Costo de oportunidad

Identidad nacional

Ahora, que el INE ya no es un instituto ciudadano, sino un apéndice de Gobernación, el Estado le está quitando la potestad de credencializarnos.

No estoy hablando del traje charro, ni del mole o los chiles o el pozole. Estoy hablando de la identidad de las personas. La credencial del INE, antes IFE, era toda nuestra identidad oficial. El INE no quería claudicar la potestad que le otorgó el emperador Salinas de credencializar a los mexicanos. Fueron años donde intercambiamos perestroika y glasnost aztecas a cambio de derechos políticos. Ahora, que el INE ya no es un instituto ciudadano, sino un apéndice de Gobernación, el Estado le está quitando la potestad de credencializarnos. Tendremos que tramitar una CURP biométrica que se necesitará hasta para entrar al baño en el AIFA.

Antes del IFE, los mexicanos nos identificábamos como podíamos. Pasaporte, cédula profesional, cartilla militar. En algunos casos, hasta con la constancia de vecindad, expedida por el municipio y dos testigos. Después llegó la era de la CURP expedida desde Gobernación, que no servía de mucho; era un número con letras.

Pero, hay CURP duplicadas. Su charro negro tuvo dos. Como soy naturalizado, a la hora de asignarle el jeroglífico a las personas, dos dependencias reportaron mis datos, dado que no fui registrado civilmente en México. Una fue Gobernación, que en el momento en que me naturalicé, me multó, siendo Bartlett secretario, en 1987, porque no di mi baja en el Registro Nacional de Extranjeros. Fui a dar mi baja, pero aún así me tenían en el registro y cuando salió el tema de la CURP, Gobernación mandó una con doble dígito final distinto a la que usó la Secretaría de Relaciones Exteriores, quien expidió mi carta de naturalización, documento que hacía las veces de acta de nacimiento, y donde estaba registrado en todas partes. Tomó años resolverlo, y el INE, apenas hace un par de años, aceptó la determinación del Registro Nacional de Población de que mi CURP estaba duplicada. Aparecí en la credencial del IFE / INE varias veces con una CURP que ya no existía, y no vieras lo bonito que es explicarle a todo mundo, desde los banqueros hasta los policías, que tienes dos CURP porque naciste en Colombia.

Hace años, en 2017, Juan Pardinas, quien era director de IMCO, centro de pensamiento que aún existe en un México sin centro y sin pensamiento, trajo a Anit Mukherjee a México, un nacional indio quien fue parte del equipo de 12 personas de Unisys que echó a andar Aadhar, el impresionante sistema de identificación biométrica de India. Allá, solamente con un número que se deriva de los biométricos, que te cuesta a ti como particular un dólar, y que te expiden en las tienditas, tienen identificados a 1.4 miles de millones de personas. No tiene foto ni domicilio, pero con el iris y la huella digital basta.

En esos años, Anit dio algunas conferencias en México, en su excelente español que aprendió conviviendo con Pardinas y otros mexicanos durante su posgrado japonés. Juan incluso lo llevó a platicar con Osorio Chong, a efectos de sugerir un sistema de identificación nacional como Aadhar para México. No pasó nada.

Ahora que ya tenemos Poder Judicial democrático, me dicen que tenemos una ley que concentra buena parte de las atribuciones del Ifetel, las cuales podía usar con autorización de los jueces, en una sola agencia, y en una sola persona: José Merino, prodigio de las bases de datos, y la estadística y ciencia de datos. Quiso incursionar brevemente en las políticas epidemiológicas durante la pandemia, y al parecer eso no salió muy bien. Aun así, respeto mucho a Merino. Tenía unos análisis de datos impresionantes. Empero, no creo que pueda cubrir el papel de uno o dos órganos desconcentrados del Estado, y además el del Poder Judicial. Eso es demasiado poder para una sola persona.

Ahí, en la agencia digital, a cargo de Merino, es donde se administrará la CURP biométrica de los mexicanos. Nada nos asegura que no habrá filtraciones en la base de datos, robos de identidad, identidades duplicadas. El candado biométrico es una barrera más que los delincuentes superarán, y que enredarán a los viejitos tratando de establecer su identidad ante una autoridad o un banco.

Estados Unidos no tiene un sistema de identidad nacional, por una razón muy simple: es un instrumento muy poderoso en manos de un gobierno autoritario. Sin él, aún así, un tirano como Trump está destruyendo al Estado. En México, es aterrador pensar en ese poder esté en manos de una o dos personas.

¿Qué puede salir mal? Todo. El Estado ya sabe todo sobre ti, pero ahora tendrá menos candados para usar esa información en tu contra.

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