Seguimos con ajustes estacionales raros. El dato del consumo publicado ayer resultó mayor en un punto porcentual al que se difundió como oportuno hace unos días. Puesto que ambos se estiman con el ajuste estacional, no se entiende bien el origen de la diferencia, especialmente porque el dato original fue bastante negativo. Supongo que en marzo ocurrirá lo contrario, y se confirmará un crecimiento anual del consumo de 1% a ese mes.
En el caso de la inversión, el efecto estacional es menos notorio, aunque existe. La caída al mes de febrero de la inversión total es de 6%, que resulta de una contracción similar en adquisición de maquinaria y equipo, y de 5% en el caso de la construcción. Al respecto, en abril ya tuvimos una caída en venta de autos, de 5% contra el mismo mes del año pasado, de manera que no parece que vaya a mejorar la inversión en los siguientes reportes.
Esto se confirma con las opiniones empresariales. Comparando el promedio de enero-abril de este año con el de 2024, hay una caída en todas ellas. En lo que se llama “confianza empresarial”, comercio y manufacturas caen cuatro puntos, mientras que construcción cae 4 y medio, y servicios, 6. De todos los indicadores que aparecen en esta encuesta, creo que el más útil es el “momento adecuado para invertir”. Ahí, la caída es mucho mayor. Construcción pasa de 32 a 21, manufacturas de 48 a 38, comercio de 42 a 32, y servicios de 46 a 32. A grandes rasgos, uno de cada 10 empresarios es más pesimista este año, pero en 2024 más de la mitad ya lo eran.
En los indicadores agregados que construye el INEGI para la tendencia de largo plazo, estamos debajo de 100 unidades en el indicador coincidente desde octubre, y en el adelantado, desde noviembre. Este último se publicó a marzo, mientras que el coincidente llega nada más a febrero. En ambos casos, hay una caída contra el mes previo, lo que indica que no se ha llegado al fondo.
Por si hubiera duda al respecto, los datos del IMSS señalan una reducción en empleo al mes de abril, que en comparación anual nos coloca ya prácticamente en crecimiento cero en este indicador. Como lo señalamos hace meses, cuando el crecimiento del empleo cae por debajo de 1%, la recesión es segura (al menos en los datos que tenemos, que son de este siglo). En 2001-2003, con la recesión dot com y el ingreso de China a la OMC, se tocó fondo en una contracción de -2.5% en el empleo, pero con una recaída posterior; en la Gran Recesión, alcanzamos hasta -4%; en el confinamiento, que es un caso muy especial, se superó ese nivel por un poco. No creo que por el momento haya forma de estimar cuándo, ni con qué caída, se tocará fondo.
Tanto el dato de ventas de autos como el de empleo ya son de abril, y debe haber ahí ya un impacto de las locuras del rey Donald, pero todo lo demás es previo. Es decir, la dinámica recesiva no se le debe a un factor externo, es construcción propia. Es resultado de la debilidad de las finanzas públicas producto del endeudamiento con el que se financió el triunfo electoral, es resultado de las decisiones tomadas después, mediante el golpe de Estado que le dio al grupo en el poder una mayoría calificada espuria, con la que destruyeron los órganos autónomos y el Poder Judicial, y es resultado de la incertidumbre adicional que surge de falta de dirección, que algunos atribuyen a la presencia política de aquél que no sabemos en dónde está.
La tendencia es clara, las causas también, lo que sigue ya no lo es tanto.