Profesor en UNAM y en UP. Especialista en temas electorales.

#Consenso electoral

La creación de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, coordinada por Pablo Gómez, ha generado múltiples reacciones de diversas voces que exponen preocupaciones y propuestas sobre el debate y los posibles contenidos de la iniciativa de la Presidenta de la República. En este marco surgió #Consenso Electoral que ha emitido dos comunicados con reflexiones sobre el tema y con una invitación para que se sumen todas las personas interesadas. Se trata de un esfuerzo, abierto y plural, cuyo propósito es la preservación de la integridad democrática.

Con 270 firmas de respaldo de académicos, personas que se desempeñaron en consejerías y magistraturas electorales, líderes de opinión y representantes de la sociedad civil, voces de los medios de comunicación y figuras destacadas de la política, en el segundo comunicado #ConsensoElectoral sostiene que “la reforma electoral debe discutirse en un debate y diálogo auténticos, con base en argumentos y propuestas, sin comentarios descalificadores hacia este u otros grupos, que solo buscamos evitar ejercicios que simulan inclusión y defienden decisiones prefiguradas. Rechazamos expresiones que buscan dividir y confrontar”. El método del consenso es, en mi opinión, el mejor para lograr que la reforma a las reglas del juego gocen de legitimitad y representen la opinión de todas y todos.

Frente a los temas anunciados por la Presidenta y por la Comisión, #ConsensoElectoral plantea que hay principios básicos que dan sustento y garantizan el carácter democrático del sistema electoral mexicano, entre otros: el mecanismo de la representación política debe garantizar la expresión plural de la sociedad, no excluirla; debe integrar la presencia y la voz de las oposiciones y no dejarlas fuera de los congresos, por lo cual, lo adecuado es que el número de asientos que tenga cada fuerza política corresponda al porcentaje de los votos que obtenga en las elecciones; además, el buen funcionamiento del sistema requiere órganos electorales como el INE, los OPLES y los tribunales electorales, imparciales, independientes de partidos y poderes públicos, pero también eficaces en su función y debidamente profesionalizados.

Nuestro sistema de elecciones precisa mantener la administración del padrón, de los listados nominales y la credencial para votar en los organismos electorales buscando evitar sospechas sobre su utilización indebida por los gobiernos en turno, como ocurrió en el pasado; a la par que para las contiendas es urgente revisar las reglas de arbitraje buscando garantizar el principio de equidad y la defensa de los derechos ciudadanos; se requiere, también, un esquema más eficaz de fiscalización de los recursos utilizados por partidos y candidaturas en las campañas y toda actividad política, para evitar competencias desiguales y la nociva influencia del dinero proveniente del crimen organizado.

Otra asignatura pendiente está en la elección de las y los juzgadores que ayer iniciaron actividades, con graves cuestionamientos sobre la falta de legitimidad y las deficiencias de los procesos electorales que los llevaron a sus cargos. La normativa y la logística electoral que rige las elecciones judiciales exige ajustes de fondo para hacerlas viables, auténticas e íntegras y, sobre todo, compatibles con la organización de las demás elecciones. Por estas razones, #ConsensoElectoral propone un diálogo constructivo y auténtico para lograr una reforma electoral que satisfaga a todos los sectores de la sociedad; de lo contrario, destruir la autonomía del INE para subordinarlo al gobierno y modificar las reglas del juego para garantizar los triunfos del oficialismo será un camino terrible para la democracia mexicana.

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