Solo 17 segundos después de la largada, Sergio Pérez quedó fuera del Gran Premio de México 2023. El de la temporada pasada era el GP en casa con más posibilidades de triunfo, pues llegó con el segundo puesto en el campeonato prácticamente asegurado y el mejor auto que Red Bull ha producido en su historia.
Checo largó quinto, pero su arranque fue demencial; se puso cuarto y, por fuera, adelantó a Carlos Sáinz para ser tercero de cara a la primera curva, a la que entró por delante también de Charles Leclerc, pero algo no vio el mexicano al momento de tomar la vuelta, pues cerró el espacio con el auto del monegasco de Ferrari, quien había ganado la pole position, y tenía a Max Verstappen ligeramente adelante por dentro. Pérez se tocó con Leclerc, quien no tuvo espacio para maniobrar con el puntero al lado; el mexicano se fue de largo y los daños en su coche implicaron un abandono prematuro. El peor escenario posible. Lo que pasó después fue muy triste. No habían transcurrido dos vueltas y una buena cantidad de aficionados a SP11 comenzaron a abandonar el Autódromo Hermanos Rodríguez. Sí, muchísima gente había ido a verlo específicamente a él, con la esperanza del primer triunfo mexicano en casa, y todo se fue a la basura en 17 segundos. Decepción y tristeza. La cara de Pérez Mendoza al salir a dar su explicación era suficiente declaración, las palabras ya sobraron. Todo el ánimo con el que llegó al país, toda la energía, la euforia de una afición que lo llevaba en hombros, desapareció en segundos… en 17 segundos.
El piloto tapatío siempre ha cosechado puntos cuando termina el GPMX -ha tenido dos retiros, el del año pasado y el de 2016-, pero su mejor resultado fue subir al podio en el tercer puesto en 2021 y 2022, ambos con Red Bull.
El GP en su casa es el gran pendiente de una espectacular carrera en la Fórmula 1, el mejor piloto mexicano de todos los tiempos, pese al gran legado recibido por los hermanos Pedro y Ricardo Rodríguez, cuya vida terminó en sendos accidentes en carrera, la de Pedro, con apenas 31 años, en las 200 millas de Norisring, en 1971, y la de Ricardo, a los 20 años, en La Peraltada del circuito bautizado en honor a ambos; Ricardo corría para Ferrari, que no asistió al GP de México al no ser puntuable en el campeonato, pero la Scudería le dio permiso de correr en un Lotus 24, auto en el que sufriría el fatal accidente.
Los mexicanos no han corrido con mucha suerte en el GPMX, no solo por lo ya relatado con Checo y Ricardo Rodríguez, sino que ninguno de los demás ha podido siquiera subir al podio. El más exitoso fue Pedro, el mayor de los Rodríguez, quien logró un cuarto puesto en 1968; antes, Moisés Solana logró un décimo, en 1964, y el quinto y último paisano en correrlo fue Esteban Gutiérrez, quien finalizó decimonoveno en 2019.
De regreso a Checo, esta temporada ha sido, de acuerdo con las expectativas, terrible para el mexicano. El comienzo parecía prometedor, con cuatro podios en las primeras cinco carreras, pero el sexto Gran Premio, el de Miami, fue, como en 2023, el punto de inflexión; el año pasado para aceptar que no estaba en condiciones de competir por el título con su coequipero Verstappen, y ahora para asimilar que no iba a estar a la altura del resto de los pilotos que conforman los cuatro equipos que luchan por el Mundial de Constructores. Pérez es el octavo por detrás de su compañero en Red Bull, los dos de McLaren, los dos de Ferrari y los dos de Mercedes.
La situación de Checo ha sido tan crítica que fue ese cuarto lugar en Miami su mejor lugar desde entonces. Se ha retirado dos veces y también dos veces quedó fuera de los puntos al terminar en el puesto 17, la última vez en Azerbaiyán, cuando no terminó, pero estadísticamente sí lo hizo al completar más del 90 por ciento de la carrera. Con 150 puntos en el Campeonato de Pilotos, está 204 puntos debajo de Max y 147 abajo del segundo, Lando Norris, de McLaren.
La carrera anterior, el GP de Estados Unidos, no es un parámetro real de lo que Sergio Pérez puede hacer en México, pues su auto no contaba con todas las mejoras que se hicieron en el Red Bull durante el segundo parón de la temporada. La verdad es que eso representa una esperanza, pues Austin fue testigo de cómo dilapidó una ventaja de más de ocho segundos sobre George Russell, de Mercedes, y le cedió el sexto lugar, a dos vueltas del final, sin apenas oponer resistencia. Al parecer, el alcance del coche no le permitía mostrar por qué ostenta el mote de ‘Ministro de la Defensa’.
En medio de rumores que ubican al neozelandés de RB-Honda, Liam Lawson, como su sustituto en Red Bull la próxima temporada (aun cuando tiene contrato por un año más), Checo llega, francamente, con las expectativas muy bajas para obtener un buen resultado. El tapatío, el miércoles en entrevistas previas a la carrera, afirmó que su intención es cumplir con su contrato con RB. Sinceramente, mucho dependerá del cierre en la temporada, pues la nimia cosecha del mexicano tiene al equipo austriaco (504 puntos) detrás de McLaren (544) y con Ferrari (498) pisándole los talones en el Mundial de Constructores; Verstappen no puede ganar solo. Después de México, quedarán Brasil, Las Vegas, Qatar y Abu Dabi.
Así pues, las bajas expectativas en Pérez suponen muchísima presión. En México, no importa como llegue, aquí quieren verlo ganar. Este domingo, enfrentará su revancha, con menos armas que en ocasiones anteriores, pero con la misma energía de una grada que daría lo que sea por verlo triunfar: “Ganar en mi país es mi mayor sueño”.