El salario mínimo es una política enfocada en beneficiar a los trabajadores que menos ingresos perciben. Por tanto, reduce la desigualdad y la pobreza. También tiene algunos efectos positivos en el ingreso del resto de los trabajadores, ya que los salarios mínimos “empujan” al resto de los ingresos laborales en el tabulador.
Si tomamos en cuenta los datos de los asegurados en el IMSS, en lo que va del sexenio el salario promedio del 10 por ciento de los trabajadores que menos ganan (primer decil) se ha incrementado 29.4 por ciento en términos reales a nivel nacional (79.8 por ciento en la Zona Libre de la Frontera Norte). Para trabajadores promedio (entre el cuarto y sexto decil), el incremento fue de entre 19.7 y 10.4 por ciento.
El salario mínimo también ha empujado el salario en la informalidad. Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que incluye al sector formal e informal, en lo que va del sexenio, el salario promedio se ha incrementado 5.7 por ciento a nivel nacional: 6.5 por ciento para los trabajadores informales y 4.1 por ciento para los formales. A pesar de que este año la inflación es alta, el salario también presenta una recuperación. El promedio real de toda la población ocupada aumentó 0.9 por ciento, 0.4 por ciento para los trabajadores formales y 0.2 por ciento para los informales.
También el salario mínimo ha servido para negociar mayores incrementos por parte de las organizaciones sindicales. Algunos sindicatos han logrado aumentos históricos en sus contratos colectivos. Entre 2018 y 2021, se ha incrementado en promedio 2.5 por ciento el poder adquisitivo de los trabajadores sindicalizados en juntas federales y 8.3 por ciento en juntas locales.
En 2019, primer año de la política salarial, los salarios negociados también se incrementaron más que en los diecisiete años previos. Incluso, en 2020, a pesar de la incertidumbre y dificultades generadas por la pandemia de Covid-19, los salarios contractuales obtuvieron incrementos superiores a otros años donde hubo mayor crecimiento económico.
En 2021, de acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo, para marzo, el aumento anual real de los salarios contractuales depositados en las Juntas Locales fue de 2.9 por ciento. Mientras que, con datos a mayo, para las negociaciones en la Junta Federal se registra una caída anual real de 0.2 por ciento. La caída observada en las negociaciones en la Junta Federal se explica por el alza en la inflación de marzo, abril y mayo. Sin embargo, es importante recordar que los trabajadores registrados en las juntas federales representan sólo el 4.2 por ciento del empleo; por eso, el salario promedio del resto de los trabajadores se ha seguido incrementando este año, a pesar de la inflación.
Por tanto, es falso que el salario promedio ha caído este año debido a la inflación y la pandemia. Los salarios en México se han recuperado de manera muy importante debido al incremento del salario mínimo. Probablemente en los próximos años continuará esta tendencia de recuperación. Así, cuando la economía regrese a sus niveles prepandemia, los trabajadores tendrán acceso a un mejor salario, buscando que sea suficiente para cubrir sus necesidades y las de su familia.