia mexicana exige nuevas opciones partidarias que tengan un compromiso auténtico para superar los vicios que alejan a los actuales partidos de la sociedad: como el uso patrimonial de estos institutos para favorecer en exclusiva a dirigencias que controlan sus financiamientos y la postulación de candidaturas y el inaceptable olvido de las causas que les dieron origen y la incapacidad para representar y defender a los grupos sociales que los apoyan.
Advierto en Somos MX una interesante amalgama de políticos con amplia trayectoria, vapuleados con infundios al exceso por la incomodidad y la preocupación que le generan al oficialismo, figuras muy representativas de diversos sectores de la sociedad, organizaciones ciudadanas que luchan por revertir los nefastos efectos de la política morenista en muchos temas y una sólida representación de hombres y mujeres jóvenes que están impulsando, con eficacia y convicción, la reconstrucción democrática del país. Vale observar sus desempeños y la solidez de sus argumentaciones en diversos foros nacionales.
Una de las principales fortalezas de la democracia mexicana a recuperar es la capacidad institucional para materializar la expresión de la pluralidad y la diversidad de la sociedad mexicana. De ahí el valor y la relevancia de que haya nuevas opciones partidarias, que impulsen la recuperación de condiciones equitativas de la competencia política y una distribución legítima del poder público. Organizar y realizar más de 200 asambleas válidas es un logro mayúsculo en las condiciones actuales, donde el partido mayoritario, muchas veces, organizó, al mismo tiempo que se celebraban las asambleas, sus jornadas de afiliación.
Cumplir la meta de superar las 200 asambleas refleja confianza ciudadana e implica asumir compromisos para no ser parte de lo mismo. Se trata de abrir, de manera auténtica y eficaz, las organizaciones partidarias a la participación de todas y todos, donde las decisiones se tomen en forma horizontal, donde las candidaturas provengan de las decisiones ciudadanas y no de las cúpulas que gobiernan a los partidos, entre muchos otros cambios que hoy se requieren.