El miércoles, México recibió duros golpes de Estados Unidos. El primero fue la declaración del Tesoro, que considera a dos bancos y una casa de bolsa como sujetos de interés en relación con el fentanilo. Los bancos, CI Banco e Intercam, fueron intervenidos ayer por la CNBV, mientras que la casa de bolsa Vector no lo fue. Aparentemente, el argumento es que los primeros reciben depósitos del público, y es lo que la Comisión quiere salvaguardar, pero tiene también mecanismos para actuar en el caso de casas de bolsa y, al momento de escribir esto, no lo había hecho. Ignoro si eso se deba a que el dueño de Vector es Poncho Romo, famoso “empresario” que fungió como jefe de Oficina de López Obrador, o a que el secretario de Hacienda actual haya sido funcionario de esa casa de bolsa, o a cualquier otra razón imaginable.
Este golpe no se quedó ahí, porque ayer mismo el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció la restricción de visas a familiares y círculo cercano de quienes estén bajo los criterios de la orden ejecutiva 14059, emitida por Joe Biden, y que se refiere precisamente al tráfico de fentanilo. Habrá que ver a qué accionistas y funcionarios de las instituciones mencionadas se les aplica esta orden.
El jueves por la mañana, Claudia Sheinbaum se quejó de que no había sido informada y exigió pruebas. Un doble error. Reconocer su ignorancia de lo que hace el gobierno vecino no le ayuda en nada, y además, pedir pruebas en mecanismos que no las utilizan es todavía peor. En los casos de lavado de dinero y similares, las autoridades actúan con base en sospechas razonables, y precisamente lo hacen para poder recopilar pruebas. Exactamente lo mismo ha hecho la UIF en México, y muchas veces sin sospechas razonables.
El mismo miércoles, la fiscal estadounidense Pam Bondi compareció frente al Senado de su país y, entre otras cosas, afirmó que con el liderazgo de Trump están listos para defender a Estados Unidos de las amenazas de Rusia, Irán, China… y México. Con toda tranquilidad, nos incluyó entre los enemigos estadounidenses, y luego aclaró que quienes causan la muerte de ciudadanos mediante el fentanilo serán enfrentados.
Fue interrumpida por el senador Lindsey Graham, que ya nos tiene entre ceja y ceja, quien le pidió que aclarara si México estaba ayudando en el combate a las drogas. Después de unos momentos de duda, Bondi le dijo al senador que eso sería mejor discutirlo en una sesión confidencial, a lo que Graham respondió: “quiero decir esto públicamente: No. México no está colaborando”, y agregó que la mitad del territorio mexicano está gobernado por los cárteles.
Es perfectamente posible que la decisión del Tesoro estadounidense en contra de CI Banco, Intercam y Vector esté equivocada, lo mismo que la fiscal y el senador Graham. Pero estamos hablando de las autoridades del país vecino, con el que tenemos la mayor relación económica, en el que viven tal vez 30 millones de mexicanos y sus descendientes, que envían al año más de 60 mil millones de dólares para sus familias.
Si ellos creen en lo que dicen, tienen más razones para actuar en México de las que tenían para hacerlo en Irán, y lo hicieron. En lugar de pedirles pruebas, deberíamos estar haciendo hasta lo imposible para convencerlos de que están equivocados, so pena de recibir el trato que, dice Bondi, tienen listo para sus enemigos. Con eso de que los aranceles no le sirvieron a Trump, que el bombardeo posiblemente no tuvo efecto duradero, es posible que le urja, cada vez más, algún resultado espectacular.
No queremos participar en eso.